My Best Friend [Capítulo 1-Parte 2]

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Nos acostamos entre la 1 y las 2 de la madrugada. Como era costumbre, yo le dejaba mi cama a Emilio y yo dormía en el piso en un montón de cobijas que tendíamos ahí. Así cuando a mi me tocaba ir a casa de Emilio yo dormía en su cama, así era nuestra "tradición".Me acurruque en las cobijas, cerré mis ojos y traté de dormir, pero no podía dejar de pensar en la rara actitud de Emilio, en los mensajes de Eduardo y en que tal vez ya me estaba clavando con Selene. Me di una vuelta, una más, pero no lograba conciliar el sueño. De pronto escuché como Emilio se levantó de la cama por el rechinar de ésta. Pensé que saldría al baño, yo sólo me hice el que estaba dormido. Pero a cambio sentí como se arrodilló a mi lado y pasó su mano por aquel moretón en mi mejilla con una suave caricia, tan delicada que si de verdad estuviera dormido no la habría sentido, pero lo hice y mi cuerpo reaccionó ante ello.Un escalofrío recorrió todo mi físico, abrí mis ojos pues ya era complicado seguir fingiendo, y entonces mi mirada se encontró con la ajena. Se hizo un silencio, solos nos mirábamos y eso me hacia sentir algo raro.- No quería despertarte. - Murmuró mi mejor amigo, de una forma tan suave que parecía una melodía aquel susurro. Y a pesar de haberlo cachado acariciándome, no dejó de hacerlo. Esa mano seguía pasando por el moretón, como si dibujara la circunferencia de éste, y a mi...a mi me tenía como idiota. Era un sentir extraño, pero no me molestaba en lo absoluto.- Está bien, no podía dormir. - También susurre, e incluso negué un poco con la cabeza, pero busqué no moverme tanto para que no quitara su mano de mi.- Lamento haberme portado como un bobo.- Al menos estaba aceptando su error, eso me dibujó una ligera sonrisa en los labios, y entonces me senté en el piso, quitando la mano ajena con la mía, pero no la solté.- Esta bien. Seguro no tuviste un día agradable en el trabajo.- Me encogí un poco de hombros, quitándole importancia a nuestra pequeña discusión. Emilio se levantó y jaló un poco de mi mano para que yo también me pusiera de pie.- Ven, duerme conmigo.- Él se acostó primero, y yo a su lado. Me arropo con las cobijas, hasta pasó su brazo por mi cintura para rodearla. ¿Íbamos a dormir así? ¿Abrazados? No me molestaba, y tal vez si mi madre nos viera así seguro tampoco le importaría por el tiempo que llevábamos de amistad, pero me parecía algo extraño, o sólo esa noche me sentía extraño.Por fin logré dormir. La noche transcurrió, estaba descansando felizmente hasta que la alarma de mi celular sonó y así abrí mis ojos. Cuando miré a mi lado ya no estaba Emilio, así que me senté de golpe en la cama, lo busque con la mirada por la habitación y sólo unos segundos después entró al cuarto, ya vestido con su ropa del trabajo (él era mesero de un restaurante de comida rápida, así que llevaba su uniforme).- Que bueno que ya despertaste, ¿te llevaré al colegio? - Él solía acompañarme a la escuela y me dejaba ahí, pues le quedaba de paso para su trabajo. Así que asentí y me levanté para apurarme,ya se nos estaba haciendo tarde.Luego de arreglarme con el feo uniforme del colegio, tomar un rápido desayuno que sólo consistía en un pan tostado y un trago al café, Emilio y yo salimos de mi casa, cada uno con su mochila en los hombros y tomamos el elevador. En una de las paredes de este pude ver mi reflejo y como se veía el moretón, había bajado un poco, pero pensé en que tal vez debí ponerme un poco de maquillaje de mi mamá.- Te ves mejor que ayer. - Me dijo Emilio con una sonrisa en los labios y con su diestra alborotando mis cabellos. Yo sólo me encogí un poco, así como me reí. A veces me sentía un niño pequeño a su lado.- Gracias por ayudarme con eso ayer.- En cuanto las puertas del elevador se abrieron, salimos de éste y cruzamos del lobby para abandonar el edificio y comenzar nuestro caminar por las calles de la ciudad.Durante nuestro viaje, noté que la actitud de mi mejor amigo había vuelto a ser la misma de antes, me hablaba de su trabajo, de los lugares que quería que visitáramos y los planes que tenía para ahora que volviera al colegio. Ya lo sentía normal, lo sentía de nuevo mi amigo.Con el pasar de los minutos, llegamos a la escuela. La puerta estaba abierta, ya todos estaban entrando y dentro ya me esperaba Carlota a la que logre ver por entre los barrotes de la reja.- Nos vemos al rato. Gracias por traerme.- Le dije a Emilio de quien me despedí agitando mi mano en el aire mientras entraba al colegio. Él correspondió mi gesto y se siguió caminando por esa calle hasta que le perdí de vista.Cuando estuve dentro, Carlota se acercó a saludarme con un beso en la mejilla que me dio con el cuidado de no lastimarme.- ¿Cómo sigues? - Me preguntó mi amiga quien también estuvo al pendiente de mi durante toda la tarde del día anterior.- Mejor, definitivamente. Y me enteré de que le diste mi número a mi atacante.- Aquello último se lo dije en un tono más divertido, sólo en broma, incluso le di un pequeño codazo.- ¡¿Qué?! ¡¿Yo?! Jamás. Bueno si, pero fue porque si se veía muy interesado en tu salud.- Me dijo soltando una que otra risa que parecía era de nervios. Sabía bien lo que había hecho esa pequeña castaña.- Esta bien, no lo vi mal. Y si, estaba muy interesado en mi salud.- Le comenté mientras caminábamos hacia el interior del salón.Las primeras tres horas de clases se me hicieron eternas, estaba aburrido. Historia, Inglés, Gramática y entonces me llegó un mensaje. Pensé que se trataría de Emilio, pero cuando lo abrí note que venía de Eduardo. " Buenos días, pequeño. Espero te encuentres mejor hoy y espero verte en el receso", parecía un mensaje bastante normal, pero nuevamente esa sensación extraña se apoderó de mi cuerpo. ¿Quería verme? Seguro le caí bastante bien o eso era lo que pensaba. "Hola, si me siento mejor y, si, estaría bien vernos", esa fue mi respuesta.Lo deje pasar, y luego de media hora por fin sonó el timbre para salir al recreo. Me levanté y me iba a dirigir hacia Carlota, pero ella salió del salón con otro chico. ¿Y ese quien era? Lo ignore y salí al último.Mientras caminaba escaleras abajo, estuve pensando, ¿Y si Emilio tenía razón? ¿Y si ya me estaba tardando en terminar con Selene? No lo sabía, traía mucho en la cabeza. Un mejor amigo que se ponía celoso de mi novia, un chico que me hablaba medio extraño y una novia a la que ya no estaba aguantando del todo.Caminaba por el patio cuando una voz algo chillona dijo mi nombre y un cuerpo delgado se abalanzó contra mi. Cuando vi quien era, note que se trataba de Selene, nuevamente estaba de empalagosa.- ¡Joaco! ¡Cariño! ¿Por que no me esperaste a la hora de la entrada?- Esas actitudes eran las que siempre me molestaban de ella. "¿Por que no esto? ¿Por que no el otro? Eres mi novio y debes hacerlo", era demandante la señorita. Entonces tomé en cuenta lo que dijo Emilio y respire hondo antes de hablar.- Aamm pues, no lo se. - Mis manos que la habían atrapado por la cintura, ahora buscaban alejarla de mi, sus abrazos eran mas apretones bruscos. - Selene, tenemos que hablar.- Le dije, y sólo así me la quite de encima, así como su expresión del rostro cambio totalmente.- ¿De qué quieres hablar?- Preguntó ella, ahora cruzándose de brazos, y su mirada asesina estaba fija en mi.- Siento que lo nuestro ya no está funcionando. Quiero que terminemos.- Dije sin rodeos, con toda sinceridad. Ya no importaba nada, sólo quería deshacerme de ella como lo hice con las anteriores. Ella bufó, estaba muy molesta y entonces sentí una cachetada justo en la mejilla que tenía el moretón.- Idiota. Como quieras, pero me la vas a pagar.- Me amenazó y yo estaba tan fuera de sí por la cachetada que ni siquiera le entendí bien y ni me fijé cuando su alejó de ahí. Estaba demente y me había dado justo en el golpe del día anterior que aún me dolía.Me sobe un poco y agite mi cabeza tratando de incorporarme, respire hondo y me traté de olvidar de esa vergonzosa situación.¿Cuánto enojo podía caber en ese cuerpecito? Además, mi amiga estaba perdida por ahí con quien sabe que tipo. En esos momentos la necesitaba más que nunca y ella en no sé donde. Estaba distraído, pensando, buscando a Carlota y entonces choque con algo o más bien alguien. No entendí que tan fuerte me golpee, con que velocidad fue el accidente que fui a dar de sentón al piso. No podía ser que estaba comenzando mi semana con golpes y accidentes, debía dejar de estar distraído por todo.De pronto alguien extendió su mano hacia mi y cuando alce la mirada lo vi. Ahí estaba, Eduardo nuevamente le estaba haciendo de mi super héroe. Una sonrisa suave se formó en mis cerezos y tomé la mano ajena, así me ayudó a ponerme de pie. Acomode mis ropas, las sacudí un poco y nuevamente lleve mi vista al contrario.- Al parecer así van a ser todos nuestros encuentros.- Dijo en tono divertido el chico de labios grandes.- Parece, ¿cierto? - Mi animo no estaba del todo bien y se notaba en el tono de mi voz que estaba bastante apagado, y eso lo pudo percibir el contrario.- ¿Estas bien? Te notó algo...triste.- Y tenía razón, no estaba siendo mi día. Me encogí un poco de hombros así como metí mis manos a los bolsillos de mi pantalón.- Aamm no ha sido mi día. Mi amiga me dejó sólo, terminé con mi novia y nuevamente choque con un chico. - Lo último lo dije tratando de sonar divertido, y tal vez lo logre pues el contrario soltó una suave risa.- ¿Quieres que te acompañe en tu dolor? No está tu amiga pero puedo servirte de oyente.- Su propuesta me parecía agradable, llegó en el momento justo, así que asentí un poco con la cabeza y así me guió aquel chico por el patio hasta una banca. Ahí tomamos asiento y me miró, yo sólo tenía mi vista al frente.- Así que, ¿tenías novia? - Preguntó el más alto a lo que yo asentí.- Yo juraba que eras gay.- Ese comentario si me hizo reír, y más por la espontaneidad con la que lo dijo. Llevé mi vista hacia él, y le sonreí.- No,no soy gay. - Negué un poco con la cabeza, el contrario desvió su mirada y también soltó una pequeña risa. Ya sabía que yo no era el chico más varonil del colegio, pero nadie me había dicho algo así.- Comprendo. Fue mi error. - Respondió, cuando por fin llegó Carlota. Ya no estaba con el otro chico, y llevaba una bolsa de Sabritas en las manos.- ¡A ti te estaba buscando!- Me dijo como yo hubiera sido el desaparecido. Le miré de una forma fea, me puse de pie y le di una nalgada. No me importó en frente de quien fuera, o la risa de Eduardo, pero ella fue la que me dejó sólo.-- Ni digas que tu te fuiste. - La señalé con mi dedo índice de mi diestra, fruncí mi ceño y ella sólo hizo un puchero. Siempre de chantajista.- Ya, no te enojes. ¿No me vas a presentar a tu nuevo amigo? - Y entonces recordé al chico a mis espaldas. Me hice a un lado y señale a Eduardo.- Cierto, él es Eduardo. Eduardo, ella es mi amiga Carlota. - El contrario alzó su mano en forma de saludo, acompañado de una ligera sonrisa y un "hola" bastante amigable. En cambio Carlota si se acercó a besarle la mejilla.- ¡Hola! ¿Te puedo robar a mi amigo un momento? - No le dio ni tiempo de responder, Carlota simplemente me jaló del brazo como era su costumbre y yo sólo me despedí agitando mi mano.- Aamm claro...- Logré escuchar de los labios del chico que correspondió a mi gesto.Cuando estuvimos bastantes metros alejados de Eduardo, mi amiga me detuvo y se puso frente a mi.- Ok, dos cosas. En primera, ya supe que terminaste con tu novia. Todo mundo vio la cachetada que te puso. - Ya me lo había imaginado, si fue en pleno patio. Respire hondo y mire a mi amiga con los brazos cruzados.- ¿Y cuál es la segunda?- Le pregunté con curiosidad.- El chico ese con el que estabas...- No podía creer que 5 minutos antes los había presentado y ya se le había olvidado el nombre a esa enana.- Eduardo.- Respondí.- Si, Eduardo. Es gay.- Eso sí me sorprendió, pero al mismo tiempo no sabía si creerle.- ¿Tu como sabes? - Me puse de incrédulo, no estaba bien hablar de las personas y menos con algo tan delicado.- ¿Viste el chico con el que me fui? - Ese chico era de los que menos me importaban del saló, habían muchos que me valían y ni su nombre me los sabía. - Bueno, se llama Thiago. Me dijo que le gusto..- Una sonrisa enorme se formó en el rostro de Carlota, yo solté una suave risa. Ella siempre me dijo que no le gustaban los chicos de la escuela, pero tal vez ese chico era la excepción.- ¿Y él que? - Me moría de ganas por saber que tenía que ver ese chico con Eduardo y con todo el asunto.- Pues, es amigo de Eduardo. Ayer estaba él presente cuando pasó lo del accidente. - A veces me desesperaba que mi amiga contara todo con rodeos, pero le gustaba hacerla de emoción. - Me fui con él porque dice que quiere conocerme bien, y ademas...- Una papa entró a su boca, la saboreo y cuando la pasó se chupo los dedos.- Hmm me soltó que Eduardo es gay, y que ayer que te fuiste, Eddie les contó a todos sus amigos que tu le gustas.- Y entonces mis mejillas se colorearon de rojo. ¿Era verdad? No sabía que responderle. ¿Por eso era tan amable? Tragué saliva y desvíe la mirada. ¿Qué se supone que uno dice en esas circunstancias?

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