Gelosia

Capitulo 1 Soy la decepción

14 de Febrero de 1888 Despacho de shinigamis región Inglaterra

El amor, según los diccionarios que he buscado, se define como amor verdadero al sentimiento de afecto y compromiso genuino que una persona siente por otra. Es un concepto idealizado del amor, muy propio del romanticismo, según el cual hay un amor puro y total que al que todos aspiramos llegar con nuestra pareja, que es el amor verdadero, yo tenía un solo amor verdadero el cual no me hacia caso totalmente como yo quería que lo hiciera.

Soy Grell sutcliff shinigami clase A con excelentes calificaciones, excéntrico, con cabellos rojos como la sangre, pestañas largas y tupidas, unos dientes perfectos para morder y por supuesto una linda belleza que derrite a cualquiera menos a él, William T. Spears un hombre serio y formal, que sigue las letras al pie de la letra, su vida es el trabajo completamente, aun que odia las horas extra, su síndrome de asperger es más que notorio, casi no convive con nadie, su físico oh santos shinigamis, me vuelve loca, su cabello negro y la manera en que lo peina me hace estremecer, esos ojos verdes a través de los cristales de sus gafas cuadradas me enloquecen, todo pulcro al vestir y su piel pálida de tan solo pensarlo me pongo de nervios.

Era el día de la fiesta de 14 de febrero donde todos los shinigamis convivíamos como buenos compañeros de trabajo que somos, se supone que era algo tranquilo, algo donde solamente estaríamos comiendo y bebiendo algo de agua de sabor hasta que el llego.

-CHIIICOSSS- nos gritó con una fuerza el rubio con trenzas tenia cargando un gran barril de alcohol detrás de este estaba el tímido jalándolo, al parecer el mayor estaba demasiado ebrio y Alan simplemente intentaba calmar sus ánimos y un poco el alcohol que tenía en la sangre, aun que era imposible sabiendo cómo se mató, si Eric se mató alcoholizándose.

-Traje algo de alcohol y Alan trae el vino que no quería traer vamos a festejar ahora que podemos y pausamos esto por unos momentos- William no había llegado de revisar a los nuevos así que solo éramos unos cuantos entre ellos ese par Rony y yo, tenía muchas cosas que regalarle a William en ese momento, estaba nervioso y ansioso no sabía cómo iba a reaccionar, Eric comenzó a servir el alcohol a los demás yo esperaba a mi amado wiru en la ventana.

Después de un rato William apareció con los nuevos escuche que los felicitaba a su manera pulcra y seria –Hoy nos fue muy bien, en esta época el 50% de la gente se suicida por estar sola, en un momento pueden dejar sus documentos en mi escritorio e irse a descansar muchas gracias por su trabajo- todos estaban ebrios demasiado menos yo, hasta Ronald estaba durmiendo en el escritorio con la chica de contabilidad semidesnuda encima de él, sentí un palpitar algo fuerte en el pecho ya que esta ves mirando todo el contexto se habían pasado y William los iba a reprender.

No me dio tiempo de pensar y voltee de golpe hacia la puerta que se abrió despacio, para después observar un rostro tétrico que daba miedo, pase saliva y mire a William molesto –Me voy por unos minutos y esto parece peor que un prostíbulo londinense, ahora todos fuera de aquí largo, tendrán su castigo próximamente, me decepcionan, deberían aprender de los nuevos- nos comenzó a gritar furico lo único que hice fue plantarme enfrente de él y tocar leve su pecho –calma William... mira te compre algo –le mostré su regalo eran unos lapiceros de tinta negra con diseños rojizos con una sonrisa se las puse en sus manos y me miro molesto – porque no los detuviste, esto está mal sutcliff rompieron más de 4 reglas hoy tu eres su superior durante mi ausencia- negando leve me aleje mientras todos se salían del despacho apenados y cabizbajos no sabía que hacer simplemente los seguí para irme de ahí, estaba realmente incomoda por el momento y me sentía culpable de todo el alboroto armado, el cual ni siquiera participe, simplemente quería el agradecimiento por el regalo de la persona que hacia el alboroto en mi corazón

Pensé mejor las cosas y el sucedido así que ese mismo día me fui de la sede sentido y con los ojos llorosos desaparecí del lugar, para internarme en Londres por un tiempo y reflexionar que es lo que realmente quería para mi felicidad.