-¡buenos días, dulzura!- dijo el azabache entrando a la habitación mirando al pequeño castaño dormido, besó su mejilla delicadamente para después seguir bajando por su cuello, dejando pequeñas mordidas que lo hicieron despertarse, abrió los ojos mirando los del mayor con angustia, se acomodó mejor en la cama y comenzó a tallar sus ojos como si de un bebé se tratará.
el azabache sonrió dulcemente al verlo tan indefenso e inocente, tomó su mano delicadamente llevándolo hacia la cocina dónde ya se encontraban dos platos servidos para ambos, el castaño miró con desconfianza el plato y después miró al azabache que le sonrió dándole un poco de confianza, cuando al fin se decidió por probar la comida que el azabache había preparado, comenzó a creer que él no era tan malo como parecía.
-¿p-podría llamar a mi mamá?-
dijo jugando con sus manos por debajo de la mesa, el azabache alzó la ceja y negó rotundamente para después seguir con lo suyo, al castaño no le agradó que él no lo dejará hablar con su madre, así qué sin más, no habló, se quedó callado, ignorando por completo al azabache
-¿ahora no me hablaras?- gruñó el mayor con molestia, el más bajo ni siquiera le dirigió la mirada, se levantó de su asiento corriendo hacia la puerta principal tratando de abrirla.
El contrario apretó la mandíbula mirando lo torpe que se miraban el chico, se levantó molesto caminando hacia él, Jack se dió cuenta e inmediatamente se dió la vuelta e intentó correr pero en menos de lo que pensó, su muñeca estaba atrapada por la gran mano del azabache arrastrando su cuerpo a la habitación nuevamente
Entonces se lamentaba por hacer lo que hizo, recuerda las palabras del azabache "tendrás un castigo.."
Quiso morir allí mismo por lo que le esperaba.
