⁰¹ El watón Nico y fantasmín

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Jimin era un niño de 9 años que pasaba el tiempo con su mejoro Jungkook. Jugaban juntos, se mandaban cagadas juntos, los retaban juntos, reían harto juntos y estudiaban y hacían las tareas juntos en compañía de la mamá de Jungkook o su papá, pues en los días de semana Jimin los pasaba solo, y gran parte del fin de semana también por los trabajos de sus papás.

Jimin era un año más grande que Jungkook pero igualmente Jungkook terminó ingresando más temprano al colegio por una prueba que rindió siendo pequeño para ser movido del pre kinder a kinder.

Jungkook era un niño con dientes de conejo muy lindo que siempre lo abrazaba mucho pero que lo molestaba también. Todos los molestaban porque se querían mucho y les decían que eran medios maricones, pero a ellos no les importaba porque ya tenían la idea de que era raro ser tan cariñosos entre hombres, pero con las conversaciones con sus mamás al respecto se han dado la libertad de ser diferentes en su linda amistad. Y es que podría llegar a ser envidiable, pues se defendían entre ellos, se molestaban entre ellos, y peleaban de repente, pero siempre lo solucionaban en lo posible, porque desde que Jungkook decidió quitarle la pelota a Jimin y botarlo egoístamente por ganarle una apuesta para que le comprara una leche de plátano con un helado y desde que Jimin se vengó tirándole después la pelota en la cara con tanta fuerza que sangró, no pudieron verse llorar. Con sangre en la rodilla y en la cara (porque ambos se sacaron la chucha) decidieron desde sus 7 años pedirse disculpa por más que les hiriera el orgullo y tuvieran razones egoístas, ya que siempre que lo hacían se sentían mejor entre ellos y se abrazaban, y a Jimin le gustaba que lo abrazaran, y Jungkook era el único que lo hacía en esos tiempos al no tener a sus padres en su casa la mayoría del tiempo, sólo obtenía besos de buenas noches de ellos y los fines de semana regalos para llenar un poquito su ausencia. 

Ahora ambos estaban en el recreo mientras hablaban de lo que les regalaron sus papás para el día del niño, y Jimin se acordó que su hermanita había recibido una muñeca y él también quería una para cuidarla mucho mejor de lo que su hermanita la cuidaba. Tenía a la pobre tirada en el coche, le pintaba la cara a su gusto, y la agarraba de las mechas. Algunas veces pensaba en la posibilidad de que la muñeca fuera una niña real y le llegaba a dar pena, terminando por imaginarse que denunciaba a su hermana chica por maltrato.

—Kuku, quiero tener un hijo pero no sé como tener uno —el pequeño hace un lindo puchero y Jungkook quedó medio pegado en el acto, Jimin encontraba al pelinegro raro por eso, siempre miraba de más y analizaba de más las cosas y tenía una capacidad pero increíble de quedarse pegado mirando a la nada muchas veces.

—Pregúntale a tus papás, yo también quiero saber pero no quiero tener un hijo —hace una pequeña mueca volviendo a mirar los ojos de Jimin.

—Voy a esperarlos despiertos para preguntarles cuando lleguen a la casa —en ese momento toca el timbre para entrar a clases y ellos salen disparados a la sala.

Ahora les tocaba Lenguaje, y la señora que les enseñaba era muy enojona, así que se fueron corriendo.

La clase pasó normal aparte de los comentarios del guatón Nico que lo único que hacía era molestar a los demás y hacer reír a la clase. Aparte que el niño gordito se sentaba adelante de ellos para wearlos en las horas de descanso.

Guatón culiao, le voy a sacar la chucha cuando sea grande. Pensó el Jungkook al verlo cerca de Jimin mientras lo molestaba por sus cachetitos y de paso le agarraba su carita mientras el pelinegro los miraba por la ventana antes de entrar a la sala. Antes de que él llegara adentro Jimin le dijo unos improperios enojado y el cabro pesado dejó de wearlo solo porque un cabro lo fue a buscar y le empezó a hablar alejándose de Jimin.

—Jiminnie, si querí compramos dulces a la salida. Mi mami me dio luca —dijo acercándose a su amigo y sonrió mientras le tomaba las manitos a su mejoro.

—Bueno, pero no tanto que se me engordan los cachetes —hizo un puchero y a Jungkook le dieron unas ganas de pegarle una patada en los cocos al masturba burros del guatón Nico por hacer que Jimin piense eso de sus cachetitos lindos.

—No, tú podí comer todo lo que quieras porque tus cachetitos son bonitos —le agarró la cara y se la apretujó levemente haciendo a Jimin reír porque le daba cosquillas.

Justo el guatón Nico iba pasando de vuelta por el puesto.

—Mi papá dice que eso es de maricones —se paró en frente de ellos y Jimin se escondió detrás del Jungkook sin darse cuenta y ambos miraron al watón con enojo.

—¿Y qué te importa? Que yo sepa no te estoy agarrando la cara a vo —Jungkook fue el primero en reaccionar con enojo.

Si bien eran de un barrio piola y acomodado, Jungkook había aprendido algo de vocabulario grosero gracias a su hermano que lo escuchaba hablar por llamada con sus amigos cuando llegaba de la universidad.

Es medio flaite y mi mami me dice que no me junte con flaites, pero al Jungkook se lo acepto porque me defiende, pensó Jimin ante las palabras de su mejorito. Igual viendo al guatón culiao feo le dio rabia porque hacía al Jungkook enojar y siempre decía weás de sus cachetes como si él no los tuviera más gordos.

—Pero me da asco po, puaj —hizo como si vomitara encima de él y Jungkook casi le pega un combo en too el hocico de no ser por su amigo que estaba detrás suyo con el ceño fruncido y enojado.

A Jungkook le entró una rabia del demonio por sentir a Jimin temblar a sus espaldas, igual el Jungkook no sabía que Jimin lo hacía no por temor, si no por rabia, pero intentó calmarse porque su mami dijo que no es bueno solucionar las cosas de manera violenta, así que habló pa sacarse un poco la bestia que tenía dentro.

—Vo day asco guatón pasao a ala, te hace falta un espejo parece, ¿o teníai y se te rompió? De más que le salieron patas pa alejarse de tí —le dijo y el guatón Nico hizo como si le fuera a pegar.

—Nicolás Vázquez, se retira —pasó la profe a la sala porque fue a buscar unas guías y los quedó mirando notando el show de antes.

—Wena conchetumare —dijo el guatón y tomó sus cosas para irse.

La profe lo miró como si de un moco andante se tratara y empezó a repartir las guías.

Jungkook al sentir mojada su polera por la parte que estaba la carita de Jimin, se giró y le agarró su rostro con cuidado para secar las gotitas que caían de sus lindos y pequeños ojitos, mientras que de su nariz se salía el típico moco líquido que sale por las lágrimas.

—Jimin, que no te afecte lo que diga ese watón que algún día le voy a sacar la porquería, ¿ya? —consoló a su amigo para verlo asentir con cuidado mientras que de a poquito se alejaba de él. 

Jimin no lloraba por miedo, cabe recalcar, sino que por rabia, ya que Jungkook fue el que lo defendió y siempre le gustaba que lo hiciera, sólo que no pudo meterse de alguna forma para también decirle sus buenas chuchás al watón Nico.

Ya va a ver ese guatón culiao, le voy a sacar la conchetumare, pensaba el pelinegro mientras veía la nariz rojita de su mejor amigo.

Por otro lado, un niño blancucho sentado a unos puestos más al lado los miraba curioso por el cariño que se mostraban.

¿Serán hermanos? Aunque no sé, yo con mi hermano nos sacamos la chucha y nos miramos feo. Entonces, deben ser primos, porque yo con mi primo nos llevamos bien. Pensó el piel de pan pita, pero luego se sorprendió aún más al ver que el que tenía más cara de wawa le daba un besito en la mejilla al niño que parecía conejo y el otro se lo devolvía para terminar riéndose y luego comenzar a pegarse de manera juguetona.

Yiaa que weá, los primos no se tratan así.

Entonces en ese momento, fantasmín decidió que si no los veía dándose besitos cuando sean grandes, iba a ser lo posible para que surja de nuevo el cariño y que se casen, sisisi.

Mejoros ❥ KOOKMIN CHILENSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora