Epílogo

5.5K 422 150
                                    

— París - Un año después —

-Hola preciosa — Kara susurra al entrar a la alcoba de su bebé, la hermosa niña rubia de ojos verdes, sonríe desde su cuna — Mamá está aquí — la toma en brazos y besa su suave mejilla, aspirando el aroma de su bebé — Te extrañé mucho-

La niña de un año de edad, emite un leve grito de felicidad, pataleando y moviendo sus manitas hasta tocar las mejillas de su madre, Kara sonríe embobada, y no se arrepiente de salir de la empresa para venir a ver a su hermosa bebé, ya que los mellizos estaban en el colegio y Kieran recién había comenzado a trabajar en la morgue del hospital más importante de Francia, así que a excepción de la joven nana, no había quien se interpusiera entre ella y su pequeña.

-Te amo — le susurra y la niña toca sus labios — mi hermosa Natasha — La para sobre sus muslos, al estar sentada en el piso junto a la ventana, así los ojos verdes de su hija brillan con el sol — Y me encanta cuando estamos a solas, sin tu celosa madre merodeando-

Kara ama a su bebé, ella siempre la busca y sí no le canta no duerme, tiene que sentirla cerca para hacerlo, lo cual por supuesto enfada a Kieran y a Lena, hasta hace poco era la única pero sabe convencerla de que Nat no le quitará su atención. Lex por su parte sigue siendo un niño solitario, pero no de una forma mala, él se ve solo pero no lo está, las grandes ideas lo acompañan, es el mejor de su clase y no duda que pronto escale algunos grados, tiene un solo amigo, que a veces trae y ambos se pasan horas discutiendo asuntos complejos e importantes. Lena es inteligente pero en un aspecto diferente, usa ese asombroso cerebro para el arte, así es, heredó su habilidad en la pintura y escribe también, sabe que será una gran artista o quizás escritora. Kieran está feliz con sus hijos, ninguna le impone lo que deben estudiar, no cometerán ese mismo error que sus padres, y bueno Nat, es una bebé para saber sobre sus gustos.

Natasha articula un Am, lo cual significa que tiene hambre, Kara se pone de pie y sale de la alcoba de su hermosa niña, bajando a la cocina, Mike aun no llega del trabajo, probablemente llegue hasta la noche, ha estado saliendo con una misteriosa mujer. Saca el biberón de la nevera y pone a calentar la leche en el microóndas, pues la única que debe encender la estufa, es Kieran.

-Listo — saca el biberón y la leche está a buena temperatura — A comer mi linda bebé-

Sonríe al ver a la niña sosteniendo el biberón, y al dar la vuelta casi grita y cae al ver quien estaba frente a ella, Kieran había llegado a casa, y como la buena asesina experta que fue o es, no hizo ruido alguno al entrar a la mansión, Kara retrocede dos pasos, y la bebé al ver su otra madre, deja escuchar un grito agudo, feliz por verla, Kieran le sonríe a su pequeña, pero sigue mirando furiosa a su esposa.

-Ven con mamá — la niña accede y ahora estaba en sus brazos — Sabía que tu posesiva madre estaría aquí — Kara sonríe nerviosa — Pero ya esto aquí para salvarte — le besa la mejilla.

-Kieran no te enfades, yo terminé pronto mi trabajo y quise venir a verla, estaba sola en su cuna — sigue a su esposa, haciendo puchero.

-No te basta con Lena, ahora quieres arrebatarme a Natasha — la bebé ríe al ver a Kara hacer caras graciosas — ¡Aléjate! — oculta el rostro de su niña.

-¡No me alejaré! — se interpone en el camino de Kieran — ¡Es mi hija también!-

-¡Fuera de mi camino! — grita, la bebé no se asusta pues ya estaba acostumbrada a las discusiones de sus madres.

-No — dice divertida, con las manos en la cintura.

-Kara Danvers — dice entre dientes, pero la rubia no deja de sonreír — Bien, te di la oportunidad de salir ilesa-

KaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora