Sɪ ᴇsᴛᴜᴠɪʀᴀs ᴇɴ sᴛʀᴀʏ ᴋɪᴅs

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ALERTA CONTENIDO CURSI

SI NO TE GUSTA ESTO, PUES HAZTE VER OTSEA QUE ONDA AHREEEE

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Su única alegría era esa pequeña niña que al llegar a casa corría abrazarlo y lo llenaba de energía nuevamente, Soo era lo único que tenía, ya que ella, su amada no estaba. Soo fue fruto dónde ambos demostraron su amor por el otro

El joven sonrió al recordar cuando su mujer le dio la noticia de su embarazo, ese día grito, salto e incluso lloró de felicidad. Cuido tanto de ella, tanto fue sus cuidados que Alexa en ciertos momentos se sentía inútil, pero nada que unos besos, abrazos y lindos comentarios por parte del joven no solucionará

—Papi~ —la voz de la pequeña Soo interrumpió los pensamientos del joven

—¿Si? —apartó la vista de el atardecer y la fijó en su hija que estaba sentada el suelo jugando con la arena

—¿Me puedes contar la historia de como conociste a mamá?—el mayor volvió a sonreír sin dejar quitar la vista de su pequeña

—Ya la has escuchado millones de veces—

—Por favor~ me encanta esa historia, y que más genial que contarla viendo el atardecer como le gustaba a ella—junto sus manos e hizo un puchero. El mayor no podía negarse cuando Soo ponía esa cara, definitivamente se parecía a su esposa

—Esta bien—

—Si~ ¿cómo era ella? —Soo dejo de jugar con la arena automáticamente para dejar toda su atención en su padre

—Ella era... Hermosa, se parecía a ti—toco la nariz de su hija causando la risa de esta —sólo que ella amaba maltratar su cabello, dejando un color verde ocultando su color natural —

—¿Cómo se conocieron? —

—Cómo olvidarlo...—

☁️

El relajante sonido de un violín inundó el lujoso restaurante. Ella tocaba con sentimiento mientras las personas de costosos trajes y vestidos comían con tranquilidad pero uno no lo hacia, el joven que solo iba a ese restaurante a mirarla y escucharla a ella. Él no era igual a los que tenía al lado, era un chico de clase media que anhelaba encontrar ese amor que lo hiciera hacer locuras y al parecer lo había encontrado, ella. La llamativa chica de el violín y cabello verde que vestía un elegante vestido negro, algo ajustado

—Deja de babear y come algo—lo fastidio uno de sus engreídos amigos

—No has dejado de mirar a esa chica—los presentes rieron pero al joven no le importo, siguió con su "misión" de mirar a esa chica

—Cuando termine ve hablarle—propuso uno

—¿Qué?, ¿estas loco? —frunció el ceño mirando a su rubio amigo —no me puedo acercar de la nada—