Cuando llegan a atacar...

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¡¡Clang!!

El repiqueteo de una campana sonaba a lo lejos.

A las 3:45 am.

¿Que sucede?

Fácil.

Todos saben.

Él sabía lo que significaba ese sonido...

Estaban atacando el Campamento... otra vez.

"¿Que los monstruos no descansan?" pensó.

Se apuro a vestirse.

Se colocó su armadura.

En cuanto salió de su Cabaña vio a todos los campistas corriendo de un lado a otro.

Caminó, sin ningún apuro, hacia las armas y tomo un escudo.

Entonces, con pasó lento y cansado, fue hacia donde estaba el borde del Campamento, donde hacian el sonido de la campana.

Vio a Quirón, solamente.

- Hey, Quirón ¿Que pasa?

Él lo vio.

- Nada, muchacho, solo un pequeño perro del infierno, que ya fue enviado al Tártaro.

No pudo evitar resoplar fastidiado.

Estaba a punto de dar media vuelta e ir a su cama, cuando escucho un cuerno de batalla.

Vio a un pequeño ejército ejército emerger de detrás de los árboles.

Vio toda clase de alimañas.

Dracanae.

Perros del Infierno.

Incluso vio a algunos Telekhines.

"Genial" pensó "No solo me despiertan temprano, si no, también tengo que vencer a estos inútiles"

Estaba a punto de lanzarse al ataque, cuando una mano lo tomo del hombro.

Cuando volteo, vio la sonrisa de Jason.

- Tranquilo, vaquero, necesitaras ayuda.

Y con esa frase, vio a todos los campistas a su alrededor.

Entonces se escucharon unos aplausos.

- Ohh, que conmovedor, ssssiempre hazzz logrado esssso, no Percccy Jackssson.

Vio a una dracanae pasar al frente del ejército de monstruos.

- Pero no queremos batalla, por hoy, sssssolo queremosssss a Percccy Jackssson.

Annabeth me tomo del brazo y grito.

- Para eso tendrán que pasar sobre nosotros.

La Dracanae se rió estruendosamente.

- No, hija de Atenea, no entiendesssss, queremossss retar a Persseuss Jackssson a una batalla.

Un trueno a lo lejos se escuchó.

Fue cuando vio oportuno entrar en la conversación.

- ¿Y no pudieron esperar a la mañana?

La Dracanae dejo de mirar a Annabeth y lo miro a él.

- Ssssiempre haccciendo chissstesss, classsico de ti, niño.

No dejo que la palabra "niño" lo insultara.

Al menos, no mucho.

- Bueno, quiero regresar a dormir, así que acepto.

Otro trueno.

La Dracanae sonrió.

- Excccelente.

Le pareció raro, pero decidió dejarlo pasar.

- ¿A quien de los inútiles enfrento?

La Dracanae solto una risa.

- Puessss... No esss ninguno de ellosss, de hecho, esss de losss únicosss monstruossss que no hazzzz vencccido.

Se le heló la sangre.

- ¿Quimera?

- No, pero tampoco essss facccil de vencccer.

Y escucho una especie de rugido desde el bosque.

Y entonces lo comprendió.

- Es... ¿La Hidra?

La Dracanae sonrió.

- ¿Lo hazz adivinado?

Vio a la pesada bestia acercarse al inicio del ejército.

Entonces alguien lo jalo del brazo.

- No lo hagas.

Vio el rostro preocupado de Annabeth.

No pudo evitar sonreír ante la muestra de afecto.

- No te preocupes, no creo que está lagartija pueda conmigo.

Annabeth lo soltó, pero no se veía menos preocupada.

- Si, lo vencerás, Percy.

Vio ahora a Jason.

- Claro, tan claro como que soy hijo de Poseidón.

Se escuchó un trueno.

Sonrió al cielo.

- Basssta de charlasss.

Él volteo a ver al ejército enemigo.

- ¿Cómo sé que no es una trampa?

La Dracanae volvió a sonreír.

- Hazzz la prueba.

Y con pasó decidido, Percy Jackson salió de la seguridad de la barrera...

Sin Miedo... //CANCELADA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora