capítulo 06

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A sus catorce años de edad, el aroma de Jimin cambió

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A sus catorce años de edad, el aroma de Jimin cambió.

Definitivamente, olfateó Jungkook, es más dulce, pensó, hundiendo su nariz en la cabellera del pequeño que dormía junto a él. Estaba sufriendo varios cambios, entre ellos su estatura, la cual había aumentado significativamente en los últimos meses.

Jungkook había decidido investigar. Entre sus libros, para su desgracia, no había mucha información acerca los humanos, siendo su conocimiento acerca de ellos casi nulo. No obstante, en uno que otro libro de biología, se hacía referencia a una palabra que capturó su atención: Pubertad.

La línea de vida entre humanos y vampiros era muy distinta. Para empezar, los humanos eran mortales y su reproducción casi siempre era efectiva. Los vampiros lograban concebir un hijo como mucho, y eran casos especiales, razón por la que su población era tan reducida.

Estas diferencias continuaban, alcanzando los más mínimos detalles. Jungkook no recordaba mucho de su niñez, sobre todo considerando que habían pasado cientos de años desde entonces. Quizá su crecimiento había sido similar al humano, en observación de que era una posibilidad, mas no estaba seguro.

Cerró los ojos, decidiendo que iría a la ciudad al día siguiente para buscarle comida a su bebé y para comprar algún libro que le fuera de utilidad. Si planeaba seguir viviendo con Jimin, necesitaría comprender los procesos que se llevaban a cabo al interior de su cuerpo. Si el menor llegaba a tener dudas, él quería saber para poder responderle.

Lo que no pensó, fue que aquellas dudas empezarían a generarse esa misma noche.

—Kookie —murmulló la voz del pequeño. Jungkook despertó, somnoliento y siendo abrumado instantáneamente por el aroma dulce del menor. Sus colmillos salieron a relucir involuntariamente. Mierda...

—¿Qué sucede? —dijo alejándose del cuerpo contrario. Había conseguido a duras penas contenerse durante el último tiempo, sus deseos por morder, marcar y beber del cuello de Jimin se estaban haciendo intolerables. La necesidad le desgarraba por dentro, dejándolo aturdido y asustado cuando nublaba su racionalidad.

Las manos del pequeño se posaron sobre su torso y Jungkook se puso rígido bajo el tacto, el aroma embriagador empezando a propagarse por el aire encerrado del dormitorio.

—Me duele —dijo su bebé. Jungkook encendió la lámpara, notando los ojos cristalizados de Jimin y el puchero que adornaba sus labios.

—¿Qué te duele?

Consternado, observó cómo el contrario se sonrojaba y bajaba la mirada hacia su entrepierna. Jungkook imitó la acción, por fin entendiendo el problema que estaba inquietándolo.

—¿No te había pasado antes?

Jimin negó en silencio, avergonzado, todo su rostro adquiriendo un lindo color carmín. Hizo presión con sus manos sobre sus muslos cubiertos, intentando secar el sudor de sus palmas.

¡ vamp, kookie ! 丼 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora