Capitulo 26

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No soy consciente de lo que acabo de hacer hasta que las mano de mi padre toman mi cuerpo con demasiada fuerza para conseguir apartarme y evitar que siga golpeando Marcel. 

¿Control? He olvidado esa palabra al ver a Aura en el suelo, temblando sufriendo otro se sus ataques.

¿De verdad se pensó que la iba a dejar buscar a su padre sola? ¿Tan poco se cree que me importa?

Pero ella ahora ya no está y la busco con desesperación sin importar lo que acabo de hacer.

-Isak, escúchame hijo, ¡Isak! -llama papá sacudiendo mi cuerpo. -Me encargaré de todo, no pasa nada, ¿si? Mich te llevará a casa, debes desacerte de tu ropa, date un baño y despues la buscaremos.

-¿Donde está?

-¿Me has escuchado a caso?

-¿¡Donde está Aura!?

-¡Roman se la ha llevado! Deja de pensar en ella ahora mismo, hay dos cuerpos sin vida y tu estas impregnado de sangre de uno de ellos, así que haz lo que te digo. 

¿Dos cuerpos? Mis orbes se dirigen nuevamente al suelo pero esta vez en ved de dar con Marcel, encuentran a Jeffrey. ¡No, joder, no!

Quiero acercarme a el, pero papá impide mi paso y empuja mi cuerpo a la salida dándole ordenes claras a Michael para que me saque del lugar. 

-No vas a tocarlo, no lo mataste tu Isak, Jeffrey recibió una bala.

-¡No puede estar muerto!

-Suficiente, ¡llevatelo ya!

Mich empuja mi cuerpo para abandonar el lugar y así montarnos en su auto que a toda velocidad nos aleja de la escena del crimen, mi crimen.

Yo lo hice. 

Miro mis manos por primera vez y estas están cubiertas de heridas y sangre.

Yo he matado a Marcel.

...

¡Joder, joder, joder!

Por si no fuese suficiente, golpeo los azulejos bajo la ducha una y otra vez consiguiendo que mi sangre se mezcle con el agua. ¿Que me ha pasado? Yo no soy así.

Siempre he juzgado a mi padre, nunca he estado de acuerdo con lo que hace, y ahora yo, ¿voy a ser como el?

Con los nudillos aun sangrando abandono la ducha y seco mi cuerpo para después vestirme con rapidez. No puedo perder tiempo en esto, necesito buscarla, recorreré todos los hospitales de la maldita ciudad si hace falta. Ella se pondrá bien. 

Abandono la habitación en dirección a la sala donde mamá permanece inquieta dando vueltas hasta que nota mi presencia. 

Me vio, ella me vio llegar pero no dijo nada. No quiero saber que está pensando de mi, la he decepcionado, yo juré no convertirme en papá. 

-Vamos Isak, he llamado a Mabel, Roman llevó a Aurora al hospital en el que ella trabaja.

-Mamá...

-Todo está bien, ¿si? -dice acercándose y regalándome una pequeña sonrisa al notar mi nerviosismo. -Tu eres buen chico Isak, mi chico bueno.

-No mamá, hice algo, yo lo hice.

-No hiciste nada. -toma mi rostro entre sus manos haciendo que la mire. -Nada ha pasado, ¿vale? Solo buscaste a tu novia y la salvaste.

-Mamá, por favor.

-Escúchame, si tu no hubieses llegado con tu padre, si no te hubieses preocupado de esa manera por ella, Aura hubiese recibido ese disparo.

-Pero lo recibió Jeffrey, debí salvarlos a los dos, yo debí... pero no matar. ¿En que me diferencia de ellos mamá? Ahora soy un asesino, podía haberme detenido, pero no lo hice, seguí golpeándolo, hasta matarlo.

ToXic Roulette © +18 | Libro #3| Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora