1.-Quédate.

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Realmente hacía mucho que no nos veíamos.
Dylan cogió asiento frente a mi,con su típica postura indiferente al cruzar los brazos tensos,como recordándome que lo había hecho mal de nuevo.
Al respirar la atmósfera se sentía más tensa,pegajosa,aumentando su nivel al ritmo que respiraba agitada ante la cortante situación.

—¿Seguirás en proceso de hiperventilar o hablaremos realmente del tema?.-masculló lo suficientemente alto,como para golpearme muy profundo,y sentirlo hasta la garganta.

El silencio reinaba.Ninguna de mis palabras querían organizarse,recomponerse o tan siquiera salir atropelladas.
Un suspiro largo por su parte,analizando mi cuerpo un tanto distante taconear el suelo nerviosa con la punta del píe repetidas veces.

—No puedes simplemente irte,desaparecer,mantenernos a todos en vilo durante tres noches,y regresar tal que nada hubiese sucedido.

Era un hilo de voz muy suave.El mismo tono que susurraba en mi oído tantas noches que al día siguiente seguiría abrazada a su torso cálido,porque no había un lugar mejor para comenzar un nuevo día.

—Has hecho esto más de una vez,y lo prometiste Jane.-Nada sonó tras eso,ni siquiera el palpito furioso de la sangre en mi corazón,a punto de estallar.—Te dije.Te dije que una vez que te fueras,yo también lo haría,definidamente.

Tragué saliva a conciencia de que tenía razón.Estos meses habían desencadenado los peores momentos que mi cabeza alcanza a recordar.

—Estás siendo de nuevo egoísta.Hablando por ti, sin tan siquiera pensar en tu madre o en mi.En cómo repercuten tus actos.-La decepción era tan ácida,que a cada frase saboreaba el reflujo de estas al sacarlas tan desde el estómago.

Creo que perdí la noción del tiempo,centrada en las manchas que suponían ser mis pies tras la borrosa y traslúcida capa de lágrimas que se acumulaba.
Pero él siguió.

—¿Esa es tu respuesta?¿debo interpretar el silencio como la indiferencia?porque si es asi.-alzó el tono,exasperado,dirigiendo su índice efusivo hacia la entrada.-Cruzaré esa puerta,y empezaré a pensar por primera vez en mi,y no en nosotros.

Tomé una bocanada de aire,aspirando puñalada a puñalada aquella realidad salida por sus labios.Para entonces mis botas se veían con una tenue claridad,aunque ahora levemente mojadas.
Confronté mi angustia entonces,alzando tan rápido la mirada,que al chocarme con sus ojos casi pensé que me caería de la silla.
Repetí tantas veces mi anterior acción,que el oxígeno que ambos consumíamos en conjunto quería quitarme la vida.

Al compás de un par de parpadeos rápidos,una negación clara zanjó con lo que aún no había empezado.Le vi caminar cabizbajo,aunque realmente decidido hacia un adiós,que nadie pronunciaría.
Y yo.Yo solo supe seguirle con los ojos tristes,cansados de no poder ser ellos quien tomasen el control de mi boca para así poder pararle.

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