1 o 20 o el número que querás

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Respiro profundo, ojos cerrados y ceño apretado "estoy viva", pienso, "estoy viva gracias a las raíces sádicas de esta realidad. Estoy viva porque yo no quiero vivir, si quisiera estarlo ya estaría siendo festín de gusanitos blancos en un ataúd color roble" Buscando nunca encuentro, y parando de buscar me escalan arañándome y pellizcándome la espalda, como cucarachas frenéticas, las cosas perdidas. Nací con la muerte marcada en el pecho, y mirá que con un año y un mes de vida ya me lo estaba advirtiendo la agraciada esa; a veces se me sube por el cuello, se me asienta en los labios y me llena la boca, me pinta la cara y casi creo que los ojos con que me miro las manos desconcertada no son los míos ¡las manos tampoco! Qué drama todo esto, y luego la mirada, esa mirada dizque provocatica "qué bonita mirada que tenés" me dice el tipo de la fiesta, preocupate, que no era yo la que miraba con deseo, yo estaba siendo notificada de una deuda que ni siquiera hice pero que tengo, me pasa de vez en vez. 

Cuentos huérfanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora