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Mientras miraban el final del show, Jimin recordó el teléfono que había metido en su bolsillo trasero cuando oyó que la puerta se abría. Luchando contra una oleada de desesperación y adrenalina, se levantó muy despreocupadamente y dijo:

—Voy a ir al baño —con la mayor indiferencia posible. Una vez que estuviera a salvo, podría llamar a la policía y... ellos lo salvarían. De alguna manera. Porque eso es lo que hacia la policía.

—Claro. —Taehyung no parecía estar prestando atención, su mirada fija en la televisión—. Apuesto a que se decantan por lo moderno de mediados de siglo con las costosas mejoras. A todo el mundo le encantan las encimeras de granito.

Jimin hizo un sonido sin compromiso (aunque eso era cierto) y trató de caminar y no correr hacia la seguridad del baño y su inminente rescate. Si esto funcionaba, no volvería a castigar a ninguno de sus alumnos por estar al teléfono durante la clase.

—¿Jimin? Deberías darme ese teléfono en el bolsillo, o esto podría ser un problema.

Mierda. Mierda.

—Es culpa tuya por llevar unos vaqueros tan ajustados —dijo Taehyung. Extendió una pálida mano—. Entrégamelo. Vamos.

Jimin cogió el teléfono de su bolsillo trasero y se maldijo mentalmente por tratar de lucir su trasero con estos vaqueros en particular. No eran del tipo que solía llevar a la escuela, estaban guardados con firmeza en la sección de 'escolta' de su guardarropa. Se acercó, se detuvo a unos cuantos metros de Taehyung, y ofreció su teléfono. Estaba frunciendo el ceño y temblando. Una combinación inusual y, francamente, no muy agradable.

Taehyung parecía molesto por tener que levantarse, pero Jimin no tenía ninguna simpatía por él. Taehyung cogió rápidamente el teléfono y se lo metió en el bolsillo de sus pantalones de cargo, los cuales, Jimin notó un poco vengativamente, no estaban haciendo nada bueno por su trasero.

—Buen intento, aunque te llevó mucho tiempo pensar en eso. — Taehyung se sentó en la silla, las manos sobre su estómago otra vez—. Entonces, ¿estabas esperando a alguien? ¿Una cita? Es el día de San Valentín.

—¿Eh?

Taehyung asintió a la mesita de noche y a la variedad de juguetes sexuales. Demasiado para esperar que no se haya dado cuenta.

—Sólo asumí que es a él a quien ibas a llamar.

—Iba a llamar a la policía —dijo Jimin, mirándolo fijamente—. Porque es a quien se supone que debes llamar cuando estás siendo secuestrado.

—No te estoy secuestrando. Sólo te tengo de rehén.

No parecía haber mucha diferencia para Jimin, pero se lo guardó para sí mismo.

—Y a menos que este sea un juego de rol sobre el que nadie me advirtió, mi cliente no apareció.

—Entonces, ¿eres... como una acompañante?

—Sí. Acompañante masculino. Sexo por encargo. El chico de alquiler. Lo que sea, eso es lo que hago. —Enmendó—: Aunque, sólo a tiempo parcial. cuando no estoy en la escuela. —Jimin se preguntó por qué estaba tan a la defensiva. No es como si la suya fuera la elección de carrera moralmente más objetable aquí.

—¿Escuela? —Taehyung levantó las cejas.

—Estoy haciendo mi doctorado.

—¿En qué, en sexo?

No es de extrañar que enviaran a este tipo a matar gente a distancia. Absolutamente ninguna habilidad social en absoluto.

—Literatura Americana, en realidad. Mi especialidad es el gótico sureño. Estoy estudiando a Flannery O'Connor*. Ella era... (*fue una escritora estadounidense del siglo XX; autora de dos novelas y 32 relatos, publicó también ensayos y reseñas.)

—Sé quién era —dijo Taehyung, y luego sorprendió a Jimin recitando—: Habría sido una buena mujer, si hubiera habido alguien allí para dispararle cada minuto de su vida.

La cita era de la historia corta Un buen hombre es difícil de encontrar4 y era relatada por un asesino en serie sobre una anciana a la que más tarde mata a tiros en el bosque.

—Gracias por citar eso. Me siento mucho mejor ahora por haber sido secuestrado, lo siento, mantenido como rehén.

—No hay problema. Sabes, siempre quise usar 'el Desequilibrado*' como nombre en clave. (*The Misfit, sobrenombre del protagonista del relato)

—¿Sí? ¿Qué te detuvo?

—Nunca necesité uno. ¿Qué vas a hacer con un título en inglés?

A Jimin le habían hecho esa pregunta miles de veces, pero nunca por un asesino a sueldo.

—Enseñar, espero. —Siempre y cuando no termine muerto en una habitación de hotel el día de San Valentín—. ¿Qué hay de ti? ¿Eres un asesino todo el tiempo, o sólo los fines de semana y los días festivos?

—Todo el tiempo —dijo Taehyung—. Pero algunos días estoy más ocupado que otros. No es un trabajo para gente a la que le gusta un horario fijo. Entonces, ¿cómo consigues tener sexo por dinero en hoteles de lujo, de todos modos? —El cabello oscuro de Taehyung había caído en sus ojos, y lo empujó hacia atrás con dedos largos y delgados. Tenía las cejas levantadas, lo que le hacía parecer un poco como un cuervo curioso—. Para que quede claro, no tengo ningún problema con eso ni con nada.

—Oh, bien. —El tono de Jimin era ácido, pero sorprendentemente hizo sonreír a Taehyung, aunque no hizo nada para alegrar sus estilizados ojos. —Me acosté con un tipo cuando recién me mudé aquí para estudiar. Al día siguiente me dio una tarjeta con un número y me dijo que llamara, que me daría una buena referencia. Así que lo hice, y aquí estoy. Es un buen trabajo. Paga bien. Mantiene mis días libres para la clase y el estudio, y gano lo suficiente como para que sólo tenga que trabajar cada dos fines de semana si quiero.

—Huh. —Taehyung tamborileó sus dedos sobre su estómago—. No pareces un chico de alquiler. Pero tampoco pareces un estudiante de doctorado. —Le dio a Jimin lo que sólo podría ser considerado como un muy cuidadoso, y apreciativo, vistazo—. Si hubiera sabido que había tíos tan calientes como tú disponibles por teléfono, me habría ahorrado la vergüenza de salir e intentar encontrar uno y solamente lo habría ordenado.

Aguarda.

San ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora