Parte 3: El nuevo explorador júnior, Riolu

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- ¿Y ahora qué hacemos? – le pregunté a Pikachu.

- Han dicho que irian al lago esta noche. Yo iré. ¿I tú?

- No sé, después de lo que ha pasado yo no iria...

- Pues iré yo solo.

- ¿¡Bromeas!? No te dejaré ir solo.

- Entonces acompañame. - me propuso Pikachu. 

- Vale. Shiftry se irá a la posada del pueblo con más adultos, por lo visto han hecho una reunión de emergencia por lo del lago.

- Mis padres también irán. Deberíamos aprobechar y, en cuanto se vayan quedar en la base secreta.

- Está bien. Y como sabremos si somos nosotros?

- Da un golpe al tronco, seguido de cuatro golpes rapidos, una pausa y dos lentos, ese es nuestro código secreto.

Al caer la noche fui al peñasco y seguí las indicaciones que Pikachu me había dado, y de entre las ramas se abrió una trampilla y asomó una cola en forma de rayo. Subí de un salto y me agarré a la cola, que me ayudó a subir. Pese a ser un niño estaba en buena forma. Allí dentro había una mesa redonda de madera con cinco sillas, cuatro pequeñas y una grande, como si fuese un minitrono. También había una estantería baja llena de bayas y una caja llena de "tesoros". De un cajón Pikachu sacó una placa de explorador de cartón y me la dió:

- Oye Riolu. Esta no será una misión facil. Necessito que te unas a nuestro gremio para saber que eres de fiar.

- Enserio...

- Si pronuncias el siguiente juramento, te haré entrega de esta placa, y serás uno de los nuestros. Te necesito para lo que vamos ha hacer esta noche.

- Vale.

- Repite: Prometo proteger a los indefensos de las garras del mal, prometo ser fiel a mis principios, prometo anteponer a los demás antes que a mi, prometo jamás parar de saciar mi curiosidad, y no parar jamás de explorar lo desconocido. – me aclaré la garganta.

- Prometo defender a los indefensos de las garras del mal, anteponer la curiosidad a los demás, y esto... ¿podrias repetirmelo?

- Está ahí, en el papel enganchado a la pared.

Lo leí i me entregó la placa. Salimos del arbol y nos dirijimos al lado intransitable de la montaña, la cual estaba llena de puntiagudas piedras más altas que nosotros. Nos escondimos en unas paralelas separadas por unos cinco pasos.

Esperamos una buen rato y al fin aparecieron Espeon y Dewott. Ambos se pararon ante el lago, que ya empezaba a recuperar su tono natural.

- La posada está muy cerca de aquí, si levantas el agua todos los aldeanos que están ahí haciendo su reunión nos verán y vendrán.

- Ya he pensado en eso. – dijo Espeon. – No levantaremos el lago. Entonces el lago se partió en dos mitades y ellos bajaron por el recién creado passadizo. – Así no nos verán a esa distancia.

Cuando llegaron a abajo el agua volvió a su sitio, pero en el fondo había una cúpula, que era donde estaban ellos.

- Sigamosles. – dije sin optener respuesta alguna. Me giré y vi a Pikachu durmiendo apoyado sobre la roca. - ¡Despierta! – le dije.

- ¿Eh... que pasa...? – dijo con voz ronca y pesada. – mira el lago, está en su sitio, no han venido, vamonos a casa a dormir, tengo sueño...

- Ya te acabas de dar una siesta de varias horas, ahora toca trabajar.

- Pero... – intentó replicar.

- Pikachu, hiciste el juramento, ¿verdad?

- Si...

- Entonces recordarás la última frase, nunca dejes de explorar lo desconocido, ¿acaso te resulta más atractivo irte a casa a dormir, que entrar a ese lago y conocer, no solo a dos miembros de un gremio de exploradores, sinó tambien el que sea posiblemente el mayor misterio que esta villa vea jamás?

- La verdad es que sí, pero me has motivado, - su voz volvió a ser aguda y enérgica. – vamós allá, Riolu.

Vajamos por la ladera empinada y llena de piedras puntiagudas y altas como menhires y llegamos al lago, donde nos escondimos en un arbusto. Una luz salía de la posada del pueblo, al otro lado del lago, en la plaza. Salimos a hurtadillas y nos quedamos mirando el agua, que ya había vuelto a ser normal.

- Vamos. – le dije.

- Bromeas, el lago es muy profundo, y no somos pokémons de tipo agua que puedan respirar bajo el agua. Nos asfixiaremos antes de tocar tierra.

- Tranquilo, ya he pensado en eso. Si empieza a faltarte el aire puedes nadar más rápido hacia abajo para conseguir tu objetivo o puedes rendirte y subir.

- ¿¡Me estás subestimando!?

- Apuesto lo que sea a que llego al fondo antes que tú.

- Acepto, ya hablaremos después de lo que me deberás. – y después de decirlo se lanzó al agua. Yo respiré hondo y me lanzé también.


Pokémon mundo misterioso: exploradores de lo desconocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora