Me desperté a la madrugada, con la claridad apenas asomando por la ventana. Evidentemente todavía faltaba un rato largo para la hora habitual en la que nos levantábamos. Noté que Kicillof ahora estaba de frente a mí y, de hecho, su brazo estaba sobre mi estómago. Pude sentir que su temperatura corporal se había normalizado, así que decidí levantarme e ir a acostarme al sillón antes de que él se despierte. Con suerte, ni se había enterado que dormí al lado suyo y yo no iba a tener que andar dando explicaciones.
Intenté deslizarme con cuidado, dándole la espalda para levantarme, siempre con movimientos lentos para no despertarlo. Sentí de pronto que su brazo se cerraba a mi alrededor. Pensé que solamente sería un reflejo, así que volví a intentar incorporarme.
-Es temprano para levantarse -escuché decir a Axel, con voz de recién despertado.
Me volví a mirarlo, sintiendo como la vergüenza me empezaba a ganar.
-¿No te querés quedar un rato más? -dijo entonces, con una leve sonrisa.
Mi corazón latía a mil por hora. Él estaba despierto, sabía que yo estaba ahí, y ¿Me estaba pidiendo que me quede? Asentí lentamente después de unos segundos, y volví a acostarme como estaba, dándole la espalda. Sentí su cálido abrazo rodeándome y su tranquila respiración, y volví a dormirme con una sonrisa.
Volví a despertarme varias horas más tarde. Al principio pensé que Kicillof había salido, pero me sorprendí al girar y ver que estaba ahí sentado en la cama, al lado mío, viendo televisión.
-Buen día -sonrió.
-Buen día -respondí, desperezándome.
Él siempre actuaba tan normal, y yo apenas podía mirarlo de frente. Me levanté y fui al baño, en parte a ponerme en condiciones, y en parte para intentar calmarme y actuar natural yo también.
-Te estaba esperando para desayunar -dijo Kicillof, cuando salí, levantando una bolsa de un lugar para llevar.
La yuta madre, había logrado controlarme y ahora él hacía que me volvieran a ganar los nervios. Me senté yo también en la cama, y empezamos con el desayuno, que de hecho era café con medialunas, y no mate como siempre. Charlamos poco, sobre las cosas que pasaban en la tele, como queriendo no tocar el tema del día anterior, hasta que ya no pudimos evitarlo más.
-Gracias por... Haberte preocupado -murmuró él, una vez que terminamos de desayunar-. Y por haberme cuidado...
-No, boludo, es lo menos que podía hacer -reí levemente para disimular mi incomodidad- Que, ¿Pensabas que te iba a dejar ahí tirado?
-No, bueno -él también dejó escapar una leve risa-, pero qué se yo, no tenías por qué tampoco.
-Y, en parte sí, o sea, siento que esto fue mi culpa -confesé, mirando el suelo-, por haber insistido en salir a recorrer...
-Pero yo acepté, inclusive fui yo el que propuso ir a ese parque ayer -retrucó Axel.
-Bueno, sí, pero si yo no hubiera... -empecé a insistir.
-Dejémoslo en un empate -rió él, a lo que yo también sonreí y suspiré.
-Está bien -accedí. Después de unos segundos mirándolo, pregunté con cautela- Y... ¿Ahora qué...?
-¿"Ahora qué" con... qué? -él también habló lentamente, como queriendo cuidar sus palabras, sin dejar de mirarme.
-Y... Con... La situación... -respondí, perdiéndome en su mirada, señalando vagamente a mi alrededor. Sin embargo, de repente me cayó la ficha de la realidad-. ¡Todas nuestras cosas quedaron en el otro lugar! ¡Y no tenemos cómo volver! ¡¿Qué vamos a hacer?!
-Ya vamos a pensar en algo, no te preocupes -dijo Kicillof, haciendo gesto de calma con las manos.
Por una fracción de segundo, habría jurado que lo ví poner cara de decepción antes de volver a su expresión habitual.
*****
ESTÁS LEYENDO
Mi Futuro es con Vos (Axel Kicillof y vos)
FanficNo siempre te interesó la política, o tal vez sí, como sea. El punto es que, al viralizarse los memes, te diste cuenta de que Axel Kicillof está bastante bueno en realidad. La cosa parecía ser similar a lo que podrías sentir por cualquier personalid...