Saqué una botella de mezcal, de mi maleta. Le retire la tapa, y le di unos cuantos y largos tragos. Los primeros tragos rasparon mi garganta, los siguientes pasaron como agua. También saque una caja de cigarros, tomé uno, y lo prendí, le di unas cuantas y largas fumadas; saque el humo lentamente, vi al humo perderse, lo vi flotar y alejarse de mi. Regreso a mi mente, la triste melancolía de poeta, la que nunca pensé que regresaría. Que tonto he sido, todo lo que pienso no lo he pensado bien, creo pensar y analizar bien las cosas, pero todo termina mal, lo que creo que pasara no pasa.
Me bebí toda la botella, no queda nada dentro de ella. Creo que gané una batalla más, contra el enemigo que me a acompañado durante toda mi absurda existencia, ese terrible enemigo, mejor dicho enemiga es la vida. No sé ustedes, pero yo siempre eh creído que la vida es nuestra peor enemiga, siempre nos pone obstáculos, con la intención de que tropecemos y nunca podamos levantarnos. Y si la vida quiere acabar con nosotros, acabemos primero con ella.
Maldito alcohol, siempre hace que empiece a decir miles de estupideces, cosas sin sentido, cosas raras. Eh dado vueltas alrededor de mi vida, pero nunca encuentro un sendero marcado, y lo que es mucho peor, nunca me encuentro a mi mismo. No encuentro las palabras necesarias para expresar lo que siento, las palabras que me libraran de este martirio, que me ayudaran a ser libre.
Sigo diciendo tonterías, yo nunca he creído en la libertad, al igual que nunca he creído en el amor, ni en la realidad, y ni en la humanidad. Como carajos voy a creer en todo eso, vean como me encuentro, si tan sólo pudieran verme, les aseguro que ustedes también dejarían de creer, también tratarían de vencer a la vida, si tan solo me pudieran ver.
Debo tranquilizarme, me vuelvo esclavo de mis impulsos, me vuelvo débil ante mis pensamientos, ante todo lo que me rodea. Creo que fumare otro cigarro, y al igual que el anterior, lo fumare lento, disfrutare ganarle esta batalla a la vida. Pero que tonto, no me di cuenta de nueva cuenta, la vida va ganando ella me tiene en el lugar que quiere, me tiene preso, me tiene vulnerable tal y como lo planeo. Soy un imbécil, que ciego soy, que mal estoy.
Soy un alma sin rumbo, llévame aire, hazme flotar, hazme libre. ¡Convierte me en el hombre de la libertad! ¿Pero quién y cómo es el hombre de la libertad?

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El hombre de la libertad
SpiritualSiempre creí que la libertad no existía, lo sigo creyendo. Pero aquel hombre parecía estar seguro de lo que decía. Aquel hombre, era el hombre de la libertad.