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Faltaban apenas doce horas para que comenzara la fiesta y la mansión Xin Li ya era un hervidero de gente. Los fríos y altos pasillos se habían convertido en un carnaval de sirvientes y hombres fuertes cargando sillones y sofás con estampados extravagantes de un lado a otro. La mayoría de esos hombres eran humanos. No olían ni la mitad de bien que la sangre servida en el desayuno y por eso nadie los molestaba, ni siquiera los neófitos que vagaban por los pasillos del primer piso, observando todo con asombro. En la mansión Xin Li, nadie pasaba sed.

Jungkook estaba convencido de que estaba siendo vigilado. Llevaba ya unos minutos en el tercer piso observando el ajetreo desde lo alto e imaginaba lo caótico que sería todo cuando llegara la noche. Abajo, en el primer piso, un vampiro vestido de negro (como los guardaespaldas de las películas) se encontraba al otro lado del salón, justo frente a él, y llevaba gafas negras. A pesar de que no podía notar la dirección de su mirada, Jungkook sentía una presión sobre él y no le sorprendería que lo estuvieran custodiando. No después del accidente de la semana pasada.

Había dicho que no fue su culpa, pero en el fondo sabía que sí lo era. Lo hizo más por capricho que por necesidad, pero lo perdonaron rápido, como siempre. Supuso que la vigilancia sería para que no atacara a los humanos que se encontraban trabajando en la mansión, y ese pensamiento hizo que sonriera ladinamente.

Jungkook intentó probar su teoría y caminó hacia la izquierda. Lo hizo lento, como si estuviera aburrido e ignoró al hombre de traje. Caminó hasta llegar al otro extremo de la mansión, justo en los pasillos superiores sobre la gran entrada (una puerta de caoba con detalles intrincados), y cuando volvió su mirada hacia el primer piso, el hombre se había trasladado en sentido contrario hasta quedar frente a él otra vez.

—¿Ya te probaste el traje? —preguntó una voz a sus espaldas y Jungkook se giró con despreocupación para encontrarse con la sonrisa rosa y brillante de Yi jie. Era una neófita de apenas tres meses y a pesar de lo perfectamente maquillada que se encontraba, aún tenía algo de sangre seca en la comisura de sus labios.

—Tienes un poco aquí —Le informó Jungkook y se tocó sus propios labios. Yi jie, tan despierta como siempre, ladeó la cabeza con dulzura y se acercó para tocar los labios de Jungkook. Él sabía que ella había entendido, y aún así dejó que lo tocara. Yi jie tenía una fascinación con las personas, especialmente con los humanos, y por alguna extraña razón le dedicaba esa misma admiración a Jungkook. Ella decía que algo en él le recordaba a un niño triste, pero Jungkook sabía que sus ojos negros no demostraban nada de tristeza.

Después de acariciarle los labios con la punta de los dedos, Yi jie se apartó y se limpió con cuidado para no arruinar su labial dorado. Jungkook suspiró algo cansado, aún faltaban horas para que comenzara el espectáculo y ya se sentía agotado.

—Tienes que probarte el traje —insistió Yi jie y el vampiro asintió, solo para que dejara el tema. Hace dos semanas, Luhan había traído a un diseñador europeo para que confeccionara el traje de Jungkook. En las palabras de Luhan, sería "innovador, brillante y revelador" y ninguna de esas palabras entusiasmaba a Jungkook. Y el atuendo, aquella horrible pieza, había llegado aquella mañana en una caja larga y delgada envuelta en cinta azul. Cuando Jungkook vio una manga con lentejuelas, salió de la habitación y dejó que Luhan se encargara de lo demás.

Ahora, comenzaba a creer que la aparición de Yi jie había sido planeada. Todos sabían que Jungkook tenía un lado suave con ella y rara vez rechazaba sus ideas o invitaciones (incluso esa vez que salieron de excursión a la ciudad y terminaron asesinando a veinte personas en un club solo porque el DJ se negó a poner una canción de Twice).

—Te verás bien, las lentejuelas te quedan —Le consoló la chica, y se apoyó sobre la baranda. En un ágil salto, se sentó sobre esta y sus pies quedaron colgando al vacío, moviéndolos al ritmo de las pisadas en el primer piso, algo caótico y sin inicio ni final.

bloodline ー bangtanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora