Día 4.

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 Estoy con esa persona.

Estamos en el centro de una multitud.

Comienzo a desesperarme. Lo nota.

Toma mi mano, entrelaza nuestros dedos, conectamos nuestras miradas.

Me sonríe.

Le sonrió.

Regresa su vista l frente mientras yo lo observo.

Lo nota, me guiña un ojo.

Su rostro se acerca al mío.

Se pone a mi altura.

De un momento a otro siento sus labios sobre los míos.

Mis ojos se cierran

Disfruto el tacto.

Dejo de sentir sus labios.

Abro los ojos.

Estoy sola, en una habitación pequeña sola.

Grito, nadie responde.

Las lágrimas comienzan a caer.

Y entonces...

Despierto.        

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