Me siento tan vacío, ¿qué me han hecho?
Izuku abrió los ojos cuando su corazón se congeló por completo bajo la ignorancia. Al momento de hacerlo, el vacío del mismo le caló hasta el hueso. Como si la gravedad fuera más cruel con él, con su latido confundido. Tenía un nombre en la punta de la lengua pero no podía conceptuarlo, su mente estaba trabajando para hallarlo, para finalizar aquel pensamiento pero solo guardó silencio. Su madre estaba ahí, llorando y no podía empatizar con su dolor. Kirishima también estaba ahí y lo único que pudo hacer fue arrugar la nariz en confusión. ¿Quién era la sombra que seguía a Kirishima? ¿Quién era esa persona que no podía concretar en sus pensamientos? Izuku se rindió cuando el dolor se alojó en sus pensamientos. Destituyendo la paz de seguir con vida después de... ¿qué había hecho antes de llegar al hospital? Primero, ¿por qué llegó al hospital? Observó sus manos y las cicatrices, Shoto fue la primera persona que se le vino a la cabeza luego alguien que no podía recordar. Alguien importante en el festival deportivo de ese año.
—Mamá, ¿quién ganó el festival deportivo de la UA el primer año?—Inko guardó silencio, Kirishima la había puesto al día con las noticias sobre su enfermedad y pensar que la operación, tan invasiva en su pecho, había salido mal, la tenía nerviosa. Con los dedos agrietados por tanto apretar el puño en frustración.
—Un compañero tuyo, mi vida—respondió con temblor en la voz. El doctor le había dicho que era normal que él hiciera preguntas en un principio, olvidar el amor de su vida de un día para otro no era tan sencillo de asimilar. La mente sufría y el corazón desconocía.
—¿Cuál era su nombre?—Inko tembló, no podía mentirle, sería mucho más confuso para él que una mentira.
—Bakugō Katsuki.
Izuku lo pensó bajó sus labios, en su mente el nombre resonaba fuerte y sin descanso pero no podía obtener nada. Solo un extraño tirón en el pecho. Se levantó de la cama, su madre le dijo que debía descansar pero no podía respirar, su cabeza se sentía pesada y apretada. Su corazón latía más rápido de lo normal y el aire, el preciado aire no estaba en sus pulmones. Abrió la ventana de la habitación y unas lágrimas efusivas se deslizaron por sus ojos y mejillas. No entendía nada, nada solo que algo no estaba bien y dolía. Lo suficiente para hacerlo mirar el suelo. Los látigos salieron de sus manos y un sentimiento extraño se alojó. "¿Qué harás cuando Allmight se retire? Seguiré luchando para ser el número uno, nerd de mierda. Y joder, te ganaré". Lloró, sintiendo ningún consuelo en los brazos de su madre.
Algo había perdido y lo extrañaba demasiado.
Poco después del episodio de angustia, el doctor le recomendó visitar un psicólogo para trabajar en su estado de ánimo. Izuku aceptó el trato mientras buscaba sus cosas para irse del hospital, ya le habían dado de alta y realmente quería ir a su departamento. Inko le dijo que no podía quedarse tanto tiempo porque la casa estaba sola y las vecinas no podían cuidarla por siempre. El beta feliz se despidió de ella en la estación del metro. La vio irse y luego siguió los pasos hasta su departamento, al abrir la puerta se sintió extraño. Nada era normal excepto que todo estaba donde debía estar. Alguien había limpiado el lugar y había dejado comida en la cocina, podía sentir el aroma del katsudon recién hecho flotando con cariño en el ambiente. Fue rápidamente y comió un buen plato, seguramente había sido su madre. Pero al dar la primera mascada, un leve sabor picante lo hizo gozar. No recordaba que su madre fuera amante del picante pero lo agradecía. La comida estaba deliciosa y era cálida en su estómago vacío.
Se llenó con ella hasta que más no pudo y fue a su habitación. El lugar era cómodo a la vista y tenía el estilo americano que Allmight presumía en su mercancía. Se sintió como en casa. Se fue a bañar y todo estaba tan limpio que se relajó, al poco tiempo se quedó dormido en la bañera y después se acostó. Le habían entregado su itinerario y tenía dos días libres. Aún así, estaba muy emocionado de ver a sus compañeros héroes. Quería anotar muchas cosas en sus libretas llenas de apuntes... ¿Dónde tenía las libretas? Había olvidado por completo donde estaban, se acordaba de un lugar más le era extraño porque nunca lo había visitado. Al final le dió igual, iba a comprar más. Después de todo era el símbolo de la paz y tenía mucho dinero para gastar. Tanto que le había comprado una casa a su madre, ella siempre había querido una para tener una familia más grande... Izuku nuevamente arrugó la nariz. ¿Por qué aún no tenía familia?
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Las Rosas También Florecen En Invierno
Fanfiction"Eres un beta, eres invisible y nadie nunca te amara porque no hay destinados para ti" Katsuki es un alfa puro, la cúspide de la sociedad. Izuku es un beta, la parte más insignificante de la sociedad. Izuku ama a Katsuki desde pequeños pero sus sent...