Leah abrió los ojos poco a poco con dificultad. Sus pestañas humedecidas y pegoteadas no le permitían ver con claridad. Se refregó los párpados con sus largos y delgados dedos repetidas veces hasta que fue capaz de observar su alrededor a la perfección. Con vagancia volteó revolviendo un poco las sábanas de la cama y miró el rostro de su amargo y dormido esposo. Hizo un gesto de desprecio y se levantó a duras penas de la cama.
En completo silencio recogió sus ropas del suelo y se vistió ágilmente. Se dirigió al baño y dio una rápida mirada a su imagen. Su melena despeinada le hacía lucir salvaje, sus ojos marrones y lastimados le daban el aspecto de una persona vacía, y el pequeño manchón violáceo bajo su ojo derecho mostraba claramente su verdadera realidad. Leah dio un increíble bostezo, restregó su cara con abundante agua fría, cepilló cuidadosamente su melena y se maquilló un poco. Su imagen no era perfecta ni exótica, pero le quitaba lo demacrada.
Cuidando de que Sam no se despertara, tomó las llaves del departamento y salió sigilosamente. Bajó las escaleras a toda velocidad, sabiendo que su razón de existencia estaba esperando por ella a la vuelta de la esquina. Al abandonar el escalofriante lugar, se dejó dominar por la brisa que corría por las frías calles de su ciudad. Caminó apresuradamente, haciendo ruidos escandalosos con el minúsculo tacón de sus botas.
Finalmente, luego de mucho buscar entre la multitud de la ajetreada ciudad, vislumbró una sonrisa blanca que se destacaba entre las demás. Ella, con una sensación de lleno en su pecho, corrió empujando vulgarmente a quien se entrometía en su camino. Cuando estuvo cerca, extendió sus brazos y envolvió con ellos a su verdadero amado. Él correspondió el abrazo con fuerza, manteniéndola muy cerca de su cuerpo.
Leah soltó un par de lágrimas ansiosas y las dejó caer sobre la camiseta negra que él llevaba. Enterró el rostro en su pecho y se quedó ahí, dando un ocasional sollozo recluso. Él solo atinaba a acariciar su espalda y cabellera repetidas veces con cariño y ternura.
-¿Él muy hijo de puta te ha hecho esto? -Preguntó separándola de su cuerpo y rozando con el pulgar la herida de batalla bajo su ojo. Leah asintió secando sus lágrimas con la desgastada manga de su suéter morado- Entonces, se las verá conmigo. No tolero verte así -Masculló con rabia sin separar un centímetro los dientes.
-Jacob, no hagas idioteces. Solo sácame de aquí -Leah rogó con desesperación.
-Por supuesto que lo haré. Vamos por tus cosas -Jacob dio un par de pasos hasta que Leah lo detuvo sujetando uno de sus brazos con ambas manos.
-No quiero volver jamás., ¡Mis cosas valen mierda! Vámonos de aquí. ¡Por favor! -Replicó jalando de su brazo y sollozando como una pequeña niña. Incertó una mirada entristecida en los ojos de Jacob, hasta que lo convenció y este relajó la tensión acumulada en sus hombros. La apegó a su cuerpo y avanzó hacia adelante adoptando el ritmo que Leah usaba para caminar.
Leah, antes de rodear dulcemente la cintura de Jacob, dejó caer las llaves del apartamento en la calle para que vivieran su fortuna. Y sonrió.
.
Yap. Típica inspiración de último minuto. Esto se me ocurrió luego de ver una historia trágica en Cold Case. Ahm como que no tenía ganas de subirlo, pero luego lo hice y aqui ta. Ojalá les guste. ¿Reviews? :) ~Liz
ESTÁS LEYENDO
Blackwater|JacobxLeah| one-shot ✔
FanfictionBlackwater|JacobxLeah Tristeza Amor Pasión 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑𝐀 __________________ Esta historia es completamente mía,Si no te gusta este tipo de historias puedes irte,Esta historia no puede ser copiada y no la adaptación.