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[ SH ] › The Korina's Little Secret ‹

La coreana de 13 años se encontraba en su celda, rodeada de un montón de hojas arrugadas en el suelo y frustrada con una libreta enfrente y una pluma en mano.

¿Cómo debería empezar esa carta?
Ya había intentado con cosas rudas propias de ella como: "Oye tú" o "Mira cabrón", pero esos "saludos" no le convencían para su propósito actual.

Respiró profundamente y exhaló dejando vacíos por completo sus pulmones antes de empezar a redactar con un nudo en la garganta.

“ Querido Daco:

Se que esta carta no solamente me traerá problemas a mí, se que tu también te veras afectado por mi decisión, pero ya no puedo ocultarlo más:

Te quiero, Daco. Más que como un amigo, me gustaría casarme contigo algún día.

Me platicaste que un chico te había rechazado en tú antigua escuela y cuando intentaste vengarte, te encerraron aquí. Él es el culpable de que cayeras en este infierno donde nuestras cabezas se van poniendo más enfermas cada día en vez de curarse. Él te dejó... Roto.

Ese "Gao" es un imbecil, no supo apreciar lo que tenía. Me hubiera gustado estudiar contigo, te hubiera protegido con mi vida. Tú lo vales.

¿Sabes? Yo también estoy rota, tanto que mi corazón solo sirve para mantenerme viva.

Y aún asi, no puedo evitar sentir esas asquerosas mariposas en el estómago cuando te tomo la mano para que te sientas más seguro o cuando rompo las reglas y me escapo a tu celda a cuidarte para que puedas dormir tranquilo aunque me castiguen en la mañana, o cuando me esfuerzo por darte un abrazo decente cuando pones esa linda carita a punto de llorar...

¿Me hiciste brujería? Me haces sentir extraña, pero me siento bien, por primera vez en mucho tiempo.

Prometo que si te casas conmigo voy a protegerte siempre, cueste lo que cueste, ni siquiera Ren, Cader o FBI te harán daño.

Solo escogeme y cuando logré sacarnos de aquí, haré que el mundo se ponga a tus pies. Se arrepentirán de todo el daño que te hicieron a ti y al señor México...

"Continente Daco". No, "Mundo Daco", ¿Acaso no suena lindo? ”

Al terminar de escribir la escudada con la estrella de cinco puntas releyo la carta, sorprendida de que ella misma aún pudiera escribir cosas así.

---Pinche Daco, mira nomás las cursilerías que me haces hacer ---Se quejó, para nivelar el espíritu.

• • •

A la mañana siguiente, la menor de gafas estaba decidida a declararse. Se arregló lo más "bonita" que pudo y guardó en el bolsillo de su overol aquella carta tan especial con el cuidado de una bomba activa. Apenas abrieron las celdas salió corriendo en búsqueda del dueño de lo que le quedaba de corazón con una sonrisa tan radiante que asustaba viniendo de Korina.

Visitó varios lugares sin éxito hasta que mientras revisaba en el patio logró ver a su "hermano" Ren sentado en un rincón oscuro y decidió acercarse para preguntarle, después de todo, el y Cader parecían tener una especie de radar en el cerebro para localizar al latino a 100m a la redonda.

---Oye Ren, ¿has visto a Daco? Necesito darle... ---Su sonrisa se desvaneció cuando vió a la joven tribu llorando en posición fetal con la boca manchada de sangre---. ¿A quién le parto la madre? ---Dijo preocupada, hincandose para estar a su altura.

---Kori... ---El de menor altura se lanzó a abrazar a la de gafas escondiendo el rostro en su hombro.

---Ya, ya... ---Se sentía incómoda por la muestra de cariño, pero se aguantó por tratarse del menor y trató de palmearle la espalda para calmarlo---. Cuéntame, ¿qué tienes? ---La tribu siguió llorando empapandole la blusa de lágrimas.

---Mordí a Daco, pero creo que me pasé de fuerza y empezó a sangrar mucho. Me grito que estaba loco y que me alejara de él, que no quería volver a verme. Cader lo llevó a la enfermería ---Explicó---. Lo perdí, Kori. Ahora jamás va a quererme y se quedará con Cader ---Termino de contar entre gimoteos.

Korina quería sentirse feliz, quería pensar que ahora tenía un rival menos y solo debía pensar en una forma de eliminar a Cader del juego.

En verdad quería aprovechar la situación... Pero...

---No te preocupes por eso, lo dijo porque estaba asustado. Todos decimos cosas crueles cuando estamos lastimados o tenemos miedo ---Dijo mientras separaba a su hermanito de su hombro obligándolo a verla a la cara---. Estoy segura de que aún te quiere y que tú... ---No quería decirlo---. Que tú y él... ---No lo digas Korina---. Que ustedes dos serían muy felices juntos, pero debes disculparte con él esta vez ---Fingio una amplia sonrisa.

Crack

---¡Tienes razón, no voy a dejar que Cader me gane! ---Exclamo determinado el encapuchado poniéndose de pie---. ¡Gracias, Kori! ---Agradecio corriendo dentro del edificio dejando sola a la chica.

La chica se quedó en silencio viendo al menor perderse en el edificio y solo cuando estaba completamente segura se que no había nadie que la viera, sacó la carta ahora arrugada junto a un mechero que había ocultado en sus bolsillos y en un abrir y cerrar de ojos, el papel ya se había vuelto cenizas.

Si ella ya estaba rota, no le importaba seguir rota mientras Ren pudiera seguir amando, aunque fuera de esta manera tan... Peculiar.

---De nada, hermanito...