Euforia [LUKANETTE].

Parte tres [Final].

—Sí...dime.Te escucho. —apagó la tv poniendo toda su atención en ella notando como su estómago se revolvía.—¿Cómo te fue?

—Bien, excelente diría yo.—se acercó  a él sentándose a su lado.— Sabes quisiera que…

El teléfono se hizo presente y Luka agradeció eso, se apresuró a contestar rápidamente sin dejar que ella se expresara. Quería hacer como si nada pasara pero ya llevaba días observando a Marinette junto con Adrien que su cabeza fraguaba cosas que le eran muy difícil no pensar mal.

Atendió la llamada cuando este se lo pasó, resultó ser un proveedor y amigo de ellos que no estaba convencido que tipo de telas eran las que en esta temporada requerían. La llama finalizó pero los ánimos no volvieron a ser los mismos de Marinette,  pese a que Luka le insistió en que le dijera.

—Mejor en otra ocasión. Patrick me ha puesto de mal humor al no tener el pedido, lo que te tengo que decir no es algo como para soltarlo de esta forma.—sonrió levantándose del lugar encaminando sus pasos hasta su pequeña oficina dentro de su hogar.

Una semana después pasó pero Marinette no encontraba la forma de hacerle saber la noticias que tenía  por darle, desde la llamada de su proveedor diciendo que no tenía aún su pedido, no pararon de trabajar solo dándose descanso en pequeños momentos en lo que ella no había planeado la sorpresa que le tenía. Además poco a poco iba recuperando su amistad con Adrien, saliendo un par de veces más donde en cada ocasión el tema principal era Alya, el rubio ya había hecho todo lo que estaba en sus manos para reconquistar reconquistarla que verdaderamente estaba perdiendo la paciencia. 

—Tranquilo, todo saldrá bien. Estoy convencida que Alya ahora si te perdonara. Solo debes ser honesto con ella diciéndole lo que sientes.—le tomó la mano en un gesto desinteresado. —Ella te ama demasiado, no creo que deje que su matrimonio acabe de esta forma.

Adrien se encontraba un poco bebido pues no en vano se encontraban en un restaurante bar en el centro de la ciudad, sentados en la barra de este sitio; él bebiendo Ron seco mientras que ella bebía una naranjada mineralizada. 

—He hecho de todo por ella, pero no quiere recibirme. Ha comenzado a ignorar mis llamadas, cuando me toca ver a Eric, Nora es la que me lo lleva.

Marinette hizo una mueca en su rostro, era evidente que el modelo se sentía frustrado ante la poca accesibilidad de la mujer, ella misma se sentía molesta por la actitud de quien fuera su mejor amiga; pero a la vez la entendía,  por eso mismo no dejaba de aconsejarle al hombre. 

—Tal vez si lo intentas una vez más. Deberías gritarle al mundo cuanto la amas, darle su lugar.

Adrien la observó unos segundos dándose cuenta que pese a los años transcurridos, la azabache seguía conservando su belleza hasta se atrevía a decir que era mucho más guapa que tiempo atrás con ese brillo en los ojos con el que ahora contaba.

—Todo hubiera sido más fácil si...—Él estaba un poco ebrio que realmente poco a poco perdía conciencia de lo que hacía, acercándose a la chica para tomarla de la mejilla para acariciarla.

Marinette se sintió nerviosa por ese contacto que hace mucho no recibía de él, sin embargo ahora era sumamente diferente.

—¿Sí? ¿A qué te refieres?

—A ti...a nosotros.— acercó su rostro al de ella obligándose a respirar la fragancia a flores de ella.— si nos hubiéramos casado seríamos tan felices.

Ella estaba paralizada sintiendo como su corazón latía un poco frenético y sus oídos se tapaban. Jamás pensó escuchar eso de quien había perdido.