ʙᴏɪʟɪɴɢ

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× [ D I A  T R E S ] ×

El ruso sudaba a mares, sentía todo su cuerpo frio pero al mismo tiempo parecia como si tuviera la peor de las fiebres. Sentia panico e ira, no sabía por que, simplemente se dejaba llevar cuando sentia un minimo de enojo.

Estaba golpeando una almohada hace mas de 15 minutos, tal vez hubiera parado antes si hubiera sido una pared o algo solido pero allí seguía golpeando a aquella almohada hasta el punto de llorar y disculparse con aquel objeto inanimado.

¿Quien podía culparlo? El era un chico enfermo con un muy terrible desorden mental y emocional, algo que Canadá había notado y lo trataba de ayudar cuando aún estaban en una relación.

Su voz tan dulce y tranquila lo hacía sentir en el paraíso mientras siempre le repetía dulces palabras. Sin embargo eso provocó su apego a aquel chico, una parte de él deseaba mantenerlo consigo para siempre y otra creía que su obsesión era horrenda.

–° † °–

—¡De verdad lo siento mucho! ¡Perdón!— las manos del ruso temblaban con nerviosismo y tristeza.

Estaban haciendo un pequeño y lindo pastel, algo cotidiano, hasta que al estar cortando las fresas el ruso se cortó el dedo con fuerza haciendo que sangrara y al mismo tiempo haciéndolo sentir inutil.

Tomó el molde de vidrio con la mezcla del pastel y lo arrojó a la pared provocando que toda la mezcla quedara completamente incomible con tantos trozos de cristal en ella.

Asustó a su novio y lo vió temblar un poco al verlo así, miro todo el desastre que había hecho solo por una pequeña cortada y se puso a llorar mientras se disculpaba e intentaba ordenar con sus manos aun temblorosas.

No le gustaba que todo siempre fuera un desastre por el, no le gustaba asustar al canadiense, no le gustaba ser así.

—Tranquilo cariño, es solo una mezcla— Dijo el canadiense con su voz tan tranquila como siempre, había comprendido el problema del ruso al instante que eso sucedió.

—N-No, creeme Canadá, esto no es normal— El ruso balbuceaba incoherencias mientras se disculpaba a lo cual el bicolor suspiró.

—Lo se, pero podemos tratarlo— Lo miró con una sonrisa paciente y entrelazó sus manos. —Ven, te ayudaré a limpiar todo esto—

Siempre le hablaba tan comprensivo y dulce a la vez, siempre ayudándole e intentando que se sintiera mejor, limpiaba sus lágrimas con delicadeza y dejaba pequeños besos para calmarlo, eso era lo único que lo mantenía en control.

Le gustaba tanto la manera en como siempre lo animaba, en veces lo regañaba cuando era necesario y lo entendía, nadie lo hacía como el y por eso jamás quería alejarse de su lado.

El canadiense se agachó con él para abrazarlo con cariño y su dulce sonrisa, era tan cálido y cómodo a su lado, desde que Canadá le enseño esa sensación se había convertido en su favorita y más si venía de parte de su pareja.

—Así que dime, ¿quieres que mejor preparemos un pastel de fresa?—

–° † °–

Aquella voz que tanto extrañaba, lo estaba volviendo loco, quería enviarle un mensaje al canadiense para obligarlo a que le enviara algún audio, al menos un hola, necesitaba escucharlo.

Pero no era el momento.

Estaba tomando un baño en la bañera con el agua casi hirviendo, estaba bastante caliente, salía vapor de esta y este solamente estaba disfrutando de el muy excesivo calor dañino para su cuerpo.

Era la única forma que ahora tenía para sentirse cálido, ahora que Canadá se había marchado sentía que moriría de frío ahí, por más cobijas y suéteres que usará el frío lo seguía carcomiendo, el calefactor parecía que ni siquiera estaba prendido, no lo sentía en lo absoluto.

Era como si hubiera perdido algo, algo que era vital para él. Lo necesitaba, necesitaba que el canadiense estuviera allí, acurrucados en el sillón mientras miraban una pelicula o hablaban de cursilerías.

Lo necesitaba.

Se hundió poco a poco en el agua sintiendo su cara arder ahora, se estaba quemando pero a él no le importaba, se sentía frío, muy frío.

Luego de unos minutos el agua se fue enfriando y volvió a sentir ese horrible frío de manera mas constante, en veces simplemente quería agarrar una olla de agua hirviendo y echaserla encima.

Odiaba el frío . . .

Pero odiaba más a Canadá y a su estúpido cuerpo hirviendo.

Sintió como el aire le comenzaba a faltar allá abajo, el agua ahora tibia entrando por su boca y nariz, le daba asco.

Se levantó de ahí con la respiración pesada y agitada, sentía el agua en todo su cuerpo, Canadá estaba con el otra vez.

Salió del baño mientras su ropa escurría toda el agua mojando todo el piso, se quitó su camisa y la dejo tirada por algún lugar de su casa, tomo su celular y miró que el canadiense le había enviado un mensaje.

[ Oye, ¿estás ahí? ]

Sintió su corazón latir provocando que ese frio se fuera lentamente, era la primera vez que el canadiense le enviaba un mensaje primero.

Se preguntaba, que hacía o con quién hablaba cuando no hablaba con el?

[ Si, estoy aquí Cariño ]

Valía la pena rebajarse a ser un simple acosador para hablar con Canadá? ¿Valía la pena arruinar la vida de Canadá? ¿Valía la pena hacer todas esas amenazas?

абсолютно ~. . .

( Absolutamente )

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shit, I don't know what the hell I just did ;;

good night sweeties ~ 🌙 🍁

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Hola soy ruru

Este capítulo no tuvo tantas modificaciones, adiós

• † F × × K † • | Ruru

✞ ʰᵃʳᶜᵉˡᵉᵘʳ ✞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora