❤MOS ROMANOGERS❤

DULCE V

Steve corrió trás las pelirroja, disfrutando de cada una de las carcajadas que salían divertidas desde su garganta, dándole ventaja para huir de sus brazos cada que estaba a punto de atraparla...

-La edad te ha vuelto más lento, abuelito... -Le dijo entre risas, el estómago comenzaba a dolerle y el aire comenzaba a faltarle un poco. Sin embargo no impidió que siguiera alejándose de él juguetonamente.

-Verás lo que este "abuelito" puede hacer cuando te atrape... -Bromeó fingiendo sentirse fatigado hasta recargar sus palmas sobre sus rodillas.

-¿En serio, Steve? -Le preguntó riendo al rubio, viéndolo llevarse una mano al brazo izquiero para apretarlo con fuerza mientras una mueca se pintaba en su rostro.

-Espera un segundo... -Apenas pronunció, llevando una gran bocanada de aire a sus pulmones.

-No voy caer... Soldado... Eres un pésimo mentiroso... -Respondió deteniendo su paso sobre la arena...

El rubio no respondió y trató de erguirse con dificultad, dándole la espalda para que no lo mirase... Nat dudo un poco... Pero estaba segura que era un truco del anciano...

-¿Te das por vencido, abuelo? -Le preguntó dudosa, pero dando unos pasos en su dirección...

-Creo que no me siento bien... -Habló finalmente Rogers, apretandose fuerte su pecho... Y dejándose caer sobre la arena inconsciente...

-Demonios, Steve... -Gritó asustada, corriendo apresurada hasta él.

La rusa se hincó junto al viejo para revisar sus signos vitales... La poca luz de la playa no dejaba ver bien su semblante... Nat subió su mano hasta su cuello para revisar su pulso...

No encontró nada...

-Caiste, tonta pelirroja... -Le dijo Steve orgulloso para derribarla sobre la arena y aplastarla con su cuerpo para no dejarla escapar.

-¡Argh! Eres un idiota, ROGERS... Quítate de encima... -Gruñó furiosa está vez mientras le golpeaba el pecho para que se moviera... Sus golpes no fueron nada parecidos a los de la última vez...

-¡Auch, Nat!... Me prometiste que no volverías a golpearme... -Le dijo adolorido con el ceño fruncido y aguantándo cada uno de sus puños furiosos estamparse sobre él.

-Si... Pero contigo no se puede, Rogers... -Bufó furiosa, deteniendo sus golpes para mirarlo mal... Colocando ambas palmas entre ellos para separarlos un poco...

-Te ves hermosa cuando te enfadas... -Le dijo con una sonrisa ladina, provocando que Nat girara su rostro para no verlo a los ojos... Odiaba sentirse boba ante la profunda mirada azul del soldado frente a ella...

El rubio aprovechó esta vez de la posición de su rostro para bajar su nariz hasta su mejilla y acariciar su piel con suavidad, bajando lento por su mandíbula y recorrer el largo de su cuello hasta perderse entre el nicho que nacía sobre sus hombros...

Un leve sonrojo invadió sus mejillas palidas... Pero estaba en su papel...

-Aún espero los besos que prometiste... -Le susurró al oido, rozando sus labios sobre el lóbulo de su oreja hasta hacerla temblar. Si no hubiese estado tendida sobre la arena juraría que sus piernas la hubiesen traicionado...

-Cállate ya Rogers... -Le dijo nerviosa, pero aún enfadada... Ignorando cada una de las descargas que su ligero tacto provocó sobre su cuerpo...

-¿Sabes que le sucede a las niñas caprichosas, enfadosas, tercas y enojonas como tú? -Preguntó Steve con suficiencia... Llamando su atención... Y recargándo sus brazos a los costados de sus hombros para separarse de ella bruscamente.