°VEINTISÉIS°

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Narra Poche

De verdad me sentía mal haber visto a la Doctora como la vi hoy, sabía que esa preocupación que llevaba todo el tiempo era a causa mía y que debía poner de mi parte para que ella no cargara con tanto pesor.

Amaba verla en todos sus etapas y aspectos, ella era tan hermosa de lejos y de cerca y de alguna forma quería siempre verla feliz.

Aunque no entendí ella me gustaba aún siendo mayor y de alguna forma eso no me impedía gustarme, pero sabía que de igual forma nunca sería para ella algo más que una paciente.

Y sabiendo bien mi situación sabía que tal vez nunca encontraría el amor y que si lo encontraba no sería correspondido y para ser sincera soñaba con ese cuento de hadas.

Aunque en mi sueños en vez de un princesa y un príncipe, eran dos princesas esa idea se me hacía aún más bonita.

Porque ella se me hacía aún más bonita.

Narra Calle

Eran casi las 9 de la noche y aunque mi horario de salida solía ser más tarde hoy me habían permitido salir más temprano.

Desde ayer no había llegado a la casa y mi última llamada con Sebastián no había terminado de la mejor manera y en todo el día gracias a todas las circunstancias que se había tenido, no me había vuelto a comunicar con el, sabía que al llegar a la casa no habría una charla pacífica.

Calle: Iré por un café y luego bajaré a despedirme de ella /comenté

Pau: Bueno nos vemos mañana y con la autorización obtenida, los estudios se realizaran a más tardar mañana y se tendrá ese mismo día los resultados /confesó para despedirse de un beso

Calle: Sí esta bien, nos vemos luego /dije a los demás presentes que de igual forma se despidieron de mí

Salí de la habitación, cerrando levemente la puerta, camine con algo de prisa a la cafetería del hospital y tomé un café negro.

Me sentía tan exhausta y sabía que llegando a la casa no cambiaría mi estado, a el no le gustaba eso de no llegar a la casa.

Toqué levemente con las llemas de mis dedos mi cabeza, empezaba a tener dolor de cabeza, lo mejor sería tranquilizarme.

Deposité el recipiente donde había bebido café en la basura y complete mi travesía en el elevador el cual me llevaba al segundo piso a cuidados intensivos.

Al llegar salí con tranquilidad y sin desespero entre al área donde se encontraba ella.

Poche: Cuándo me cambiaran a mi habitación? /preguntó mientras se acomodaba en la camilla

Calle: Tal vez mañana, si te alimentas bien y te recuperas, volverás a tu habitación /dije mientras me acercaba a ella

Miré rápidamente sus signos y parecía estar bastante bien, sabía que ese desmayó solo había sido por el dolor, así que aprovecharía para decirle algo que no había podido decirle antes.

Calle: Poche una vez que te recuperes volveras a casa, se te harán unos tratamientos de los cuales luego te hablaré así que siguiras viniendo al hospital, solo que no tan seguido.

Se mantuvo en silencio pero de igual forma podía ver su rostro de asombró, estaba segura que no era algo de lo cual ella se esperará.

Poche: Eso se escucha bien, será genial ver más seguido a mi familia y uno que otro amigo.

Era claro que era algo que le encantaría, aunque de cierta forma era algo que me incomodaba, porqué? No se.

Calle: Bueno, que bien que lo sientas así.

Poche: Doctora, lamentó que no haya celebrado su cumpleaños /alze las cejas ante esas palabras las cuales no me las esperaba

Calle: Esta bien - me senté a lado de ella y la miré - No necesito nada, ya lo tengo todo aquí.

Mi cumple 27 no era algo que esperara tanto, solo eran años, solo servía para recordarte que cada vez faltaba menos para seguir en este mundo.

Calle: Cuándo cumples tu? Son 17 debés estar emocionada.

Poche: En dos meses el 22, supongo que de alguna forma sí (aclaración no se lleva el verdadero cumpleaños de ninguna de las dos).

Calle: Así? Y que quieres?

Poche: Aún no se.

Calle: Bueno cuando sepas dime, tal vez pueda hacer algo al respecto - me levanté - Hoy salgo temprano y solo me vine a despedir, vendré mañana en la mañana para darte los buenos días.

Poche: Esta bien.

Me acerqué a ella dejando un corto beso en su mejilla, para luego salir de su habitación y proceder a salir también del hospital, me monté en el auto y conduje hasta la casa.

Hasta esa casa que siempre estaba sola y cuando estaba alguien, se llenaba de lindos recuerdos cálidos que sin darse cuenta se borraban con el tiempo.

Bajé del auto para luego caminar hacía la puerta y abrí la puerta y lo vi, lo vi, lo vi, lo vi con un vino en la mano y la copa en la otra.

El.

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Débil Sonrisa | CACHÉ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora