⁰² Nanai

794 85 12
                                    

—No dejí que los comentarios de ese guatón feo te afecten, ¿ya? —le dijo su mejor amix mientras iban con sus mochilas de camino a sus casas.

Jimin iba medio tristongo y aún con rabia en su ser comiendo de los run run que le compró su amigo mientras hacía muecas tiernas que disfrutaba ver el menor.

—Es que igual me he dado cuenta que a la gente no le gustan las personas gorditas, y yo soy gordito. Si sigo siendo gordo entonces no le gustaré a nadie —comió un último run run y guardó la bolsita en el bolsillo de su polerón con un puchero.

Jungkook miró con penita a su amigo.

—Tú no eres gordito, y si lo fuerai, tampoco la gente debería molestarte por eso Miminí —le dijo y se fijó en las mejillas rojitas que tenía Jimin cuando lo miró.

El pelinegro paró de caminar y Jimin se detuvo a su lado confuso, y al rato Jungkook tomó las manitos del castaño entre las suyas y se fijó que las mejillas de su amigo se habían puesto más rojitas.

—¿Tienes fiebre? —Jungkook posó su mano izquierda en una de las mejillas de Jimin y miró como este cerró los ojitos por un rato y su cara se ponía aún más roja.

—N-no, ¿Por qué? —sus ojitos se abrieron con atención y el más alto sintió una linda sensación en su corazón junto a un calorcito en su guata. Jungkook sonrió porque le dio la gana y Jimin lo miró confundido y rojito.

—Es que te poní rojito de la nada —se rió de la cara de tomate de Jimin, y éste se tapó la cara de inmediato.

El pelinegro juguetonamente le quitó las manos de la cara para molestarlo más, y no pudo evitar agarrar los cachetitos de su lindo amigo con sus dos manos y apretarlos hacia su boca para que sus labios quedaran en forma de pez.

—Erí un tomatito —soltó la carita de Jimin aun con ganas de apretujarle los cachetitos más, pero se abstuvo para llegar luego a la casa. Igual en volá Jimin se había enfermado y él no cachaba, una leve preocupación se instaló en su pecho.

—Mami, ¿El Jimin se puede quedar este fin de semana? —le preguntó a su progenitora una vez que la saludó con Jimin a su lado mientras iban tomados de la mano.

—¿Le preguntaste a su mamá? —miró a Jungkook con una ceja alzada y éste bajó la mirada.

—¿Podría llamarla para que le dé permiso? —habló después de un rato pensándolo.

—Vamos ahora, si vive acá al lado —la señora Jeon se rio de la cara de preocupación de su hijo.

Les dijo a los chiquitines que dejaran sus mochilas en el sillón y fueron a la casa de al lado para llamar a la mamá de Jimin. Justo ese día se hallaba en la casa por lo que le preguntaron para que lo dejaran y al final accedió con la condición de que el domingo volviera sin peros, y los niños terminaron saltando como piojos al saber que iban a pasar el finde juntitos.

Fueron corriendo a la casa de Jungkook mientras sus mamás se quedaban conversando afuera, y aprovecharon de sacar unas galletas que la mami de Jungkookie tenía guardadas.

—Vamos a la pieza —dijo el pelinegro sonriendo a la par que tomaba de la manito a Jimin mientras éste iba con un sonrojo siendo arrastrado por su mejoro.

Jungkook apenas llegó a su pieza en el segundo piso se tiró a la cama.

—Ven, ven —dijo Kook mientras abría sus brazos encima de la cama esperando que Jimin se tirara con él.

El castañito se rió por la ternura que sintió y se tiró encima de Jungkook para que éste lo abrazara. Hacía fresco, así que no tenían ni frío ni calor, estaban entero fixa los cabros abrazaditos sobre la cama.

—Me gusta que me abraces —dijo Jiminnie escondiendo su cabeza en el cuello de su amix mientras envolvía sus brazos alrededor de su cuerpo como lo hacía su mejorito con él. El pelinegro sintió unas cosquillas en su cuello por la respiración de Jimin sobre él y se rio por ello.

—Me haces cosquillas con tu respiración —dijo y sintió como Jimin paseó intencionalmente su nariz por su cuello causándole más cosquillas.

Jimin no se movió por un rato porque se sentía cómodo, y sentía éstas cosquillas extrañas por todo el cuerpo cada vez que estaba muy cerca de su mejoro. Se quedó pensando en ello y le pareció extraño que antes también haya abrazado a otros niños o a niñas y no sienta la misma sensación. Debe ser porque Jungkook es su mejor amigo y se conocen de tanto tiempo y su mente le hace eso por la cercanía al tenerle tanto cariño, no hallaba otra explicación en su joven cabeza, debe apreciarlo mucho.

—¿Juguemos a algo? —dijo Jimin separándose de él luego de mucho rato, pero Jungkook gruñó y lo volvió a tirar sobre él para abrazarlo y darse vuelta con él sobre la cama como dos pequeños koalas jugando.

—Juguemos a abrazarnos, tengo sueñooo —dijo Kook con una sonrisita adormilada no queriendo soltar a Jimin y el castaño rio porque sabía que era una excusa para seguir abrazándolo.

Jimin no se quejó, porque de alguna manera también quería abrazarlo y quedarse ahí en la cama con él, así que sin decir nada se volvió a relajar sobre el cuerpo de su mejor amigo mientras éste lo rodeaba con sus brazos.

—Te quiero Jungkook —dijo Jimin con sus ojitos a medio cerrar por lo relajado que estaba.

—Yo igual Miminí —dijo y giró su cuerpo junto al de Jimin para que ambos se quedaran acostados de lado, mientras que el castaño aprovechó para poner sus bracitos alrededor del cuello de Jungkook.

El cansancio les fue ganando poco a poco mientras se pegaban o se tiraban del pelo debido al ajetreado día, teniendo una prueba por la mañana y educación física antes de irse, como también jugaron y corrieron como desquiciados en el recreo. En esa posición se quedaron dormidos de lo cómodos que se sentían uno al lado del otro no sin antes hacerse caras weonas entre ellos mientras se miraban para hacerse reír con sueñito.

Mejoros ❥ KOOKMIN CHILENSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora