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DOS

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Soomin miró a todos los presentes, comenzando por el rostro contraído de Jungkook, las miradas sorprendidas de Namjoon y Seokjin, los ceños fruncidos de Hoseok y Jimin, pasando la mirada finalmente por el semblante serio de Yoongi y Taehyung.

La chica mordió su labio inferior y desvió la mirada hacia donde Jungkook miraba momentos atrás. Sintiendo unas inmensas ganas de llorar.—Eso fue hace mucho tiempo.— dijo en un murmullo audible, en el tono perfecto para que solo ellos escucharan.— Quedó atrás, no hay razón para sacar el tema ahora.

Yoongi frunció un poco más el ceño y chasqueó los labios.—Soomin.— el rubio pronunció el nombre entre dientes, conteniendo su reciente y creciente molestia.

La pelinegra suspiró y tiró su cabeza hacia atrás, en señal de fastidio.-Ya pasaron tres años.—dijo de mala gana.— Hablarlo con ustedes no cambiará nada y no es como que yo quiera recordar el pasado.

Jungkook miró de soslayo a su amiga y negó suavemente antes de pasar un brazo sobre los hombros de la pelinegra.— Estamos de acuerdo Soomin.— el chico dijo y ladeó la cabeza para chocarla suavemente contra la de ella.— Si no quieres hablar sobre eso está bien ¿verdad?— preguntó con una voz tan tranquila que las miradas de los mayores fueron atraídas hacia él, encontrándose con una pequeña sonrisa en el rostro de Jeon; un gesto que estaba lejos de ser amable.

—No sonrías así mientras nos miras con ojos de psicópata.— Hoseok sobó sus brazos al sentir frío de repente.

—Lamentamos la tardanza.— una voz ajena interrumpió el silencio tenso y el olor de la pizza suavizó el ambiente.— Que las disfruten.— la chica dijo sonriente antes de retirarse.

Soomin agradeció internamente cuando Jimin sacó un tema relacionado a la universidad y con eso, todos comieron tranquilos y el tema sobre la Soomin sin brillo y corazón roto quedó pausado durante todo el día en el que estuvieron juntos.

Fue así, hasta que estuvieron en casa de Jungkook.

—Sabes que no me molesta que vengas a mi casa.— Jungkook se dejó caer sobre su cama y se sostuvo de sus manos, mirando a la pelinegra que caminaba de un lado a otro frente a él.— Pero eso no evitará que veas a Yoongi-hyung, después de todo viven en la misma casa.

—No hacía falta que me lo recordaras, gracias.

El silencio se hizo en la habitación. Jungkook se perdió en un punto medio de la pared llena de posters y la silueta de Soomin pasaba borrosa.

El chico mordisqueó su labio y repiqueteo el suelo con sus talones, preguntándose si su tono de voz sonaría tranquilo o en su defecto, molesto.— ¿Por qué no me contaste?

Soomin se detuvo justo frente a él, cruzando los brazos sobre su pecho.— Lo siento, el día que quise decirte, terminó conmigo.— la chica rió con nerviosismo y su rostro se volvió amargo al recordar el pasado.— No es que no te tuviera confianza, simplemente, estaba buscando el momento indicado.

La chica sonrió un poco y Jungkook quiso detenerla, le preocupó la expresión dolorosa en el rostro de Soomin, pero también quería escuchar la historia.

—Pero el día que elegí estuvo lejos de ser perfecto, él estaba asustado y yo decidida a revelar nuestra relación porque no quería seguir escondiéndonos. Ese día nublado y frío terminó nuestra relación, conmigo en la puerta de tu casa, por la lluvia repentina.