Maldita, ¡mil veces maldita!

Capítulo 6

Tengo límites infranqueables en esta vida y dormir los domingos hasta altas horas de la mañana es uno de ellos. Muy temprano Lisa había saltado sin nada de delicadeza sobre mí con la excusa de que debía despertarme para desayunar. No sé porque me sorprendí en cuanto comprendí que eso en realidad significaba “haz el desayuno". Fue una orden directa de papá. Estoy molesta con el mundo entero. odio bañarme los domingos, de hecho casi nunca lo hago y tuve que pasar por todo esto y más para ir a comprar unas miserables salchichas.

Juego a mantener un poco el equilibrio en la acera mientras llevo las salchichas en una bolsa, es divertido. Hay un tramo bastante grande frente a mí, me detengo, respiro hondo y cálculo en donde caeré. Me concentro para tomar impulso, saco la lengua, entrecierro los ojos y salto con fuerza, llego justo donde necesito, me tambaleo un poco y un grito inesperado logra sobresaltarme haciéndome caer  al asfalto.

-¡Gabriela!

-¿Quién coños es Gabriela? –suelto molesta mientras miro con pesar mis manos rojas y con marcas por la caída – ¿que no te enseñaron a no interrumpir a alguien cuando está en algo importante?

-No, nunca –responde Gustavo con una sonrisa de oreja a oreja, me rodea la cintura y me levanta como si fuera una pluma – no vengas con palabrerías españoletas, pequeña mentirosa. -se cruza de brazos indignado.

-Ah, eso. Me llamo Amanda –me sale una risita inocente, mi mentira cayo más rápido que el dólar–todos tenemos nuestros momentos ¿no? No es como si uno le anduviera diciendo su nombre a todo el mundo. y no vuelvas a asustarme así –le reprendí

-Llevaba bastante sin verte, me preguntaba qué sería de ti, aun vives. –dijo animado

-Supongo que todo bien, ¿Cómo puedes estar tan contento un domingo?

-Solo me alegra verte.

-Bien, pues no ha sucedido nada anormal, la vida es relativamente aburrida, tú sabes, de casa al colegio, del colegio a casa. Nada importante, una chiquilla como yo no podría hacer nada interesante.

-Te sorprenderías al saber lo que puede hacer una chiquilla como dices tú aquí y dime… ¿Te gustaría ir a algún lado hoy?

No lo consideré mucho, necesito distracción desesperadamente – está bien, a las cinco en la panadería.

Con estas palabras me despido. Para cuando llego a casa ya son las nueve y hay bastante algarabía, papá ama arruinarnos el sueño a todos este día. Pico las salchichas sobre la tablilla; luego las pongo en un sartén con margarina y las frío un poco y finalmente vierto el huevo que tenía revuelto desde antes de ir a la tienda.

El día es malditamente eterno, prendo y apago la tele unas cuantas veces, como si eso me fuera a dar alguna especie de revelación milagrosa, tengo demasiada pereza como para ir a la biblioteca por un libro, aunque dudo que este abierta. Reviso los cuadernos de las asignaturas que me parecen importantes: química, física, trigo, filosofía y lenguaje, para mi desgracia tengo tarea en todas, tomo el de trigo primero porque no se me da mal, sé que podre terminar rápido la tarea después de todo solo son tres páginas del texto complementario.

»»««

Al final terminé haciendo todas las tareas, no tenía nada más interesante que hacer, Lisa me invito a ver películas pero me negué, ayer todo el día vi películas con mamá y papá, mis ojos no lo soportarían ni por un minuto más. Ya falta poco para  mi reunión con Gustavo, almorcé quizás hace menos de una hora, nadie almuerza temprano los domingos y nosotros no somos la excepción, al menos en eso somos normales.

Busco entre mi armario algo cómodo, está haciendo bastante calor, me siento pegajosa pero no me volveré a bañar, ya he tenido suficiente de eso. Tomo una blusa negra con estampado de AC/DC, lo curioso es que no me gusta la banda, solo la conservo porque fue un  regalo. me pongo un jean algo ajustado y unas sandalias. Puedo maquillarme libremente ya que no voy al colegio de Micaela. No suelo maquillarme pero como casi nunca salgo tal vez pueda intentar arreglarme un poco mejor, además, no quiero verme como una niña al lado de Gustavo.