Hola Olímpicos. ¿Cómo va su semana? Yo últimamente me siento muy proactiva, hace menos de una semana les dejé mi entrada de ¿en qué orden leer Cazadores de sombras? (La cuál espero ya hayan ido a leer) y aquí me tienen nuevamente, hoy eso sí, les traigo una reseña.
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Una ficción que intenta cuestionar los fundamentos de la realidad, únicamente por medio de la percepción o la filosofía.
Acompaña al pensador eterno a través de su viaje infinito en busca de la verdad absoluta; un caminante errante entre los laberintos de la mente y un cazador de destellos fugaces en la dimensión de la imaginación, llamados pensamiento.
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Sin muchos rodeos, iniciemos con esta historia. Debo admitir que cuando vi tanto el nombre, portada y sinopsis del libro. No había absolutamente nada que me atrapara. Y sí, puede que me haya quejado un poco con las diosas cuando Apolo pasó el calendario del mes y vi lo que me tocaba reseñar.
Por otro lado, esta es una reseña que llevo días pensando cómo escribir. ¿Por qué? Bueno, por que "El pensador eterno" forma parte de la literatura que no suelo leer.
El libro no tiene una variedad personajes que protagonizan una historia, tampoco una trama o hilo de la historia que pueda criticar, más bien, se encuentra narrada en primera persona.
En este punto, se deben de estar preguntando ¿cómo es eso? o ¿de qué trata este libro? bueno, esta historia es contada por el pensador eterno, quien nos va plasmando sus pensamientos sobre temas tales como: el universo, el ser humano, la humanidad, la mente, la realidad en la que vivimos y otras cosas más relacionadas a éstas.
