Si los Loser's tuvieran poderes (ADAPTACIÓN)

Eddie Kaspbrak

Poder: Metamorfosis
Edad: 23

Eddie Kaspbrak era un pequeño niño de cinco años el cual se encontraba llorando por el hecho de que su mascotita, el gatito Mini había escapado la noche anterior y desde ese momento Eddie no había dejado de llorar.

_Eddie por favor -su madre acarició su cabello- Ya aparecerá bebé, tranquilo, Mini volverá

_¡No!, ¡yo quiero a mi gatito ahora mami!, ¿y si algo le pasó? -sollozo más fuerte-

_No amor, no le pasó nada

_¿Y eso como lo sabes? -el niño se levantó- mami, iré a buscar a Mini

_No, Eddie, solo no

_Iré con Stan -Cuando abrió la puerta de su casa, el pequeño Stan estaba ahí-

_Vamos Edd's, buscaremos a Mini -él sonrió-

_Claro, vamos -corrió fuera de la casa junto a su amiguito-

_Edd's, tú ve por allá -Stanley apuntó a un lugar algo desierto- quizás haya ido por ahí porque a Mini no le gusta la gente -rió y fue por el lado contrario-

Eddie corrió, corrió y corrió, cada vez iba más rápido, y, derrepente a lo lejos vio a Mini, así que corrió hacia el gato y éste lo miró con miedo, preparándose para atacar.
Eddie, algo asustado, fue a la vidriera de algún negocio para verse y entender a su gato.

¿qué carajos era eso?, ¿cómo pasó?.

Eddie era un pequeño leoncito.

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Eddie con diez años controlaba más o menos sus dones, más aún el manejo de el instinto o habilidades de un animal, la serie de transformaciones (metamorfosis) aún no la tenía del todo controlada.
Stanley, por su parte, estaba muy feliz porque su amigo tenía poderes increibles y lo admiraba, le decía "yo quisiera ser como tú, así escaparia fácilmente de casita cuando mami y papi pelean".
La vida del niño no era muy fácil, y, Eddie para alegrarlo intentaba transformarse en el animal que Stan quisiera, aunque se terminaba transformando en cualquier cosa pero de todas maneras era increíble aquello que el pequeño niño podía hacer.

_Stany, crees que si mi mami sabe que tengo poderes, ¿se van a enojar?

_¿Por qué se enojaria Edd's?

_No lo se, sólo me preocupa -Eddie hizo un pucherito y comenzó a lloriquear...como un cachorrito- ¿esto tiene que pasar de la nada? -Habló pero Stan no le entendió, pues, para Stan, sólo era su amigo transformado en un perrito mientras ladraba tiernamente- esta es la parte que no me gusta -volvió a su forma- Debería intentar controlar eso

_¿Es fácil? -Eddie negó-

_Para nada Stany

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A sus trece años, Eddie no le había dicho nada a su madre pero ya controlaba lo más que podía sus poderes, le seguía costando, pero todos los días iba a su patio (cerrado) mientras su madre trabajaban y Stan lo ayudaba como podía, se sentía bien tener a su amigo ahí la mayoría del tiempo en esos momentos, no era nada normal sufrir transformaciones de la nada, es más, hasta había llegado a transformarse en el mismísimo Stanley, es decir, no sólo se trataba de animales ya.

Ese mismo dia, mientras entrenaba, su madre volvió demasiado temprano del trabajo, y, cuando fue a la cocina a dejar las compras que había pasado a hacer, vio por la puerta que daba al patio como su hijo era transformado a...un león, no un cachorro recién nacido, no uno de meses, era un león ya de unos tres años, y la señora Kaspbrak pegó un grito.

_Oh oh -dijo Stan-

_Ay nooo -A Eddie sólo se le entendió un rugido-

_Eddie, ya vuelvete humano -Stan rió y entró a la casa, encontrándose con la señora Kaspbrak hablando por teléfono bastante asustada-

_Mamá, yo puedo explicarte -Eddie apareció de la nada-

_Eddie siéntate.

_yo me voy yendo... -Stan retrocedió lentamente-

_Tú te quedas Uris -La señora Kaspbrak se cruzó de brazos-

Esa misma tarde le explicaron la maldad que los quería (bueno, más bien a Eddie) y Eddie tuvo miedo, pero le contaron sobre un tal "Hoper" que lo ayudaría con el entrenamiento, y, lo hizo con la condición de que Stan lo acompañaría siempre, y la señora Kaspbrak aceptó.

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A los dieciocho años él, acompañó a Stan a Hawkins, y, cuando estaban en el tren, no dejó de mirar a un cierto chico (muy lindo), pero no lo vio mas hasta el día en que regresaron, sólo que nunca se dirigieron más que una mirada.
Eddie no paró de hablar de cierto chico por, lean bien, m-e-s-e-s, así que así, con un chico de un tren, Eddie definió su orientación sexual y Stan se le burló, no por ser gay, sino por cómo lo había definido, ¿quién descubre su orientación sexual al ver a alguien en un tren?, sólo Eddie.

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Cuando tenía veinte años, vio por la ventana de su amigo como éste recibía un gran golpe, y él, sin haber dejado que pasara, no se controló y entró a la casa, convertido en un simio (demasiado grande) y atacó al señor Uris, no quiso, claro que no, pero, él no tenía la intención de dejarlo internado...

Recibió un regaño tanto de Stan como de su madre, uno, por no haberse controlado, y otro porque si alguien lo veía no hubieran sabido que hacer.

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Eddie con veintidós años ya era un hombre, "muy hombre", lo definía Stan, todas las noches salía a correr un poco, tanto en su forma humana como en su forma de leopardo por el bosque, no lo podía evitar, era divertido sentirse libre en sus distintas formas, cuando tenía la oportunidad, tomaba la forma de algún ave que volara muy alto y subía, era increíble, volaba como si fuera de todos los días y era hermoso poder ver todo en distintas perspectivas.
Así que si, Eddie era feliz con su yo con poderes, era feliz y estaba cada vez más fascinado con su poder, incluso una vez le hizo una broma a Stan que fue perseguido por un perro muy feroz, y, cuando Stan estaba casi muriendo por tanto correr, volvió a su forma estallado en carcajadas, valió la pena, no le habló en una semana pero valió la pena.

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Hoy en día Eddie tenía veintitrés y estudiaba Artes escénicas en la Universidad justo a Stan, llevaba una vida normal dentro de todo, y, usaba sus poderes bastante seguido, sin saber que se estaba perjudicando.