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El cuerpo de Mary yace sobre la silla y los demás están en completo silencio. Cristal no se mueve, tiene la mirada fija en un punto exacto de la pared y yo solo me coloco un delantal para no manchar mi nueva sudadera. La anterior quedó llena de sangre y la he cambiado por una nueva y no quiero mancharla con la sangre que voy a derramar en unos minutos.

—Es tu turno Cris— digo sonriendo y ella no se mueve. Quiero escucharla llorar o gritar lo mucho que me odia por hacerle esto, pero no dice nada.

Creo que Cris ya ha perdido la cabeza, aunque no estoy muy segura de que puedas volver loco a alguien en tan poco tiempo. El miedo si te paraliza en un instante y quiero creer que eso es lo que ha hecho que se quede así.

Me acerco hasta donde se encuentra y observo cómo sus bonitos ojos observan a la nada. No siquiera se cuando eso de ver ojos extraños se volvió una obsesión, ya que solo me mantenía tranquila apreciando la belleza de ellos en las personas, pero un día y no uno cualquiera, el día que conocí a Nathan supe que pasara lo que pasara, quería sus ojos conmigo por siempre y Nate no estaba dispuesto a quedarse conmigo, así que tuve que tomar cartas en el asunto.

Secuestrar personas no era una tarea fácil, ya que había tenido que planear todo perfectamente para que nadie me descubriera. Y cargar a los chicos mientras dormían era aún más complicado, ya que su peso era el doble de cuando estaban despiertos y aunque me ejercitaba bastante, no dejaba de ser una chica y mi fuerza no era tan increíble.

—¿Quieres ver Nate?— pregunté en un murmullo y él no se inmutó. Odiaba que no contestará. Era un cretino.

Me acerqué hasta donde se encontraba y me apresuré a girar su silla para que pudiera observar lo que iba a hacer con Cristal; a mí me parecía algo perfecto y si alguien hubiese presentado una obra en la que realmente matan a alguien, me habría fascinado.
Odiaba que las personas no fueran igual que yo.

Volví con Cristal y di un pequeño corte en sus brazos que estaban inmóviles. Solo dió un pequeño gemido y eso me aceleró el corazón. Causarle dolor era increíble, el poder me volvía loca y por un momento me sentía en lo más alto.
Era mejor que los demás.

Realicé cortés en sus brazos y subí el cuchillo hasta sus ojos para empezar con mi trabajo. Soltó un terrible grito mientras yo rasgaba la piel que está ubicada alrededor de sus cuentas.

Nathan no decía nada y de hacerlo, no lo habría escuchado. Los gritos de Cris era lo que más me importaba en aquel momento. La manera en la que se estremecía bajo los cortes que le ocasionaba era fascinante incluso más increíble que cuando recibes algo que deseas con todo el corazón.
Aquella sensación no se compraba con nada que hubiera sentido. Si es que alguna vez había sentido algo.

Observé su ojo derecho y sonreí abiertamente, ya que no obtienes ojos reales todos los días. Cristal lloraba en silencio mientras yo me aproximaba a sacar su otro ojo y de esa manera observé a mi siguiente víctima.

Cristal, la chica del cabello largo. Había muerto frente a Nathan y él no había hecho nada para salvarla. ¿Que iba a pensar la gente?

Suelto una fuerte carcajada y me quito el delantal. Quiero guardar los dos pares de ojos que ya tengo porque podría ocurrirles algo y la verdad es que me ha costado mucho conseguirlos.

—¿Estás bien Nate?— pregunto mientras dejo los ojos en un pequeño frasco de cristal. Nathan tiene una expresión seria y sus mejillas están coloradas, lo que es extraño porque siempre es pálido como la cera.

—¿Hay alguna manera de salvarme de esto?— pregunta en un murmullo y yo solo lo miro fijamente. Es tan bonito que por un segundo pienso en dejarlo libre, pero eso no es tan fuerte y me dispongo a ordenar las cosas de mi mesa.

—Por supuesto que no— digo sonriendo. Estoy de buen humor y quiero que lo note—. ¿Tú crees que estás chicas realmente me importaban? No cariño. Siempre se ha tratado de ti y de ese maldito ojo izquierdo que ha estado en mis peores pesadillas.

—Por favor— dijo con voz cansada—. No tienes que hacer esto, me quedaré contigo y no le diré a nadie lo que has hecho.

Sonrío tranquilamente y me acerco hasta donde se encuentra. Sus muñecas están rojas y me detengo a escuchar el sonido de su corazón, este es acelerado y se combina perfectamente con su respiración agitada.

Mi cabeza yace sobre su pecho y él parece tranquilizarse por un segundo que parece no durar nada. La noche avanza rápido y tengo que terminar mi juego [...]

Los monstruos que han estado encerrados por mucho tiempo tienden a actuar muy agresivos cuando son liberados, pero yo soy diferente. Siempre supe que había algo diferente en mi y ya era hora de dejarlo salir.
Ya era hora de salir de la oscuridad.

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Hey hola!! Espero que estés lo suficientemente loco como para entender de qué va esto.
Perdón por no actualizar antes, he estado bastante ocupada, además tenía un bloqueo de escritor que ya he superado como bien has visto.
Cómo sea, se acerca el final de esta retorcida historia.

Comenta que te ha parecido y por favor no te olvides de votar porque de esa forma nuestra querida psicópata no irá por tus ojos!!
Vale es broma.
Nos leemos!! Hasta la próxima, besos.

Coleccionista de ojos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora