11 - RENJUN PARTE 1 ESPECIAL 1k/2k 💓

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De nuevo sentí una tibia y asquerosa pelotita de papel chocar con mi mejilla y caer sobre mi escritorio. No sabía quien de mis compañeros era el que utilizaba esa cerbatana para molestarme esta vez. Pero podía ser cualquiera.

Todos eran iguales.

La profesora, como siempre, se hacía la ciega ante estas situaciones, no había nadie a quien acudir. El dinero parecía ser una mordaza invisible que pasaba por las bocas de toda la comunidad, los mantenía distraídos y en silencio.

Al fin sonó la campana y me levanté de mi asiento tomando la mochila atrás mío. Acabó la jornada y podía marcharme a mi casa.

Caminé por el pasillo hacia el baño, por suerte nadie a mi alrededor me tomó en cuenta. Eso era bueno, prefería a la mitad de la escuela que me ignoraba a la que se empeñaba en hacer mi vida imposible.

Llegué y apoyé mi mochila en el lavamanos, no quería usar el baño, solo quería respirar un segundo antes de quebrarme. Miré mi rostro, algo cansado, con imperfecciones y unas cejas que debían pasar por pinza pronto. Al verme entendía por qué las personas me odiaban.

Mi rostro y cuerpo eran algo desagradable a la vista, cada vez que me veía me daba vergüenza. Y ni hablar de mi personalidad, el tiempo y mi entorno me hicieron marchitarme hasta terminar en esto que era hoy.

¿Quien querría una taza rota cuando hay miles de tazas nuevas, de colores y todos los diseños en el supermercado?

Suspiré y tomé mis cosas. Al menos este día fue algo tranquilo, podría decir que bueno.

Habían pasado unos quince minutos y ya estaba caminando por la acera a mi casa, vivía medianamente cerca. Y no, no todo en mi existencia era una basura, solo la parte de la escuela. Que pena que eso opacara todo lo demás.

Mis papás me amaban mucho, y me brindaban apoyo en cualquier cosa, igual que mi hermano. El problema es que ellos no sabían de mis conflictos escolares, y no les contaría, me costó muchísimo obtener la beca en una institución como esa y no me arruinarían todo algunos chicos tontos, ya iba a pasar.

O eso esperaba yo.

Pateé un par de piedrecitas mientras avanzaba, llegaría a casa a comer de las galletas que hacía mi mamá los días jueves, y me sentía alegre.

Ya faltaban sólo unas dos cuadras cuando sentí que tomaban mi mochila bruscamente y me tiraban hacia atrás. Se me puso la piel de gallina. El día había sido muy calmado para que durara.

Me rodearon los que reconocí como algunos compañeros de clase, y algunos desconocidos.

Los ignoré e intenté avanzar, pero me bloqueó uno de ellos y me tiró al suelo.

-¿Crees que puedes ignorarnos?, ¿Crees que puede llegar una pobre como tú a nuestra escuela, a ensuciar nuestro nombre, y que nos quedaremos de brazos cruzados? -dijo mirándome de forma despectiva- espero que luego de esto aprendas la lección y no pienses ni en volver mañana.

El miedo me consumió pero no dije una palabra. La calle privada estaba desierta y no creía que a nadie le interesara, solo era una pobretona siendo acosada.

Me mantuve en silencio, incluso cuando sentí la primera patada tocar mi estómago, otra más en mi cabeza, en mis piernas, en mi espalda, no emití sonido y no hice movimiento alguno. Solo dejé que me destrozaran todo lo que quisieran, tendrían que parar en algún momento.

En todas partes palpitaba el dolor, y se me escapaban quejidos débiles luego de un rato más de patadas y puñetazos. Mi vista estaba algo borrosa cuando se detuvieron y el último de ellos se acercó a aplaudirme en los oídos, tan fuerte que me mantuve escuchando un zumbido por un buen tiempo.

NCT one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora