Los cazadores.

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2.

P-Han sido ellos.

J-¿Quiénes son ellos?-Dije ya asustada, me separé de ellos, vi como sus ojos avellanas se oscurecían más y más, mientras caían al suelo.  Una chica apareció en la puerta, mientras observaba la escena.

X-¡Recoge todas tus cosas, ya!-Gritó mientras subía, la seguí y en una mochila, metimos toda mi ropa, mis zapatos, mis objetos, todo. Me cogió de la mano, y bajamos corriendo, saliendo de la casa, que en un momento, se incendió, provocando un calor inmenso en mi espalda.

Me metió en una furgoneta negra, con unas alas blancas en las puertas del maletero,  en las puertas laterales estaban dibujadas las letras "Hunters".

Unas lágrimas salieron de mis ojos, mientras que me arrinconaba en una esquina, mientras varios sollozos me salían automáticamente.

J-¿Por qué han..tenido que...morir mis....padres?-Pude articular, mientras lágrimas salían de aquel dolor, de todo lo que había experimentado.

X-Esos no eran tus padres.-Dijo la chica de antes. Me miró, fríamente, mientras dos chicos miraban por el parabrisas, como aquella niebla inundaba la carretera. Un cartel, diciendo "Welcome to Forks" anunciaba la llegada a un nuevo lugar.  El chico que estaba de copiloto encendió la música, mientras la chica y él cantaban al compás de la música.

X2-Andrea, ¿cómo está?-Preguntó una voz, que me resultaba extremadamente familiar.

J-¿Dean?-Dije, mientras dejaba de llorar, el conductor se giró, y una hermosa sonrisa se formó en sus labios.

¿A caso me estoy enamorando? No, no puede ser, no le conozco, me cae mal, le odio, ¿o no? No lo sé ciertamente, son confusos, demasiados. Vimos como una mujer estaba en medio de la carretera, pero Dean la pasó, como si nada.

Grité a todo pulmón, mientras unos insultos salían de mi boca. Todo lo que estaba pasando era extraño, muy extraño. Andrea me tapó la boca, mientras me abrazaba lentamente, sentí su respiración entrecortada, atravesar mi delicado cuello, donde unos escalofríos me hacían cosquillas, unas cosquillas que me hacían olvidar de todo, pero volvía a la cruda realidad, donde mis padres habían muerto, o eso creo, donde he tenido que huir de mi hogar, para marcharme con unos desconocidos.  Había visto mi casa arder, a mis padres, o quien fuera, medio muertos en el suelo, había abrazado a unos seres llenos de sangre.

                            * * *

Después de una hora de estar acurrucada, en un coche ajeno, pude estirarme y sentir como cada músculo de mi cuerpo se estiraba lentamente. Vi una casa moderna, paredes de ladrillos rojos, enredaderas colgando de cada pared. Un camino de piedra, con flores a cada lado del camino, daban la bienvenida a cualquier persona que pasaba, pero una entrada prohibida amenazaba a cada uno.

Entramos en la casa, y unas paredes marrón, y un suelo de madera clarita, una chimenea a la izquierda de la sala, una estantería a cada lado de la chimenea, con una multitud de libros, de tapa dura, con nombres en latín,  con dos sillones aterciopelados delante de la chimenea, para una tarde de aburrimiento. A la derecha, unas escaleras con una alfombra con dibujos bonitos, hacían querer subir a la segunda planta.

J-Es un salón precioso.-Dije mientras alguien me sujetaba de la cintura, me giré y vi a un Daen sonriente, una sonrisa que le iluminaba la cara. Mis mejillas tornaron un rosado, al darme cuenta de que sus manos aún seguían en mi cintura.

D-Creo que te debemos respuestas, ¿verdad?-Dijo quitando sus manos y poniéndose delante de mí.

J-Sip.-Dije mientras imitaba su gesto de seriedad y superioridad.

D-Nosotros somos una especie de cazadores, que alquilamos a seres sobrenaturales.-Dijo mientras observaba mi gesto de duda.-Nunca te creas  lo que te cuentan en los cuentos, los malos pueden ser buenos y los buenos, los malos.

J-No entiendo nada.-Dije mientras intentaba asimilar todo esto. Vi como Andrea y Sam estaban serios, evitando miradas.

A-Te lo explico, los de antes no eran tus padres, eran una réplica exacta, que normalmente hacen los demonios, pero algo les ha salido mal.-Dijo cruzándose de brazos, ahora que me fijaba más en ella, era guapa, unos cabellos marrones con unos destello rubios caían sobre sus hombros, unos ojos avellanas miraban fríos la casa.

D-Algo anda mal. Judith, solo mantente alerta de todo tipo.-Dijo Dean mientras se acercaba a Sam. Este tenía los ojos perdidos, vagabundeando por la casa.

El sonido de un móvil desconcertó a todo el mundo, Andrea cogió el móvil, y su rostro divertido cambió a uno enfadado, golpeó a un mueble, tirándolo al suelo.

A-¡Joder!-Dijo ya enfadada mientras cogía una chaqueta y se marchaba, Dean y Sam la siguieron a su ritmo, mientras yo intentaba alcanzar ese ritmo.

Les alcancé, y se metieron en un Peugeot azul, con ruedas algo desgastadas. Andrea aceleró y pasó casi por todo Forks, hasta llegar a una fábrica abandonada.

J-¿Qué está pasando?-Pregunté asustada,  Andrea me tapó la boca, y silenciosamente, pasamos un pasto hasta llegar a la fábrica, un mal presentimiento recorrió mi cuerpo.

S-¡Dean, protege a Judith, Andrea, tú vienes conmigo!-Gritó Sam, mientras Dean me arrastraba hasta el coche, y veíamos como Andrea y Sam entraban em la fábrica, dejando un silencio espectral detrás de ellos.

J-Suerte, vayáis lo que vayáis a hacer.-Dije en susurros, evitando que me escuchara Dean.

Una doble vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora