Capítulo 2

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El día que su bebe nació, caía una tremenda tormenta en la ciudad, seguramente ese niño sería un llorón por completo, estaba tan asustado y emocionado por igual, sosteniendo la mano de Yuki mientras entraba en labor de parto, no puedo describir todo el suceso, me faltan las palabras, la magia del momento en que escuche llorar a ese niño, el calor y todos los sentimientos se me atascaron en la garganta cuando sostuve su diminuto cuerpo entre mis manos, me miro y juro, que sonrió. Antes, jamás me había sentido tan conmovido por nada en el mundo, pero ese diminuto humano, me robo el corazón en unos segundos.

Ella lo llamo Izaya.

Yuki me conto días después, que su novio, se había sentido culpable por abandonar a su familia y hacerla abandonar a ella todo lo que había conseguido de su arduo trabajo, que sus padres lo presionaban constantemente, que estaba comprometido con una joven rica para salvar y fortificar a la empresa familiar Orihara. Dijo que la madre de él tuvo una plática—petición con ella, a la cual, por amor, había accedido. Entonces se separaron y cada uno volvió a su antigua vida.

Supe, que ese muchacho, no sabía de su embarazo tampoco.

Tome entonces, sin saber, el papel de padre. Ese niño era muy lindo en verdad, verlo crecer todos los días, ayudarle a caminar, a hablar y escribir, celebrar todos sus cumpleaños, tomarle cientos de fotos y vídeos, ir al parque luego de recogerlo de la escuela, comer helado, prepararle la comida, ayudarle a vestirse, los pequeños regaños, ser honestamente amado por su inocente corazón, todo eso y más, lo incrustaron en mi acerado corazón, para mí, él es mi único hijo.

Cuando descubrimos lo enferma que Yuki estaba, Izaya me pidió dejarle trabajar en el bar para ayudar a su madre, obviamente lo acepte, pero nunca le deje hacer mucho más que llevar vaso por vaso a las mesas de los clientes, limpiar las mesas, tareas fáciles para su pequeño y que no representaban ningún peligro. Estaba muy feliz de sentirse útil, aunque siempre note, que deseaba jugar como los otros niños, pero el mismo no se lo permitió aun cuando le di la libertad de hacerlo.

Izaya solía juntarse mucho por aquel entonces, con el hijo de otra de las empleadas, un niño bastante atrofiado por el ebrio de su padre y la ninfómana adolescente de su madre, aunque mi investigación sobre el no revelo nada bueno, pensé que podría ser diferente, así que le permití acercarse a Izaya. Jugaban casi a diario en el departamento, la última vez que lo vi, subí a la casa para asegurarme que estuvieran bien, pues Yuki había ido al médico, cuando entre, no escuchaba ningún ruido, recorrí la sala y el cuarto, me asome al baño y me encontré muy asustado; Ren, el mocoso ese, tenía debajo suyo a Izaya sin los pantalones ni la ropa interior, mi hijo tenía la mirada más asustada y llena de miedo que yo jamás vi. Por otra parte, Ren tenía la mirada de un asesino de sangre fría, esa que no muestra ningún sentimiento hacia su presa.

Me deshice del perturbado Ren en seguida, le pague suficiente dinero a su madre para que se mudaran a otro lado  y jamás volvieran, Izaya olvido aquella terrible situación debido al shock, solo pesadillas vagas quedaron en su mente y con en tiempo, se borro por completo.

Rosez: Memories Shiki'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora