Capítulo 3 Casi descubiertos

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8 de septiembre de 1888 Número 29 de la calle Hanbury 6AM

John Davies, un estibador que residía en aquel edificio, salió a las 6 de la mañana rumbo a su trabajo en el mercado. Descubrió el cuerpo de Annie Chapman en el piso entre la casa y la valla habíamos puesto el cuerpo de tal manera que el brazo izquierdo se colocó sobre el pecho izquierdo, las piernas estaban estiradas, los pies apoyados en el suelo y las rodillas giradas hacia afuera. La cara estaba hinchada y girada hacia el lado derecho. La lengua sobresalía entre los dientes frontales, pero no más allá de los labios. La lengua estaba evidentemente muy hinchada. Los dientes frontales eran perfectos en cuanto a los primeros molares, superiores e inferiores y eran muy finos. El cuerpo estaba terriblemente mutilado... la rigidez de las extremidades no estaba marcada, pero evidentemente estaba comenzando, la garganta estaba profundamente disgregada, que la incisión a través de la piel estaba dentada y se extendía alrededor del cuello.

Pasmado frente a tamaña crueldad el trabajador regresó corriendo casi sin respirar a su habitación. Bebió un largo trago de alcohol para infundirse coraje y pensar cómo debía actuar. Cuando pudo pensar razonar decidió ir hasta su taller por una lona y con ella cubrió el cadáver, que no se animaba a mirar. En seguida, salió a paso agitado en busca de un vigilante. Lo ubicó a sólo dos cuadras, y el policía dio aviso a la comisaría de la calle Comercial.

Desde el edificio cercano estaba William y Ronald con una libreta –esto se está descontrolando Knox, debemos ver quien fue, ya que hay muchas irregularidades, según esto la mujer moriría de una enfermedad venérea en 3 semanas y su muerte se adelantó Ronald debemos investigar que sucede- Ronald sabía que era yo pero como es mi amigo se hizo el desentendido cubriéndome un poco con William- no lo sé will debemos ver las cintas de la mujer para ver quién es el culpable de ello – con eso sabía que me había sentenciado de alguna manera, no paso por su maldita cabeza hueca lo que decía.

Estos buscaron las cintas y solo notaron a Madam red gritándole y ofendiendo a la mujer, atrás de ella una sombra difusa sin rostro, delgada y delicada, así que William supuso que era otra mujer –bien Ronald, iré detrás de esa mujer, tu por favor empieza a abrir una investigación sobre este tema, que no podemos dejar escapar-

Nosotros habíamos regresado a la mansión como a las 8 am para darnos un baño y quemar nuestra ropa llena de sangre y tripas de aquella mujer, Madam cada vez que mataba se ponía algo cariñosa con migo, me consentía bastante, ya sea comprándome algún vestido o llevarme a un restaurant de alta categoría, pero esta vez fue distinto me tomo de las manos y me dijo seriamente – te ayudare con tu hombre, tú me estas ayudando bastante y quiero agradecerte de esa manera Grell – no se esas palabras hicieron que mi vacío se sintiera 30% lleno y la ilusión de la pequeña llama del amor empezaba a brotar de nuevo, simplemente me sonroje moviendo la cabeza asintiendo, porque no sabía ahora como reaccionar todo me pasaba por mi cabeza.

Ronald toco la puerta de la mansión y Salí a ver mientras Madam seguía en la ducha, Ronald estaba algo desesperado mirando por la ventana, corrí hacia el abriendo la puerta –SENPAI, SENPAI! El... el jefe... está detrás de Jack... necesitamos hacer algo, bueno necesita hacer algo, si sigue así le descubrirán y yo ya no puedo cubrirlo más- di un suspiro pesado y mire a Ronald- realmente no le importo y me da igual si me quiere matar, aunque gracias por avisarme protegeré a Ann a toda costa – Ronald se despidió de mi alejándose lo más rápido que pudo, hasta que en los arbustos cercanos estaba la figura de William, yo no la había notado, pero si Ann, que por supuesto no me dijo nada durante los 30 minutos que platicábamos, al contrario estaba cariñosa de otra manera que me hacía poner nervioso, no tanto por la atracción si no porque ninguna mujer me había tocado de esa manera podría decirse tentadora.

-Grell querido vuélvete shinigami, me gusta como resaltan tus ojos verdes con ese lindo rojo pasión que tienes como cabello- decía la mujer mientras me iba transformando de nuevo en shinigami la abrace sin notar a William que observaba serio y celoso, la mujer pasaba sus manos en su rostro lentamente, como si fuera su esposo, en ese momento Madam me beso el cuello hasta que escuche un leve golpe en el vidrio de golpe me aleje observando afuera, no había nadie en el lugar, Madam regreso a la normalidad con migo ya me trataba como su amigo.

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