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Cuando Taehyung estuvo listo para follarselo, hizo que Jimin se acostara sobre su estómago y se subió sobre su espalda.

Solo los tipos que realmente disfrutaban de las fantasías de sexo forzado permanecían en esa posición (o, bien, a veces eran sólo hombres que se sentían perezosos y cansados de arrodillarse mientras Jimin se la daba por detrás), así que Jimin tenía muy poca experiencia con ella. Pero le gustaba cómo se sentía estar cubierto de pies a cabeza por Taehyung, oír a Taehyung respirarle con fuerza en la oreja mientras empujaba lentamente su polla dentro de Jimin, de la misma manera que sus caderas lo empujaban hacia el colchón con cada empujón lento y contundente.

A Jimin le gustaba que lo jodieran, mucho, y mientras él solía ser el que follaba, en ocasiones podía jugar para que su cliente lo follara. Y a veces eso es lo que querían, aunque también querían que Jimin los 'convenciera' u 'ordenara' que lo hicieran. Pero Taehyung no necesitaba que lo convencieran, aunque definitivamente hizo que Jimin se lo pidiera.

—Mierda, te sientes tan bien —gimió Taehyung.

—Tú también eres muy bueno en esto —dijo Jimin, lo que era verdad. Taehyung gruñó y se lo cogió con más fuerza, presionando con una mano en medio de la espalda de Jimin para mantenerlo quieto—. Sí, Dios mío, extraño esto.

—¿No te follan lo suficiente? —Taehyung también jadeaba y sudaba.

Jimin podía sentirlo.

—Así no —gimió Jimin, empezando a empujar sus propias caderas más rápido contra el colchón, buscando fricción en su pene que se endurecía rápidamente.

—Eso es una maldita vergüenza...

—Más fuerte —jadeó Jimin, empujando hacia las caderas de Taehyung, exigiendo—. Por favor, vamos, sólo...

Taehyung se movió un poco, y su ángulo golpeó a Jimin en un punto que le hizo morder el edredón entre sus dientes y amortiguar un grito. Agarró los bordes de las mantas con los dedos y se aferró mientras Taehyung lo montaba duro, tan duro como Jimin quería, tan duro como casi nunca podía convencer a nadie de que se lo diera.

—Pensé que me ibas a coger con ese consolador y me ibas a hacer rogar por tu polla —dijo Jimin, cuando ambos estaban acostados uno al lado del otro en la cama, recuperándose.

Taehyung volvió la cabeza y le miró solemnemente. Luego sonrió como un tiburón.

—La noche no ha terminado, chico.

Jimin sonrió como un.... algo que no era tan amenazador como un tiburón. Un zorro travieso, tal vez.

—Menos mal que no te cobro por hora —dijo y al menos la risa de Taehyung tenía algo cálido, algo humano, aunque todavía no llegara a sus ojos.

San ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora