Donador➵ 『 sᴘʀᴏᴜsᴇʜᴀʀᴛ 』《O.S》ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴅᴀ TERMINADA

s e v e n |FIN|

Minutos más tarde, ya más calmados y tranquilos, Lili aún estaba sentada encima de él, pero esta vez sobre su regazo. Después de haber experimentado ese increíble orgasmo juntos y que sus cuerpos hayan recuperado su temperatura normal, fue ahí cuando comenzaron a ser conscientes del frío invernal dentro de la habitación, pero aun así, no queriendo levantarse y romper el contacto que mantenían piel contra piel, Cole estiró la mano detrás suyo y alcanzó su sudadera de la camilla para cubrir el pequeño cuerpo de Lili. Ella se acurrucó contra su pecho y escondió cabeza en el hueco de su cuello, mientras suspiraba por el olor tan masculino que emanaba de su piel.

- ¿Podré volver a verte en otra ocasión?- preguntó  Cole sin esforzarse en ocultar el tono de esperanza en su voz. Quería volver a verla y besarla otro día de la misma manera que lo hizo hoy. Quería volver a disfrutar de su cuerpo follándola, o mejor aún… haciéndole el amor.

- Vas a tener que verme sí o sí. Te inscribí como donante de semen activo en la clínica.

- ¿Y qué quiere decir eso?

- Que tendrás que venir una vez a la semana durante los próximos tres meses.

Lili levantó la cabeza y lo miró a la cara para estudiar su reacción. La sonrisa que se asomó en los labios de  Cole bastó para que ella le sonriera de igual forma y se sintiese feliz.

- ¿Para donar?- dijo él, consciente de la estúpida sonrisa estampada en su cara.

- Sí, para donar.

- ¿Y me vas a ayudar tú con eso?

- Sólo contigo interferiría en mi trabajo para ayudar llegar al orgasmo a mi paciente favorito.

- Créeme, las mujeres que quedarán embarazadas con mi semen te lo agradecerán.

Lili soltó una carcajada, y entonces su risa murió cuando él se inclinó y la besó.

(...)

Cole no había logrado quitar esa sonrisa de imbécil en su rostro desde que se despidió de Lili. Parecía alguien nuevo, con una alegría y un humor que ninguno de sus amigos reconocería. Y era justamente así como se sentía; un hombre distinto y renovado.

Cuando dobló por el siguiente pasillo de la clínica, distinguió a lo lejos a Kj de espaldas, quien estaba apoyado en la pared luciendo un poco mareado.

- ¡Hey,  Kj!

 Cole caminó hacia él con entusiasmo.  Kj se volteó, pálido y tambaleándose cuando trató de la misma manera acercarse hacia él.

- ¡Tío, no te imaginas lo que me pasó hoy!- dijo Cole, dándole un leve golpe en el hombro a modo de juego.

- Joder.- se quejó, sobándose la zona dañada.- no me pegues tan fuerte, que me siento débil como la mierda después de que me hayan sacado tanta sangre. Nunca más, ni por todo el dinero del mundo voy a donar. Y por cierto, ¿Dónde diablos estuviste todo este rato? Y quita esa sonrisa estúpida de tu cara. Te ves ridículo.

 Cole se rió, viéndose inafectado por sus palabras.

- ¡Hombre, estuve con la mujer más caliente de toda mi puta vida!

- ¿A qué te refieres?

   Cole sacó del bolsillo de su pantalón un trozo de papel y le enseñó con orgullo los números que estaban escritos en él.

- Espera, ¿Ese es un número telefónico?- preguntó  Kj  frunciendo el ceño.- ¿Y de quién?

- De mi enfermera.

- Un momento.-  Kj  razonó sus palabras, y luego sonrió.- ¿Te acostaste con ella?

- No sólo eso. Demonios, ella tiene unas manos increíbles…

- ¡Oh, maldito hijo de puta! O sea, aparte de follártela, ¿Ella te hizo una paja?

- Y una de las mejores. Además….- sacó de los bolsillos de su sudadera un fajo de billetes y se lo mostró.- me presenté como donante de semen y me dieron dinero a cambio. ¡Ya podemos pagar el arriendo del departamento!

 Kj exclamó de felicidad y lo abrazó con toda la fuerza que su cuerpo le pudo permitir. Después los dos amigos salieron de la clínica sintiéndose felices y al fin fuera de problemas.

Mientras se montaban en el auto de Kj para dirigirse hacia el departamento,  Cole pensó en Lili.

Pensó en Lili y se preguntó cuáles serían las palabras más adecuadas que podría decirle para invitarla salir en una cita. Una cita normal, en donde sólo se dedicaría a besarla, conocerla y mirarla como si de él se tratara un hombre enamorado.
El simple pensamiento lo hizo sonreír.

FIN.