Hasta Llegar A Ti

Capítulo uno

Mi niñez nunca me dejó sonrisas, en cambio fue una montaña rusa, que la mayoría del tiempo te soltaba en el aire hasta que caías en el pavimento.

12 años atrás

Chris vete a dormir- dijo mi mamá.

No tengo sueño mami- Le respondí con una mirada tierna en mis ojos.

¿Qué te dije de acostarte tarde?- me preguntó.

Que si no duermo lo suficiente no voy a crecer- le respondí cabizbaja.

Ok, pues si ya lo sabes, ¿Porqué no vas con Hanna a la cama?- continuó.

Esta bien Mami- dije mientras buscaba a Hanna para que me leyera un cuento de los del estante.

Hanna me tomó de la mano y me llevó hacia la habitación donde ella y mis otros dos hermanos dormíamos. Hanna tomó el libro de Peter Pan y me leyó dos capítulos.

A mí de pequeña me encantaba Peter Pan, por qué siempre quise escaparme e ir a la isla de nunca jamás, era con lo que soñaba, viajar hacia lugares fantásticos llenos de felicidad y diversión.

Después del pasar de los años, me dí cuenta que esos lugares no eran habitados por niños como yo. Aunque cada noche cuando Hanna me tapaba con la cobija, me decía- Sueña, sueña en grande, nunca dejes de vivir en un mundo lleno de felicidad, mi princesita Chris.

Esas cosas me alentaban hasta que todo se derrumbó...

Aquella noche mis padres se fueron. Cuando despertamos nos dió pánico no verlos, sentí que mi vida se acababa lentamente. Ellos nos habían abandonado. Ahora estábamos solos en el mundo y ellos por ahí, seguramente viviendo su mejor vida.

Hanna entró al cuarto de mamá y papá y vió una carta que estaba envuelta en un sobre rojo. Abrió el sobre, en este se encontraban 215 dólares con 35 centavos, y una nota que decía:

Si encontraste esta nota, Hanna, no se la leas a los niños, ellos no entenderán ésto como tú... Tu padre y yo tuvimos problemas económicos y legales, y tenemos que cruzar la frontera a México para no ser puestos en prisión, más que eso,estamos en aprietos, pero confiamos en ti. Sé que seguro nos odias ahora pero solo has lo que te digo una vez más, ve y abrazalos diles que todo va a estar bien, diles que tú cuidarás de ellos ahora. Preparales su cereal por la mañana, mimalos como una madre. Por qué se que serás mejor madre que yo.
Con amor
Tu madre Katerin

Ví como Hanna sollozaba mientras narraba la carta para sí misma, escuché todo detrás de la puerta, al salir de mi escondite, fuí directo a la cama para darle el abrazo más grande que hubiera dado en mi vida.

En cuanto a mis otros hermanos, ellos no sabían nada, por que Caleb apenas tenía dos años y Mason tenía 10 meses de edad.

Y siempre pienso en lo difícil que debió ser criar a tus hermanos pequeños, por eso siempre he admirado a Hanna, por tu fuerza y decisión.

Cuando papá y mamá se fueron Hanna tenía 19 y yo tenía 5. Ella ya había comenzado su carrera universitaria como pediatra y estaba en su primer año. Mientras que yo iba a comenzar mi primer año de básica.

Hanna era la mejor persona en el mundo, ella nos hacía sentir fuertes y llenos de esperanza. Ella era como una madre para mí, hacíamos todo juntas: jugábamos, hacíamos los quehaceres, hacíamos la tarea...

Pero nada hacía que de mi mente se borrará aquella noche en la que nuestros padres nos abandonaron.