ToXic Roulette © +18 | Libro #3| Bill Skarsgård

Capitulo 25

Muchas veces he llegado a pensar que quizás las palabras de Isak no están mal encaminadas y soy un demonio.

¿Pero como serlo si el despierta todos los sentimientos humanos posibles en mi?

Y ahora me doy cuenta que no solo el lo hace, por que por mucho que a veces deteste a papá, estoy dispuesta a cualquier cosa por el. Es un idiota, uno muy grande, pero es mi familia y le quiero.

Así que por una vez en mi vida decido cerrar la boquita y seguir al imbécil de Marcel sin oponer resistencia.

Necesito encontrar a papá y ver que está bien.

Después, nos encargaremos de Marcel, nadie se mete con Roman Graves sin salir perjudicado. ¿A caso no lo sabe?

Marcel se detiene frente a una de las puertas de este mugroso lugar que supongo es uno de sus escondites y la abre para mi dejándome paso primero.

¿Se piensa que me voy a acobardar?

Con la cabeza bien alta doy varios pasos con confianza pero detengo mi andar ante la imagen que se presenta frente a mi.

Mi sangre hierbe y si no fuese por que tengo las manos vacías, ahora mismo daría media vuelta y cortaría la garganta de Marcel.

Jamas imaginé ver a papá en estas circunstancias, arrodillado con un arma apuntando su sien. Y no solo el, Jeffrey permanece a su lado de igual manera, ambos obligados a punta de pistola.

Cuando su mirada se dirige a mi la rabia recorre todo su rostro y se que en cualquier momento va hacer una estupidez que no puedo permitir.

Papá hace el amago de levantarse pero niego con mi cabeza dando otro paso hacia el deteniéndome en el momento que Marcel corta mi camino parándose frente a mi.

-¿A donde te piensas que vas cariño? ¿Te crees que soy tan estúpido como para permitir que te acerques a el?

-No veo inconveniente en eso. -digo encogiéndome de hombros sin darle demasiada importancia.

-No para ti, por supuesto. Pero yo se que harán, son Graves, no necesitan palabras para entenderse. Se que golpearás a mi hombre, Roman aprovechará para quitarle el arma, matar al que apunta a Jeffrey mientras tu matas al que apuntaba a tu padre. ¿Te crees de verdad que nací ayer?

Mierda, ¿es que a caso me lee la mente o que? Esa iba a ser mi mejor jugada y ahora tengo que pensar en algo mas.

Marcel es inteligente, no necesita siquiera escolta, sabe que con mi padre amenazado bajo un arma yo no haré un paso en falso.

Quizas eso pueda usarlo a mi favor, su confianza en ese hecho.

-¿Por que me has traído aquí Marcel?

-¿No es obvio? Para que veas morir a Roman.

-No, debe haber algo mas. Estoy segura que tienes pensado algun chantaje al que crees me voy a prestar. Pero se tienes un dilema, sabes que si liberas a mi padre, al día siguiente estarás muerto.

-Tu hija es muy inteligente Graves. -dice Marcel mirando a papá que gruñe en protesta haciéndolo reír. Lo detesto. -¿Sabes a que me dedico Aura?

-Ya que quieres robar los negocios de mi padre y Jeffrey supongo que a todo lo ilegal que pueda haber en Nueva York.

-Muy bien, pero, ¿Cual de mis trabajos crees que encajaría mejor contigo?

Tiene que estar jodiéndome. ¡Ni en su jodida segunda vida!

-Te mataré. -escucho la voz de mi padre con rabia llamando nuestra atención. -Cortaré tu lengua y haré que te la tragues hijo de puta.

-Oh vamos Roman, ella me daría mucho dinero. Todos en la mafia estarán encantados de follarse a la pequeña protegida de Roman Graves.

No puedo evitarlo, no puedo, y es que mi puño se forma mientras comienzo a respirar con dificulta imaginando las mil y un maneras de matar a este desgraciado. ¿Está mal fantasear con eso? De hecho ya asumí que tengo un lado psicópata y que está a punto de salir a la luz.

Siento que empiezo a sudar y todo el calor que mi cuerpo posee ahora se está concentrando en mi rostro.

Intento controlarme, así que cierro mis ojos pero lo único que puedo ver es a Marcel desmembrado, o quemándose, o ... debo parar.

Pero entonces el dice algo que nunca debió hacer.

-¿Cuanto crees que pagarían por Mabel?

Pierdo el control sin recordar todas las vidas que están en juego en el momento que adentro la mano en la chaqueta y saco el objeto que con rabia y fuerza clavo contra el cuello de Marcel, una llave.

Llave que hundo hasta lo mas profundo de sus carnes provocando que comience a desangrarse.

Margel grita de dolor mientras el hombre que apunta a Jeffrey ahora me apunta a mi y dirige su mirada a mi mano ahora ensangrentada.

Me va disparar, no tengo duda de ello.

-¡Maldita perra! ¡Mátala joder! ¿¡Que esperas!?

Un disparo, uno tras otro es lo que consigo escuchar mientras mi cuerpo cae contra el frío y duro suelo del lugar.

Pero mi dolor no es el de una bala, si no un dolor que recuerdo muy bien, un dolor que me ha perseguido toda mi vida, mi corazón.

Respiro con dificultad llevando una de mis manos al pecho oprimiendo este por el dolor que estoy sintiendo.

Lo intento, intento girar mi cuerpo, intento buscar a papá con desesperación y saber que está bien. Pero no puedo, no siento mi propio cuerpo y cada vez mis parpados pesan mas impidiéndome tener una buena visión de lo que está pasando a mi alrededor.

Pero antes de la oscuridad lo veo. ¿Es mi imaginación?

Debe serlo, no es el, el nunca haría algo así, el no.

-Isak... -consigo decir con dificultad.

Pero el no contesta, solo sigue moviendo su brazo mientras gritos de dolor invaden el lugar y sus manos comienzan a cubrirse de sangre.

-Aurora, mi niña, vamos cariño no te duermas.

Siento como dos brazos fuertes rodean mi cuerpo y como abandono el frío suelo que queda sustituido por un dulce perfume, papá.

Sin poder evitarlo sonrío con dificultad mientras el acaricia mi rostro y me abraza con fuerza contra su pecho.

Nos estamos moviendo, pero no soy capaz de volver a abrir los ojos, siento como el sueño me invade pero temo a no volver a despertar. Temo dejarlos solos, temo quedarme sola en la oscuridad.

-Quédate conmigo por favor Aura, no puedes dejarnos cariño, por favor.

La voz de papá es lejana, pero consigo escucharla y hay algo que no puedo pasar por alto e intento volver a sonreír. ¿Lo estoy haciendo? ¿He conseguido volver a sonreír? No lo se.

Pero por primera vez.

El me ha llamado Aura.