Estabamos a las puertas del castillo. La verdad ese castillo era bastante mas grande que el nuestro. Pero por fuera no era mas bonito. Tenía caballerizas, y patio trasero. Como todos. La criada nos condujo hasta la estancia principal. Allí aguardaba la familia. Los cabeza de familia y sus tres hijos.Valery, Daniel y Jacobo. Nos acercamos a saludar. Hice una leve reverencia hacia los mayores, sin embargo, a Valery que la conocía ya desde pequeña le di un abrazo. A los dos hermanos también hice una pequeña reverencia, pero con Daniel compartí una mirada mas intensa que nunca. Una mirada de amor fugaz, secreto y por una parte prohibido.
Nos sentamos a la mesa mientras hablabamos. Durante la cena estuve charlando con Valery sobre todo en general, pero un tema delicado para todo el mundo salió a la luz.
-Estoy comprometida Zaira-dijo en un susurro de disgusto y de tristeza.
-¿Cómo?¿Con quién? -dije con sorpresa.
-Un noble de las afueras del pueblo. Es cinco años mayor. La edad es lo de menos para mi ... Lo que no me gusta es que la boda será dentro de una semana. Ahora lo anunciará mi padre.
Me quedé sin habla. Eso me había llevado a pensar si me habrían comprometido a mi con alguien. Justo entonces Bastian Villalobos, el padre de la familia, se levantó alzando la copa de vino y dijo con tono orgulloso:
- Quiero proponer una copa por mi preciosa hija Valery, que dentro de una semana será una mujer casada.
Valery se sonrojó y miro hacia otro lado para evitar que vieran las lágrimas en los ojos. Alzamos cada uno nuestra copa y bebimos.
Una vez que la cena terminó y los padres quedaron hablando mientras todos salimos al patio. Jacobo esperaba compañía, era pequeño pero ingenioso. Valery se fue a su habitación acompañada de Belicia. Y yo me quedé con Daniel. En cuanto todo el mundo se había ido, nos fundimos en un beso. Estuvimos observando la estrellada noche un rato en silencio hasta que Daniel habló:
-Quiero enseñarte un sitio.
-¿Otro más? -contesté divertida.
-Otro más-dijo sonriendo-este está mas cerca. Cogimos los caballos, yo a Zarco, el mío, y él a Armani, el negro que tanto me gustaba.
Cabalgamos juntos hasta una explanada, en la que el paró y se bajó. Yo imité lo que hizo. Cogimos a los caballos por las riendas, el me cogió de la mano y me guió. Llegamos a un pequeño castillo que parecía muy viejo. Atamos los caballos a un árbol deshojado que había y entramos juntos. Estaba muy limpio por dentro, tenía cuadros y estatuas muy bonitas. Los candelabros de las paredes estaban encendidos. Llegamos a la estancia principal. Allí había una chimenea.
-Siempre he querido una chimenea - dije con emoción. Sin embargo no quería estar en el salón .Subí unas escaleras de piedra cubiertas con una alfombra de color granate. El pasillo de la planta de arriba era bastante largo. Al fondo habia una puerta entreabierta. La empujé con suavidad. Había una cama con sabanas de seda y hilos de color plata. Al lado había un tocador de madera gris perfectamente labrado. A la izquierda había un ventanal de estilo gótico en colores granates y grises. Sentí como Daniel me abrazaba por detrás. Me giré y sin mas demora, le besé.
Mientras nos abrazábamos y nos besabamos, ibamos lentamente avanzando hacia la cama. Una vez tumbados, yo estaba encima de él. Me desabrochaba el vestido lentamente mientras nos besabamos. Una vez desabrochado, se puso en sobre mi acariandome el pelo.
-¿Estas nerviosa?
-Contigo me siento segura en todo momento.
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