Auto rojo... Bicicleta... Auto blanco... Dos autos blancos... Motocicleta... Señora con un perro...
-Emma entra a casa y ayúdame, estas cajas no se desempacaran solas-
Dejo mi conteo mental de todo lo que esta frente a mis ojos en mi nuevo vecindario. Me levanto del cordón sacudiendo mis blue jeans gastados, suspiro y miro a papá quien esta entretenido haciendo malabares con las dos cajas apiladas en sus brazos con un intento de que estas no caigan
-Claro...-Susurro y le doy una ultima mirada a la calle
-Cariño cambia la cara, se que esto no es como California pero acordamos que esto seria un nuevo comienzo para los dos- Tomo una de las cajas de sus brazos y me da el paso para luego cerrar la puerta de la entrada con una patada
-Lo se papá... solo debo acostumbrarme- Le doy una media sonrisa que parece tranquilizarlo.
Solo era cuestión de tiempo para que ambos podamos reiniciar nuestras vidas sin la de mamá.
Oh mamá...
Su partida nos había destrozado. Desde su muerte nuestra antigua casa en California estaba silenciosa, las flores de nuestro jardín se marchitaron, los cuadros de nuestras fotos familiares se llenaron de polvo, las personas nos veían con pena y pensaban sus palabras antes de hablar con el temor a decir algo que nos la recordara. Pero lo cierto era que todo nos recordaba a ella. Cada rincón de la casa, cada objeto, cada sitio de ese pueblo traía su recuerdo a nuestra mente. Esa fue la razón por la cual nos mudamos y quisimos empezar de cero aquí en Los Ángeles. Papá pensó que tal vez el ruido de la ciudad nos mantendría demasiado ocupados como para seguir viviendo con el nudo en la garganta y por fin, después de 6 tortuosos meses volveríamos a encontrarnos a nosotros mismos para empezar a vivir y no solo existir.
-¿Que quieres de cenar?- Hablo papá sacándome de mis pensamientos. Después de unas cuantas horas de sacar diferentes objetos de las cajas y acomodarlos por diferentes sitios de la nueva casa. El sol se ocultó y la noche se hizo presente.
-Lo que sea... Por mi esta bien- Hable volviendo a la caja marrón frente a mi. Era ridículo gastar nuestro tiempo sacando objetos y esparcirlos por cualquier lugar de la casa, al fin y al cabo la mayoría de ellos seria donada a la caridad o iría a alguna tienda de antigüedades.
-Cuando buscábamos la dirección de la casa vi un restaurante de comida China a unas calles de aquí. Ven conmigo y pidamos unas de esas cajitas con fideos que salen en las películas. También podemos distraernos un poco, si no salgo de aquí seguro que soñaré con cajas y mas cajas por una semana- Dramatizó soltando una risita sin gracia mientras se colocaba su chaqueta verde musgo
No di ninguna respuesta oral, solo asentí con la cabeza apartando la caja frente a mi mientras salia de la casa con papá siguiendo mis pisadas. El abrió la puerta por mi como solía hacerlo con mamá, me sonrió apenas y cerro la puerta una vez yo dentro. Papá rodeo el auto y subió en el, acto seguido saco las llaves de su bolsillo incertandolas en la herradura para darle arranque al auto y conducir calles abajo. Mi trabajo como copiloto era buscar una buena canción que sustituyera el silencio abrumador.
Luego de unos minutos silenciosos de parte de ambos con "Payphone" sonando de fondo decidí hablar
-El piano...-Hice una pausa y continué- El piano de mamá, ¿podríamos quedarnos con el?- Volté a mirarlo dubitativa esperando una respuesta positiva de su parte- Se que acordamos empezar de nuevo, y donar a la Iglesia las cosas que eran de mamá, pero quizás podríamos quedarnos con algunas de ellas
El semblante de mi padre era confuso, el siempre había sabido como disimular sus pensamientos pero mi pregunta lo tomo por sorpresa haciendo que dude un poco antes de contestar- ¿Eso te haría feliz?- preguntó con su vista fija en la carretera
-Muy-
Los segundos de silencio de su parte fueron eternos. Estaba maldiciendo internamente por haber preguntado aquello. Nos mudamos para huir de todo aquello que nos recordara a mamá y aquí estaba yo aferrándome a sus pertenencias.
-Esta bien, solo procura tocarlo cuando yo no este, aun no estoy listo para oirlo de nuevo- Termino la conversación entrando al estacionamiento del restaurante. Asentí repetidas veces sonriendo por el resultado.
Ambos salimos del auto cuando encontramos un lugar cerca de la puerta del establecimiento. Camine a paso apresurado tras el con mi vista pegada al movimiento de mis zapatos mientras entramos al llamativo restaurante. Papá se acerco al mostrador para ordenar mientras yo solo me quede a su lado con mis ojos cerrados y con mis manos ocultas en los bolsillos traseros de mis gastados jeans, disfrutando el aroma a especias del lugar hasta que la campanilla de la puerta sonó y a los segundos una voz grave aterciopelada nos interrumpió.
-¿Tom?
-¿Harry? Santos cielos, ¿como estas?
Papá se volteo y se acerco con una sonrisa plantada en su rostro a abrazar a su amigo de voz rasposa y cabellos alborotados. Ambos se golpearon la espalda como esos saludos de hombres que suelen darse. Desde mi posición en la esquina de aquella escena solo podía ver el rostro de mi padre, mientras que su amigo estaba a espaldas de mi dejando una vista de su figura adornada por el impecable traje negro
-Yo muy bien gracias, pero mírate, cambiaste mucho desde la adolescencia
-Claro que si, ya no soy el mismo de antes, ahora estoy mucho mas guapo- Bromeó acomodando su cabello hacia tras
-Siempre tan modesto tu... Pero dime como esta Evangeline, ¿ella también cambio o solo a ti se te vinieron los años abajo?- El tono en su voz iba cargado de un buen humor y podría apostar que en este momento estaba sonriendo.
Pero la sonrisa de mi padre de a poco abandonó su rostro y la sustituyó una mueca triste. El me dio una mirada rápida y volvió a su amigo. Yo solo baje la mirada mis zapatos guardando la respiración con su respuesta.
-Ella... Ella falleció hace 6 meses... fue un accidente de autos- Concluyó. Solté el aire contenido y me atreví a levantar la cabeza para mirarlo pasar la saliva en su garganta
-Oh Tom, lo lamento, yo... perdona... no fue mi intención preguntar, es una pena como lo siento-Habló con pésame en su voz-
-Descuida, estamos intentando empezar de nuevo...
-¿Estamos?- Mi padre fue interrumpido por su amigo
-Claro, por mi niña, oh que tonto soy- Papá me hizo una ceña para que me acercase a el. A paso pesado camine hasta llegar a el y colocarme a su lado encontrándome con unos bonitos ojos verdes que me dejaron sin aliento- Harry ella es...
-La pequeña Emma- El tal Harry volvió a interrumpir a mi padre y me miro con cierta admiración en su rostro- Mírate que hermosa estas...
Esperen... ¿ya nos conocíamos?
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Emma. HS
FanfictionElla ya no era una bebé, la pequeña Emma ahora tenia 18 años y Harry no pudia evitar sacar los ojos de ella. El gran señor Harry Styles calló en los enredosos tristes ojos brillantes de la morena y desde ese momento juro que haría lo que fuera nece...