Capitulo 3

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Hace cuatro años, cuatro años donde me enseñaron a mentir a la perfección, cuatro años donde vi cosas despiadadas, cuatro años donde pensé que podría volver donde Paula, cuatro años, cuatro estúpidos años donde no se que pasó con mi vida, donde me dejé llevar por el dolor, la desesperación y el enojo que tenía en mi corazón, simplemente obedecí al pie de la letra cada mandato y regla, era una robot que solo se dedicaba hacer caso para lograr su venganza, una venganza que la haría sentir peor de lo que ya era, que le quitaría lo ultimo que le quedaba antes de convertirse en un monstruo, la piedad...

Desperté sudada, con el corazón latiendo a millón, ella... yo la había visto antes, ella era... caray, tengo una laguna mental

-Aléjate - fue la voz que escuché tan clara y mi cuerpo reaccionó al miedo en un instante, que empecé a temblar,  ¿Quién es ella?, me levanté de la cama y salí disparada por la puerta con el corazón en un millón de latidos, -Es Olivia, recuérdala, recuérdalos-  y está vez si llegué asustarme, nunca me había pasado algo tan extraño.  Olivia ...

¿Acaso conozco a alguien con ese nombre?, no lo creo, mi mente tiene una laguna, como alguien que... jajajajaj eso no es posible, no creo que me hayan borrado la memoria o algo así, eso sería imposible, es una locura.

*Nada es imposible*  - fue un susurro de mi mente

¿QUE RAYOS ME PASABA?, Logré meterme en la ducha y despejarme de toda esa tontería,  así que me coloqué mi camisa preferida y salí enojada a buscar que hacer, eso de estar encerrada todo el día me estaba volviendo loca, extraño a Paula, extraño que me apapache, extraño que se quede a dormir hasta que acaben mis pesadillas, extraño el calor de mi madre, hace 10 años no puedo verla, aunque Rosie y Marcos nunca fueron malos conmigo, ellos son de las personas que siempre tienen amor para dar, pero Aiden no quiero soltarnos, nos mantiene ocupadas en cualquier caso para que no tengamos tiempo libre fuera de casa, quizás la gratitud que le tengo me ha hecho pensar que le debo lo que me resta de vida, pero quiero ser yo de nuevo, quiero una vida nueva y hay tantas cosas que no logro entender que me siento tan estúpida a veces, pero quiero intentar ser normal fuera de todo este mundo de horror.
Salí caminando por la acera con mi cara de pocos amigos, Aiden vive en el centro de la ciudad y todo es luces de noche, y está un bullicio increíble que me ayuda a despejar mi mente, las calles están animadas, me caí... caramba, tropecé con alguien mas bien, un chico alto, buen mozo con una linda mirada.
- Lo siento, ¿te lastimaste?- preguntó preocupado de repente
-No te preocupes, no me pasó nada- dije observando que tan lindo era.
-Lo lamento, enserio, me gustaría arreglarlo ¿te gustaría un café o algo? Para compensar mi estupidez- sonrió abiertamente, rascando su cabeza con nerviosismo, algo que no se le daba bien
Eso me hizo sonreír y sabia que ya estaba flirteando conmigo de una manera muy usada.
-Tengo prisa- sonreí al decirlo, pero quería que se largara, sabia que habia algo raro en el
-He dicho que tomemos un café- me apretó el brazo 
-Más te vale que me sueltes- respondí sonriendo falsamente.
-Vamos- dijo con voz autoritaria.
-En tus sueños- Me solté de su agarre, le di un golpe en su entrepierna y caminé rápido entre toda la gente para perder de vista a esa basura.
"RECUERDA, ELLA TE NECESITA" - una voz me susurró 
-CALLATE CARAY- grité corriendo en medio de la multitud, en definitiva me estoy volviendo loca.
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Espero les guste ❤
Mary

RavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora