Lucha.

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"Sentencia a muerte"

"Princesa entre la vida y la muerte"

"Perversidad, crueldad..."

"Patriarca avergüenza la corona"

Aquellas eran unas de las principales notas que circulaban por todo el continente Europeo, hace casi mes y medio que aquello había sido una bomba de información, alguien había filtrado los detalles sobre cómo el Rey de Edimburgo, Escocia había querido enviar a prisión a su propia hija, sobre cómo el Rey Alistair había asesinado a la reina y mantuvo privada de su libertad a la verdadera madre de la bastarda Camila Cabello, sobre cómo el Rey había sido tan descarado cómo para mantener a su segundo bastardo en el castillo, alguien había sido muy listo al vender los detalles jugosos a la prensa. Día tras día alguien trataba de colarse a la habitación privada de la princesa Camila para así obtener alguna fotografía de su estado.

Si muriera la prensa no lo respetaría cómo tal.

Si muriera tratarían de sacar provecho de ello.

Camila Cabello había pasado días críticos, aferrándose a la idea de encontrar a Lauren y su primogénito, aferrándose a vivir para vivir. Vivir de verdad, vivir con los ojos abiertos, vivir entregando su corazón a una mujer que ahora, probablemente ya no la amaba más o en el peor de los casos, ahora estaba muerta pues si Alec había puesto sus manos encima de Lauren cómo lo hizo con ella no le dejaban mucho a su tortuosa imaginación. Camila se estremeció ante aquellos pensamientos. Una vez más nadie sabía del paradero de Lauren Jauregui ahora sumándose Michelle Jauregui, las gemelas habían desaparecido de cada rincón donde Camila pudiese buscar. Hacía una semana que había querido salir del hospital pero apenas se levantó de la cama un mareo se apoderó de su cabeza y cayó de costado lastimando la herida que Alec le había hecho.

Alec Craig había sido sentenciado a cadena perpetua por la lista larga de crímenes que lo perseguía desde la adolescencia, con catorce años el adolescente había asesinado a su propia madre y al hombre que cuidaba de él para así poder llegar a Alistair Cabello.  Alec había heredado la maldad de Alistair, Bruce se atrevía a decir que era peor, pues no hay nada peor que un corazón lleno de rencor, odio, oscuridad y dolor, un ser despiadado. Nada justificaba los actos del hombre pero la vida vacía que tenía lo había llevado a cometer crimen tras crimen.

—Hogar, dulce hogar - Susurró la princesa Cabello al entrar en el castillo.

El personal del servicio la veía como si fuera un fenómeno de circo y no era para menos pues estaba siendo la noticia mundial del año.

Una bastarda a la cuál su propio padre y medio hermano la habían traicionado, una bastarda que había sido exhibida ante la sociedad, ante la corona, una bastarda con gustos peculiares pues estaba siendo portada de periódicos internacionales junto a Lauren y Michelle, stripper's estadounidenses. A Camila le importaba poco o nada lo que se dijera de ella pero no podía tolerar ver la manera en la que se expresaban de las gemelas Jauregui. Que prácticamente hubiese sido desterrada de la corona británica no significaba que se había quedado sin nada, al contrario, ella seguía teniendo poder y contactos. Todos aquellos periodistas, revistas inclusive la televisión local se arrepentirían de haberse metido con ella y las gemelas.

—Señora... ha recibido estos documentos desde Londres - John, el mayordomo le entregaba toda una pila de papeles. La princesa sólo asintió a lo que el mayordomo entendió cómo una despedida.

Suspiró con pesadez cuando vio desde dónde venían las cartas, el palacio de Buckingham. Si era honesta consigo misma, en otro momento de su vida hubiese estado preocupada sobre el hecho de ser exiliada, que ya no pertenecería más a la corona real, sin embargo hoy, hoy solamente quería que Lauren y su primogénito estuvieran con bien, quería encontrarlos y dedicar su vida entera a buscar redención por sus errores.

KITTENSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora