La inmortalidad es propia de mí y la sangre mi vivir,
mi corazón no late y mi piel fría es;
voluntad puedo tener, pero mi fuerza no la puedo contener,
amor he sentido, pero también he matado
con una velocidad incomparable, pero sin ritmo cardiaco a la vez.
Elegante soy y a la noche poseo
la luz me deslumbra, pero ágil me muevo
Ven a mí pues necesito de ti,
esta sed saciare y tu mundo gobernare.
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El comienzo de la libertad
PuisiLa muerte es impredecible, mucho más las mentes que lo crean constantemente inundándose de una gran oscuridad. ¿Es la vida algo que valorar o es la muerte aún más gloriosa? Dentro de una mente perturbada es imposible saber si la vida es digna de pos...
