Pokémon mundo misterioso: exploradores de lo desconocido

Parte 4: Las sombras del lago

Las aguas de el lago rojo eran oscuras y profundas. Aquella noche de finales de marzo era especialmente fría, y el agua estaba helada. No se veía vida de ningún tipo en el lago, pese a que un banco de Wishiwashi vivian ahí, ya que los exploradores los habían puesto en otro lugar para prevenir enfermedades a causa del agua. No veía nada a mi alrededor. Lo único que sabía era que cada vez estaba más profundo, porqué la luna se veía más pequeña, y el agua pesaba cada vez más, y que el tiempo seguía avanzando porqué cada segundo que pasaba nadaba más rápido a la búsqueda de ese pasillo de aire que Espeon había creado. Y al final llegué, saqué la cabeza a la superficie, o mejor dicho a la parte más baja del lago. Al fin podía respirar, así que al principio no pensaba en ninguna otra cosa, pero después me di cuenta de que parecía como si estubíese en un mundo al revés donde la tierra fuera el techo, y la gavedad fuese hacia arriba. Entonces vi a Espeon. Estaba con Dewott y no parecían muy contentos con lo que habían encontrado. Estaban al lado de un niño tumbado bocaabajo, y este tenía un símbolo en la espalda. El escrito tenía forma de anillo, y dentro de este había cuatro estrellas, una roja en la parte inferior izquierda, una azul en la parte inferior derecha, una verde en la parte superior y una rosada en la parte central. Entonces Espeon movió las orejas y se giró hacia nosotros. Nos sumergimos para ocultarnos y lo vimos todo desde dentro del agua. Cuando Dewott intentó acercarse al niño la esfera rosa empezó a brillar y unas sombras empezaron a salir de él.

- Proteger el sello... debemos... cumplir la misión...

- ¿Qué son? – preguntó Dewott poniendose en guardia. - ¿Que haceis aquí?

- Debemos... proteger... – dijo uno con dos rubies por ojos. – A costa de qué... debemos... servir a nuestro señor...

- Parece que estos loros no nos dirán lo que queremos saber. – Dijo Espeon.

- Entonces será mejor que acabemos con ellos. – Dijo Dewott desenfundando sus vieiras.

- No los mates, nos los llevaremos con nosotros a Cabo esperanza para interrogarlos.

- OK.

Entonces las cinco sombras saltaron a por Dewott. Este giró sobre sí mismo y una gran cola de agua salió de la suya, golpeandolas y mandandolas a volar. Mientras se levantavan Espeon levantó usando sus poderes al Sedoot que había en el suelo y la sombra de ojos rojos le saltó encima. Los ojos de Espeon, al igual que siempre que usaba sus poderes se tornaron liláceos, pero nada pasó. Tubo que saltar a un lado, y esa sombra recibió la Pistola Agua de Dewott, que se interpuso entre las sombras y su compañera.

- Dewott, acabemos con esto ya. ¿Puedes contenerlos mientras saco a este niño de aquí abajo?

- Claro – Espeon empezó a correr con Sedoot al lomo, pero cuando se giró vió a Dewott bloqueando con dificultad las garras de sus adversarios, que estaban envueltas en un halo negro de energía. Entonces el de los ojos rojos, que parecía ser el jefe, consiguió alcanzar con sus garras lilas el costado de Dewott, que se quemó.

- Ugh. – gimió Dewott cayendo de rodillas. Dejó caer sus conchas y se llevó las manos a la herida, inutilizando su defensa. Los otros cuatro iban directos a por él, y Espeon corría hacia ahí para poder crear una barrera, pero se había llevado al chico lejos de ahí y ahora estaban fuera de su rango de alcance. 

Entonces el líder se puso entre Dewott y los atacantes y gruñó a estos.

- Este... mío...

Dewott alzó la cabeza y sonrió. Miró a esa cosa y le dijo con desprecio:

- Si quieres acabar conmigo tu mismo, adelante, manchate las manos, - entonces el verdugo de Dewott saltó para atacarle desde el aire. – pero lamento decirte que no estoy solo. – levantó el brazo y señalo hacia arriba. Sé giró y me encaró. Yo estaba cayendo en picado con el puño hacia adelante envuelto en una énergia blanca. Se sobresaltó y rápiamente se cubrió con los brazos. Yo seguía cayendo y justo cuando iba a golpearlo lo atravesé y caí en picado al suelo.