Prólogo

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"Silence"

Parte I:
El atropello contra el mural funesto.

◗  ◗  ◗  

Aveces el silencio era algo que Peter no toleraba. Los murmullos  que se carmeneaban en el aire, contaminando su alma, engaitando su mente. La manera en la que miraría el cielo en busca de una respuesta a su amarga existencia, las miles de dudas que acometen su espacio, y sin embargo, el cielo nunca respondería. Por el simplemente hecho de que hace mucho dejó de esperar, hace mucho se inundó en un silencio nebuloso. Aquel vacío se había convertido en una pared fría en la cual siempre se estampaba, la cual siempre lo recibía con los brazos abiertos, dándole un abrazo crudo y gélido. Entonces ser Spider-Man se convirtió en un atajo, era algo que lo ayudaba a sobrellevar su amargada existencia, incluso el que su tía le dedicara una diminuta sonrisa cada mañana de lóbrego, era sin dudas una de sus pocas energías. Su levantar y su constitución más que todo.

Todas esas cargas volvían al término de esta fecha. Y todo el circuito se volvía a repetir.

No había algo alcanzable a sus manos, y si había alguna solución, su obnubilación se lo había privado.

Fingir sonrisas y decir que estaba bien, era cansado. Había días en lo que se sentía desfallecer, había días en los que preferiría quedarse en cama y no salir de su pequeño mundo, el cual estaba desvalazado. Y ahí se daría cuenta que a pesar de no tolerar el silencio, lo necesitaba. Porque no había nada más acogedor que el zureo tintín del muteo, esperándolo para adormecerlo, esperándolo para cegar la necesidad de salir y encontrar la nitidez.

De darse cuenta en el poso que se estaba hundiéndo.

  —Deberías salir, te volverás ermitaño.

Había dicho una vez su tía en un intento por aligerar el aura lúgubre de Peter, quien ya llevaba algunas semanas en su habitación, sin dar marcha a escalar. Y Peter se repetía constantemente que era normal, que su mundo había dejado de girar, que su entorno había perdido aquellos coloridos y luminosos matices, los cuales antes lo hacían sonreír y saber para que estaba viviendo. Incluso sabiendo que aquel silencio lo arrullaba para no dejarlo escapar, el seguiría diciendo que estaba bién, que su reclusión no era nada malo y era normal.

  —No lo necesito.

Y como otras veces esa conversación quedaría en el vacío dejándose llevar por la brisa invernal.

Como otras veces el se iría a su cuarto en espera de caer en el acogedor y cegador silencio.

Intentando hundirse más de lo que ya estaba, para otro día despertar y fingir que nada malo pasaba.

Para otro día más, fingir que no se estaba cayendo a pedazos.












— Nota:

Que onda súper lectores, esta es la corrección mas bien, un prólogo más decente, al menos eso pienso. (〃゚3゚〃)

Espero y sea menos vergonzoso leer esto y que mis faltas ortográficas no sean Cáncer a sus bellos orbes, queridos. (♥ω♥*)

Todavía no se que hacer con la portada. Y como más o menos tengo constituido los capítulos de esta historia las actualizaciones, serán una vez al mes.

Sí soy una persona que no tiene palabra pero decidí que era mejor eso, o actualizar cada solsticio de invierno.

Espero no haya faltas de ortografías y palabras mal empleadas. Y si hay, disculpen a esta ignorante.

El capítulo será re-subido en esta semana.

The mournig [Irondad/Spiderson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora