1-Invitada Misteriosa...

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“Tks hogar dulce hogar…” Recité mientras abría la puerta de mi apartamento, de roble oscuro con decorados plateados de forma de hojas y enredaderas y, de pomo pulido de color dorado, abrí con delicadeza aquella puerta dejando visible el living donde pasamos mayormente el tiempo, “{¡Al fin en casa!}” Exclamó mi lado perezoso con felicidad, “tks son las 12:05am creo que hoy no fue buena idea aceptar la propuesta de Artemis”, dije algo desanimada, volví a mirar mi reloj, quizás si nos apurados llegaremos a tiempo “chicas vamos a arreglarnos”, dije levantando mi ánimo, “{¡Vale!}” Recitaron mis pecados al unísono con el mismo entusiasmo, decidida chasqueé mis dedos, de mí ser apareció varias estelas oscuras colocándose en diferentes posiciones a mi alrededor, sombras divididas en siete dejaban visible la apariencia de mis pecados: Ira, Pereza, Envidia, Orgullo, Gula, Lujuria y Codicia, se encontraban en cuerpos de demonios diferentes, son mis propias creaciones de furias… Seres que piensan por su cuenta, pero capaces de obedecerme, gracias a la personificación pura de la unión entre la reina de las Erinias, y el Dios de la Guerra es que tengo el poder necesario… “Yukio ¿Crees que hoy pudieras hacerme una trenza?” Habló la dulce y loca voz de Gula, con inocencia de una niña pequeña, “claro Gula, ponte bien bonita” dije con una sonrisa en mis labios, las chicas y yo éramos muy unidas. Más que de ser su creadora, eran como las hermanas que nunca tuve a mi lado… Cada quien fue a su respectiva habitación compartida. Pereza y yo fuimos a la nuestra para arreglarlos con rapidez. Entre duchas y prendas nos arreglamos con rapidez, eligiendo conjuntos casuales de este siglo, salimos de la habitación y como prometí le hice una bonita trenza a Gula, en su corto cabello de color rosa, “recuerden esconder las extremidades de demonios chicas” recité con tranquilidad mientras le colocaba un bonito lazo a mi pecado “¡Estamos listas!” Enunciaron todas casi a la vez, me levanté de mi sillón y tomamos nuestras pertenencias, a esta hora de la noche es peligroso andar, pero realmente eso no nos preocupa, salimos de nuestro apartamento cerrando la puerta y llamamos al ascensor, de mi riñonera empezó a repicar mi móvil, miré de quien era para después contestar “por si acaso, ya vamos saliendo” recité con gracia adelantándome en hablar—eh.. Pues iba a decir que ya no vengan hacia el bar, se presentó un tema urgente que debo atender, lo siento Yukio…—Dijo con pena en su voz, suspiré por unos momentos, “está bien Artemis, ten mucho cuidado en tu asunto”, entoné con calma, realmente no me molestaba el haber cancelado la reunión—¿No estás molesta verdad?—Preguntó él con culpabilidad “no, tranquilo no hay ningún problema ya será en otra ocasión”  dije inexpresivamente—gracias por entender, prometo recompensar esto—recitó con algo de nervios, “ok, pero nos deberás una buena cena. Hasta luego” dije con gracia, él se despidió con más tranquilidad y colgó, volví a guardar mi teléfono volviendo a suspirar esta vez pesadamente “se presentó un inconveniente, así que no iremos al Izakaya, dije con calma hacia el resto “bueno así dormiremos más” recitó Pereza, soltando un leve bostezo nosotras nos reímos un poco ante el gesto, ya era más tarde y realmente Morfeo, se estaba apoderando de nosotras así que volvimos a entrar a nuestro apartamento, esta vez cambiándonos de conjunto para irnos a dormir todas nos despedimos con pesadez y cada quien fue a su respectiva habitación. Apagando la luz me acomodé en mi cama, Pereza cambió su forma a la de un gato negro de tamaño normal acurrucándose en su gran cama al lado de la mía…

Al día siguiente…

Miércoles 23/04-06:12am.

Tks.. Me desperté de un sobresalto, el tono de llamada de mi móvil comenzó a repicar con insistencia, con mi cara de acabada, me levanté para tomar mi útil y a su vez molesto aparato para ver de quien se trataba “¿Qué quieres Heracles?...” Refunfuñé con un poco de balbuceo, sentía que medio cuerpo aún se encontraba dormido—buenos días Yukio, necesito que vengas al cuartel, tienes un nuevo trabajo.— Recitó uno de mis molestos superiores, “tks vale, estaré allí en una hora… Nos vemos” enuncié colgando la llamada dejando mi móvil en mi mesa de noche, “¡Agh…. ¿Qué quiere el jefe?!” Entonó Pereza, en su forma de gato con sueño.. “Tks que «tengo» un nuevo trabajo” respondí sentándome en la orilla de mi cama.. “bah.. ¿Qué clase de trabajo?” preguntó con la misma pesadez mientras se levantaba de su cama y se estiraba, “no lo sé, dijo que fuera al cuartel”, respondí estirando mis brazos hacia arriba por detrás de mi nuca “bueno ve levantándote que hay que acomodarse” dije levantándome completamente de mi cama colocándome mis babuchas de conejo color rosa, arrastrando un poco los pies me dirigí al baño, pero antes de entrar tomé una de las toallas que estaban dobladas con cuidado en un estante. Abrí la llave de la regadera esperando a que el agua se calentara un poco, mientras tanto me cepillaba los dientes, veía fijamente en mi espejo las marcas poco notorias de mis antiguas heridas en batallas, estando lista por ese lado me comencé a desvestir dejando la ropa en una pequeña cesta y me metía en la ducha. Comencé a lavarme el cabello, en mi espalda baja tenía las profundas cicatrices de mis días como prisionera de mis propias madres… En mi abdomen se veía la gran marca de un gran zarpazo, causado por el León de Nemea… Tks ahí es donde conocí por primera vez a mi antiguo camarada en el campo de batalla. Terminé mi baño cerrando con suavidad la llave, salí de la ducha secando con cuidado mi cabello y mi cuerpo, enrollé la toalla por encima de mi cuerpo mientras salía del baño, Pereza, estaba ya en su forma normal esperando a que saliera, me dirigí hacia nuestro closet compartido, decidí ir con una de mis típicas vestimentas japonesas antiguas, tomé un conjunto entero de carzällpä color negro con franjas rojas y en la parte baja del abdomen tenía el bordado de un kitsune, al tener puestas mis prendas personales, decidí acompañar el conjunto con un par de botas cortas de tacón grueso y de 8cm de largo de cuero negro opaco. Ya estaba lista de vestimenta, me peiné mi cabello azabache con cuidado colocándome un ganchito con una flor de color negra, agarré mis pertenencias comunes y salí de la habitación dirigiéndome a la cocina, la cual estaba pasando por la derecha del living, cuando crucé por el arco redondeado de la sala miré a Codicia, junto a Envidia, terminando de hacer el desayuno ambas me recibieron con una cálida sonrisa, me uní a ellas, ayudando a servir la comida y llevaba los platos al comedor, el resto de las chicas habían salido de su habitaciones ya estando arregladas supongo que Pereza, les dijo telepáticamente que se alistaran. Terminé de colocar todo en la mesa y me senté esperando a las chicas para desayunar, mi teléfono vibró sobre la mesa, lo tomé mirando la notificación, sonreí de lado al ver el mensaje de una vieja amiga. Hela, la Diosa de la Muerte y una de los hijos de Loki, *hola Alala ¿Qué tal te encuentras?*Decía el mensaje, suspiré pesadamente, a ella junto a unos pocos amigos permito que me llamen así, iba a contestar pero no lo hice, las chicas ya estaban sentándose en el comedor. Intercambiando sonrisas comenzamos a comer, no tardamos mucho Gula, era la que más rápido terminaba, ella al devorar su comida es voraz pero a nuestro lado en nuestra mesa ella es educada y paciente, ya que le encanta compartir con nosotras a nuestro ritmo. Terminamos todo, entre todas recogimos y limpiamos los trastes, miré mi reloj de mi móvil, eran las 6:31 de la mañana ya debemos estar de camino al cuartel, las chicas se juntaron a mi costado esperando el momento donde chasqueo mis dedos para que ellas se unan a mi mente, negué con suavidad la cabeza hacia ellas, “esta vez iremos juntas sin que tengan que estar en mi cabeza”, dije con una sonrisa, sentía mi corazón feliz y tranquilo al ver sus ojos brillosos, puede que seamos asesinas, demonios, guerreras y más, pero también somos tiernas y felices entre nuestros seres más queridos…

Ya estábamos en el sótano del edificio, donde estaban los puestos de estacionamiento, nuestros vecinos siempre se quedan conmocionados, ya que en mi puesto siempre hay ocho motos Ducati 899 Panigale de color negro neón con franjas rojas, sé que han tratado de robarlas, pero realmente para mortales es imposible, usar magia penumbra es factible ante este tipo de situaciones, mi hechizo hace que cualquier persona que trate de arrancar o desarmar mi vehículo hace que sus manos se quemen de 3er grado, además que las motos se vuelven muy pesadas, cada pieza es difícil de tomar. Mis pecados y yo nos subimos a nuestros respectivos vehículos, acelerando con fuerza y marcando un poco las huellas de los neumáticos salimos de nuestro puesto de camino al cuartel, me pregunto que querrá Heracles esta vez. Recorríamos la autopista principal de cuatro vías, las calles de Tokio, son normalmente movidas, aunque gracias a los casos de asesinatos de ciertos individuos pues hoy casi no hay tráfico, mientras iba a la delantera por el pequeño retrovisor miraba a las chicas estando cerca de mí, a unos cuatro kilómetros podía visualizar la estructura del cuartel, no estamos lejos. Rápidamente miré la hora de mi reloj de muñeca, 7:15am bah él no me dirá mucho, no tiene tanto derecho para eso…

Detuve mi moto al frente de la entrada del edificio seguida de mis pecados, colocando el freno nos bajamos casi que a la vez, miramos a los espartanos vigilantes saludándolos cordialmente, subimos los cortos escalones de piedra pulida hasta la gran puerta Ira, se adelantó un poco para abrirla, era de «madera» rústica, lo digo ya que tiene la ilusión de ese material pero en realidad, está hecha de las rocas más profundas del Tártaro, fundidas desde el pozo de las almas errantes, y pulida gracias a las manos maestras de Hefesto, entramos con calma al recinto, Demetrius nos recibió con una corta sonrisa mientras nos acercábamos hacia él, tomamos el cuchillo que él nos ofreció, rápidamente y por turnos nos cortamos la palma de nuestras manos, dejando que las gotas de nuestra sangre cayera en el güjï de sacrificio. A diferencia de mí, mis pecados tienen sangre negra como la tinta mientras que la mía es de un rojo carmesí, estando ya fichadas caminamos hacia el ascensor llamándolo, “¿Qué creen que nos dirá Heracles?” Preguntó Codicia, apoyándose en una de las columnas de cuarzo, el ascensor ya estaba con nosotras, entramos rápidamente marcando el sexto piso, “pues quizás debemos matar a alguien”. Recité como respuesta a la anterior pregunta, las puertas se abrieron de par en par y nosotras salimos con velocidad del pequeño espacio caminando con calma por el pasillo hasta llegar hacia la gran puerta de stylión, suspirando sin interés toqué con fuerza la gran puerta, pude ver que las cabezas de león como decorados no brillaban ni rugían, arqueando una ceja miré la puerta, parece que tenemos que abrirla como una persona normal. Exhalé con pesadez esta vez mientras colocaba mis manos sobre la puerta y comencé a empujarla, ya estando abierta levanté mi mirada hacia el frente, Heracles, se encontraba formalmente vestido mientras estaba leyendo algún documento, pero en uno de los asientos enfrente de su escritorio estaba ocupado por una chica. Mis pecados y yo tuvimos el mismo gesto de sorpresa, ambos voltearon a vernos, la chica tenía rasgos asiáticos finos, de cabello corto azabache, vestía un pantalón largo ajustado de color negro, junto a una chaqueta de color rojo y portaba unas botas largas de tacón fino de color negro, podía visualizar en su cadera su cinturón de armas que era ocupada por una pistola Beretta 92, fruncí un poco el ceño mientras reincorporaba mis brazos, sentía la tensión de las chicas pero al ser una humana debemos guardar prudencia, nos acercamos con un poco de elegancia ante ambos y proseguí en tomar asiento al lado de la chica asiática, ella sólo dibujo una corta sonrisa casi ilegible en sus finos y carnosos labios, me crucé de brazos ante los ojos de Heracles, mientras daba a entender con la mirada de que me explique todo…

Continuará…

Holaa mis Killers, éste fue el Capítulo 1, espero haya sido de su agrado y ojalá nos podamos ver en un nuevo capítulo. Les deseo un feliz día, tardes y noches, les mando un saludo desde Venezuela 🇻🇪 Bye Bye. (ღ˘ω˘ღ).

Αμαρτωλοί δεσμοί... (Vínculos Pecaminosos).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora