☁];;Capítulo 2

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La mañana caía sobre el reino y junto a ella despertaban los alegres pajaros de dulce los cuales se aseguraban de cantar sus melodías a todo pulmón.

El sol comenzaba a iluminar cada centimetro del vasto reino, despertando así a la mayoría de sus alegres habitantes. Todos centrados en sus propios asuntos, pero siempre tan amables como una galleta puede ser.

En lo profundo del bosque un adormilado guerrero de cabellos violeta comienza a despertar poco a poco, gruñendo y quejandose al ser sacudido por su compañero de viaje.

—Purple Yam... Despierta—La voz de Milk Cookie sonaba baja y aparentemente calmada, pero se notaba que algo estaba mal debido al tono preocupado que se escondía en esta.

—Maldita sea, Milk—Respondió este con su típico mal humor—Si no dejas de molestarme te vas a llevar un buen puñetazo.

—Yam, hablo en serio...

Al ver que nada funcionaba, Milk no tuvo más opción que golpear la cabeza de Yam con algo de fuerza. Inmediatamente este se levantó enojado y completamente dispuesto a darle un golpe al pobre Milk Cookie, pero su violento arrebato fue detenido por la afilada punta de una lanza acercandose a su cara a modo de reprimenda.

Yam no dijo nada, sólo dio un vistazo rápido a sus alrededores y suspiró resignado. Estaban completamente rodeados por una tribu de galletas desconocidas, todas usando máscaras y vestimentas primitivas pero extrañas ante la vista de Yam. Aquello era mucho decir, ya que él era de los primeros en los que pensar cuando alguien habla sobre vestimenta extraña.

Después de unos pocos minutos de forcejeo y pelea inútil por parte de Purple Yam, la tribu los llevaba atados a un lugar desconocido dentro del bosque. Un lugar que quedaba en dirección opuesta a donde debían ir a buscar a Dark Choco Cookie.

 —Milk ¿te importaría decirme por qué demonios no estabas haciendo guardia?—Hablaba un realmente furioso pero aparentemente relajado Purple Yam Cookie. Se notaba que tenía ganas de asesinar a todas las galletas presentes, incluyendo a Milk Cookie, pero debido a su situación actual aquello era imposible.

—Yo-... Bueno, si estaba haciendo guardia pero antes de que me diera cuenta ya me habían quitado mi escudo y mi báculo. Traté de espantarlos o algo pero ya me estaban rodeando con lanzas...—Confesó el de cabello blanco, algo avergonzado de no haber hecho nada inteligente o útil para librarlos de aquella situación difícil.

—Entonces prefieres admitir que eres un inútil de mi-...—Purple Yam se vió obligado a callarse cuando una de las galletas desconocidas le puso una mordaza. Obviamente esto incitó la ira del otro, quien inmediatamente comenzó a gritar de forma ahogada e inútilmente intentar insultarlos.

Milk Cookie prefirió quedarse callado, quizás si más adelante veía algo o alguién a quién pudiese pedirle ayuda gritaría para llamar su atención. O al menos ese era su plan.

Después de lo que se sintieron como horas de caminata siendo arrastrados, finalmente llegaron a un punto oscuro en el bosque.

Lo primero que se notaba era una pequeña cabaña iluminada por faroles colgados a los lados de la aparentemente vieja puerta de madera oscura. Esta estaba rodeada por un estanque lleno de ranas de dulce y nenúfares en los que algunas de ellas se posaban brevemente. En el centro de este había un camino algo angosto de tierra, con algunos trozos de madera que formaban un camino hasta la entrada de aquella vivienda.

Las galletas se detuvieron y una de ellas se apartó del grupo para acercarse a la puerta y tocar. Desde dentro se escuchó una voz algo ronca responder "Ya salgo~" en un tono algo burlesco, al parecer de ambas galletas secuestradas.

Pasaron unos segundos hasta que la puerta se abrió, la cabaña apatentemente estaba llena de humo puesto que lo único que se vio una silueta aterradora. Larga y con enormes cuernos, cargando lo que parecía ser una lanza gigante. Por un momento Milk y Yam estuvieron asustados, estaban a punto de ser entregados a un demonio maligno.

Una vez el humo se disipó, la silueta desapareció y la verdadera apariencia de este "demonio" fue revelada. Realmente no era este ser maligno que los asesinaría sin piedad. Realmente era una galleta de baja estatura, cabello verde y algo despeinado con un par de hojitas sobresaliendo de su cabeza, sus cuernos si estaban pero no eran tan intimidantes como uno pensaría. La supuesta lanza gigante no era más que un báculo parecido al que Milk cargaba siempre, este tenía un aspecto más natural. Esta sólo era una vara con una enredadera en ella y una gema verde en el centro siendo sostenida por unas ramas.

—Así que ustedes son los intrusos en mi precioso bosque~—Habló la galleta desconocida, con una sonrisa algo intimidante dibujada en sus labios.—Como ven, envié a mis centinelas de planta a buscarlos. No podía sólo dejar que siguieran haciendole daño al bosque... Le hacen daño a él~

¿Él? Tanto Yam como Milk miraron confundidos a la extraña. Ya que Milk era el único capaz de hablar, decidió comenzar a hacer preguntas y quizás usar su lengua para sacarlos de esa situación tan complicada.

—¿Q-Quién eres? ¿Qué es este lugar?—Preguntó por pura curiosidad pero al recibir una mirada de enojo por parte de Yam decidió cambiar el rumbo del dialogo—Lo siento mucho, no pretendíamos lastimar el bosque. Ambos estamos en una misión para encontrar a alguien muy importante pero nos perdimos aquí. Necesitábamos calor para no congelarnos en la noche y nos vimos forzados a cortar madera

Yam se sintió mucho más calmado. Milk era muy convincente a la hora de hablar, estaba seguro de que le sacaba provecho al máximo. Una parte de si le llevó a pensar que, aunque Milk no fuera ese tipo de galleta, seguro usaba mucho su habilidad en el habla para citas o a la hora de conquistar. Ese pensamiento le dió una sensación rara en el estomago ¿Milk coqueteandole a alguien? Eso era algo que definitivamente tenía que ver.

—Mi nombre es Matcha Cookie~ y están en mi hogar, o bueno... el patio frontal de mi hogar—Matcha respondió de forma algo rápida a las preguntas anteriormente hechas por Milk—¿Estás seguro de que eso fue todo lo que hicieron? Recuerdo tener que cuidar a un gusano herido hace poco...

La cara de Milk se volvió una de nerviosismo. Ahora si los habían atrapado.

—Uhm.... eso fue un accidente. El nos estaba atacando y tuvimos que golpearlo un poco para no salir lastimados. Fue en defensa propia—Explicó el albino con nerviosismo

—No te creo~ ahoguenlos en el lago

Las ordenes de Matcha fueron sorprendentes para ambos. Incluso Yam empezó a gritar aunque no se le entendía nada con la mordaza puesta. Los enmascarados de planta comenzaron a arrastrarlos hasta el lago. Aunque ambos lo intentaran, no podían soltarse del agarre ni romper la cuerda con la que estaban atados.

—¿Qué está pasando aquí?—Dijo en voz alta y con la intención de ser escuchado por todos un chico de cabello verde semejante a dos hojas.

—Ahahaha... Herb—Fué lo único que susurró Matcha con nerviosismo antes de chasquear sus dedos para que sus muñecos dejaran a Milk y Yam

—Matcha... ¿Otra vez?—Respondió el chico con una ceja alzada y algo de frustración en su voz.

Continuara..

🌸-Whipped Cream

The calm before the storm [MilkYam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora