Escritos Rosa

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Princesa, si conocieras el origen de mis cortejos, la razón de mis desvelos y mis constantes pensamientos; dirías que enloquecí. Que mi cordura se fue de paseo en busca de los tornillos extraviados, que mi concentración se volvió nula al tenerte frente y mi pulso dudoso a tocarme. Son tantas las palabras por decirte, y tantas las cosas por contarte. Pero me limitare a decirte princesa, y encerrare todas estas emociones dándote la vida de una reina. Mientras tanto... te amo princesa.