El día lunes 09 de diciembre estaban todos los alumnos ansiosos de salir de clases. Estaban en sus últimas clases por lo que están muy contentos y melancólicos. En un rincón de la sala estaban Dante y Max conversando sobre cómo seguir en contacto en la media, ya que iban a ir a diferentes liceos. En eso Max notaba muy nervioso y distraído a Dante, no entendía el porqué, así que preguntó.– Oye, estas muy distraído, ¿pasa algo?
– ¿Podemos ir al baño?
Max asintió, pidieron permiso para ir al baño y partieron.
De camino al baño, estaban en silencio, hasta que Max habló.
– ¿Que pasó compadrito? ¿Te gané en básquetbol? – dice sonriendo burlonamente.
Dante sonríe débilmente.
– No, no, no es eso, es algo serio, sobre nosotros.
– ¿Sobre tu familia?
– Sobre nosotros, sordo de mierda.
– ¿Cómo que sordo de mierda?
– ¿Solo captaste eso? ¿En serio? Estúpido.
– ¿Me estás diciendo estúpi-
Dante toma desprevenidamente la chaqueta por la parte del cuello, para posicionar sus manos por detrás de la cabeza, cayendo dentro del cubículo del baño a ahorcadas besándolo desesperadamente.
Max sorprendido le sigue el beso. Hasta que cae en cuenta que de verdad lo está besando, que es su mejor amigo y que además es hombre.
Empuja a Dante y lo da vuelta, quedando el arriba y mirando en desaprobación a su mejor amigo.
– ¿Que mierda haces? – pregunta Max molesto.
– Te beso ¿que más estupido?
– Pero, ¿Por qué? o sea, ¿que tienes en la cabeza?
– ¡Porque me gustas! ¡entiéndelo de una maldita vez! – dice gritando, sintiendo como sus palabras lo desgarraban por dentro.
– No estás pensando como corresponde, yo no te gusto y tú no me gustas, estás confundiendo las cosas, sólo me quieres como amigo y estás confundido, te gustan las niñas, a ti te gusta la coni y a mi me gusta la cata. Cuando estés consiente de lo que dices me hablas, ¿bien? ignora que esto pasó, nunca pasó.
Max sale con emociones encontradas y deja a Dante llorando.
Dante está desconsolado, intentó ser fuerte, pero no funcionó, al final del día todos se destruyen y lloran.
Así como fue dicho pasó, Max y Dante se ignoraron y también ignoraban sus sentimientos. Llegaron a la licenciatura y no se hablaban, aunque a veces sus miradas conectaban las desaviaban al instante.