Media noche...
Brillantes estrellas...
Y una belleza celestial...
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En el lecho, una mortal criatura dormitaba entre ligeros sueños.
El viento la levanta, mientras su cabellos se movían inquietos.
Débilmente va abriendo sus hinchados ojos mostrándose mansos y tristes ante la fría ventisca del otoño.
Con pies ligeros y delicados como la nieve anda tambaleante hasta las cortinas de oscuro carmesí las cuales la reciben como un amigo, invitándola a sentarse junto a ellas mientas acariciaban su pálido cuerpo semi desnudo...
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Aire... Necesito aire...
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Con respiración agitada y cortada intentaba tomar bocanadas del frío viento, buscando desesperadamente llenar sus débiles pulmones con dulce oxígeno.
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Luna... Bendice me...
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Al cerrar sus ojos brotan anhelos, los cuales ruedan suavemente por sus mejillas...
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Deseo... Paz...
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Suavidad, siento el rose de la suavidad del despliegue de alas...
La abrir los hermosos trullos le vio, estaba feliz.
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Por fin viniste...
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°Nunca te iba a dejar ir...
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En su ventana, asomándose, se encontraba con la criatura más hermosa que nunca había imaginado.
Un ángel hermoso. Tan atrayente como intimidan te le miraba con sus fríos ojos como brunos, desnudando su alma mientras sonreía con sequedad.
El extiende una mano, parecía estar hecha prácticamente de mármol....pálido, duro y frío.
Inmortal...
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Mi ángel...
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°
° ° °No me temas, no le temas a lo desconocido...
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Le acaricia el rostro. Era frío, su mano, estaba helada, tanto que le provocó un escalofrío que sacudió a la joven erizando su piel, sin embargo, ella se derretía mientras su débil corazón palpitaba a dolorido con cada latido.